Con el inicio de un paulatino (aunque demorado) descenso en la temperatura por cambio de estación, el ente regulador estatal ya dispuso una restricción en los consumos de las industrias que en esta ocasión es diferente en su impacto a causa de la menor actividad fabril, en el marco de la estanflación creciente.
Otra vez sopa porque ya es un clásico de la Década Ganada (¿?): la restricción del gas cuando baja la temperatura, algo que habitualmente comienza a suceder en mayo.
Tal como lo recordó el diario digital de Canal 26, es un comportamiento que se reitera cada año, aunque Julio De Vido y otros funcionarios afirman que no hay emergencia energética.
La restricción siempre afecta a las empresas, que se encuentran obligadas a limitar su consumo de gas. En esta ocasión la merma no genera tantas consecuencias porque hay una estanflación que provoca una sensible caída en la actividad industrial.
Pero no se sabe qué es peor como restricción a la actividad económica.
El aviso de Enargas que llega a diversas empresas habla del objetivo de garantizar el normal abastecimiento de la demanda prioritaria y de la importancia de extremar medidas para su cumplimiento.
Además, señala que ante cualquier apartamiento a la reducción de consumo solicitada, dichas empresas serán pasibles de las acciones y penalidades que correspondan y no podrán compensar el desbalance producido.
Enargas
Días atrás, preparándose para la temporada de menores temperaturas, Antonio Pronsato, el interventor en Enargas, el ente regulador del gas, exigió la firma, por 5to. año consecutivo, el acuerdo sectorial que mantiene supuestamente congelados los precios del gas, en el marco de la "garrafa social".
Deberá recordarse que es todo un acto de hipocresía porque, en los hechos, nada de lo que se firma con Pronsato, luego se cumple.
El esquema irrita mucho a los productores de GLP (gas licuado del petróleo): "¿De qué me sirve cobrar $ 580 por la tonelada de butano si vale $3.300?", preguntó en su momento un empresario a un periodista del diario La Nación. Es el motivo por el cual cada vez menos empresas quieren producir GLP.
Aunque pesan sobre ese programa múltiples cuestionamientos, la mayoría de los actores firmó la extensión del convenio que, según los actores de la cadena del gas, sostiene uno de los subsidios más ineficientes del kirchnerismo: el Gobierno asiste con $ 1.700 millones al año al sector privado para que la garrafa de 10 kilos se consiga a $ 16, pero casi en ningún lado está a menos de $50 o $52. Y las empresas tienen cada vez menos ganas de producir el insumo por los bajos precios.
En su momento, Emmanuel Agis, N°2 de Axel Kicillof, se interesó por el tema y hasta lo discutió con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich: era conveniente revisar las transferencias a la industria del gas licuado de petróleo (GLP), con el que se llenan tubos y garrafas. No hubo acuerdo dentro de la Administración K.
En tanto, YPF cuestiona todo el convenio: es un mal negocio para la empresa, y en eso coincide totalmente con Shell.
Como pasa casi todos los inviernos, las bajas temperaturas suelen ser el preludio para los cortes de gas a las industrias. En distintas compañías hay preocupación por la interrupción de ese suministro, una situación que podría arrancar la semana que viene, según estiman en varias empresas.
Aunque no hubo comunicación formal, a algunas empresas ya les avisaron –a través de llamados y comentarios de sus proveedores– que si el frío avanza, habrá que bajar el abastecimiento de gas a la industria.
Sin embargo, varias compañías ya tienen preparados planes de contingencia. Y hay una desaceleración de la actividad industrial, lo que hace que las empresas no estén tan preocupadas por los cortes como en otros años.
En una fabricante de alimentos y en otra de insumos ya manejan el escenario de cortes de gas para la semana que viene.
Las temperaturas bajas suelen aumentar la demanda de hogares, que consumen más gas en estos meses. Para no sacarle a esos sectores, los gobiernos kirchneristas decidieron interrumpirle el suministro a las industrias desde 2007. Es algo que hicieron todos los años –algo atenuado en 2009, donde también hubo una recesión– y que se repetirá esta temporada, aunque su alcance sería menor que en otros años por la desaceleración de la actividad industrial.
Aunque el frío aún no llegó a Buenos Aires, hay temperaturas bajas en la Patagonia y el centro del país, donde ya creció la demanda de gas en hogares y comenzaron a sonar “alarmas” en las industrias allí radicadas, ya que no podrán disponer de todo el gas que necesiten, sino sólo del que el Enargas –el ente regulador– considere necesario. Los reguladores le dan instrucciones a TGS y TGN, las transportistas, sobre las empresas a las que se les debe continuar abasteciendo y a cuáles se les debe suspender.
“Habrá parate como todos los años cuando se interrumpe la provisión de gas, pero esta temporada también viene con la producción en caída, por las menores ventas en distintos sectores”, analizó un ejecutivo que sabe que será damnificado por esta política del Gobierno.
En el polo petroquímico de Bahía Blanca también se sentiría cierta disminución del flujo de gas, siempre desde la semana que viene, agregó un experto del sector.
Además, en el sector industrial hay preocupación por el precio que tendrán que pagar por el gas, algo que aún no fue determinado.
Las productoras y distribuidoras no acuerdan sobre cómo se facturarán los importes de gas en boca de pozo, donde el Gobierno autorizó subas de hasta 500%, según informó el sitio El Inversor On Line . Nadie sabe quién ni cómo se pagará ese incremento que deberían recibir los productores de gas.
El precio del gas que abonará la industria también podría estar supeditado al que termine aplicando el Gobierno una vez que fije el recorte de subsidios a la distribución de gas y agua. Si los hogares consumen un 20% menos que en 2013, no tendrán que pagar un precio mayor.Aquellos que logren “ahorrar” entre un 5% y 20% afrontarán la mitad de las subas programadas hasta agosto. Mientras que los aumentos serán de más del 250% si los consumidores no lograr ahorrar, vigente desde agosto. Y en los hogares de mayor consumo, el ajuste puede llegar a 494% si no usan 5% menos de gas que en 2013.
Con la llegada del primer día de frío empezaron los primeros cortes de gas a las industrias. Hubo ayer y están programados también para hoy, hasta que esta tarde se evalúe la situación del sistema a nivel nacional para definir si se continúa con la medida o se la levanta.
La decisión la comunicó Enargas a las distribuidoras de gas y sólo afecta por ahora al servicio contratado como interrumpible por las grandes industrias. No es lo mismo que los cortes casi totales que afectan a la actividad fabril cuando hay una ola de frío polar en todo el país que se prolonga varios días seguidos y se corre el riesgo de que el sistema pierda presión si no se baja en volumen importante la demanda de la industria. Las industrias grandes contratan servicio firme con ventana; esto último representa el volumen que se les puede cortar aunque se tenga servicio ininterrumpible, y una cantidad bajo la modalidad interrumpible que es más barato y es el que está cortado ahora.
Se estima que la medida oficial tiene impacto sobre alrededor del 10% de la demanda total de gas que en una semana como ésta promedia unos 150 millones de metros cúbicos por día, de los cuales entre 40 y 50 millones se destinan a las grandes industrias.
Estos cortes de gas a los interrumpibles empezaron a registrarse desde mayo y a veces incluso desde abril, a partir de 2010, y se deben al crecimiento de la demanda residencial en un contexto de oferta local en disminución y donde la oferta por importación también tiene un techo en la capacidad de los gasoductos que conectan con Bolivia y en la de los barcos regasificadores ubicados en San Nicolás y Bahía Blanca.
Además, Bolivia sólo puede asegurar la venta de gas cuando logra el abastecimiento interno. No obstante, en los dos últimos años los aumentos de la importación se debieron principalmente al gas boliviano, que llega a superar en algunos días 18 millones de metros cúbicos.
Si en las próximas semanas se mantiene la caída de la actividad industrial que se observa desde abril , los cortes de gas - en lo que se refiere sólo al interrumpible, por lo menos- no debería modificar este año los planes de las plantas fabriles. Pero también puede ocurrir que algunas empresas se escuden en la falta de gas para encubrir una desaceleración de la producción.
Además, falta ver todavía cómo impacta en el consumo doméstico la suba de las tarifas de gas dispuesta para el 1 de abril a medida que vayan llegando las facturas con los nuevos valores. Pero por lo pronto, ayer el consumo en Capital Federal y Gran Buenos Aires se mantuvo en los niveles habituales para un día de 13 °C promedio y con lluvias: elevado y en ascenso.