Repsol ha abierto el proceso para adjudicar dos barcos gaseros a los astilleros gallegos. La petrolera presidida por Antonio Brufau necesita dos naves para transportar Gas Licuado de Petróleo (GLP) y ya ha contactado con varias navieras para iniciar su construcción por 60 millones y con la condición de que se fabriquen en España.

El plazo para que las navieras interesadas presenten sus ofertas finaliza el próximo 23 de mayo, según explican a ELMUNDO fuentes del sector naval. Las tres candidatas a hacerse con la construcción de los buques son Ibaizabal, Knutsen y Elcano, tres compañías con experiencia en el trabajo con centros de producción españoles. Las mismas fuentes explican que parte del trabajo podría recaer sobre los astilleros públicos de Navantia.

Los barcos deberán disponer de entre 3.500 y 4.500 metros cúbicos y su plazo base de arrendamiento será de cinco años, según establece el pliegue de condiciones para la adjudicación remitido por Repsol Trading. Este nuevo contrato supone otro balón de oxígeno para los astilleros españoles, que en las últimas semanas han visto como su carga de trabajo aumentaba con nuevas adjudicaciones por parte del Ministerio de Defensa y otras navieras privadas acogidas al nuevo sistema de tax lease.

La petrolera mexicana Pemex, accionista de Repsol y enfrentada con su presidente, también dice que aumentará sus encargos a los astilleros tras la compra del centro de producción Hermanos Barreras, en Vigo. Por su parte Gas Natural Fenosa -participada de Repsol- mantiene abierta la contratación de un buque metanero en los astilleros públicos de Cádiz que podría concretarse el próximo mes de junio.

Asia se llevó los anteriores buques

La empresa gasista encargó el pasado año la construcción de cuatro buques metaneros a Knutsen y Elcano, que eligieron los astilleros asiáticos de Hiunday e Imabari para su fabricación por -según explicaron a este diario- sus menores costes y su tecnología más avanzada. El presidente de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (Sepi), Ramón Aguirre, dijo la pasada semana que este barco será «mucho mejor» que sus «gemelos» coreano y japonés.

Esta última adjudicación abrió una grieta entre los gestores de Repsol y los de Gas Natural Fenosa. El propio Antonio Brufau llegó a proponer crear una comisión de negociación con los astilleros públicos españoles para intentar dejar parte de los trabajos en España, pero en la cúpula de Gas Natural aseguraron no disponer de más tiempo del ofrecido en un primer momento si querían atender todos los contratos de suministro en Estados Unidos.

La Armada, siguiente gran adjudicación

La otra gran adjudicación que recibirán los centros de producción públicos será firmada por el Ministerio de Defensa y tendrá un presupuesto de 400 millones de euros. Este contrato otorgará a Navantia la construcción de dos buques de acción marítima para la Armada en un plazo de 30 meses.

El secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, reiteró ayer que la contratación está en marcha, si bien remarcó que se trata de «un proceso complicado». Para comenzar la construcción de los buques, el Consejo de Ministros debe aprobar primero el aumento del techo de gasto de Defensa, después dar el visto bueno al contrato que se suscriba entre Defensa y Navantia y, por último, dar luz verde a la fórmula de financiación que decida el Ministerio de Industria, informa Europa Press.

Los dos barcos se financiarán con cargo a los programas especiales de armamento. Así, Industria facilita anticipos a las empresas contratistas -en este caso Navantia-, siempre a interés cero, y una vez entregado el material, Defensa abona el gasto y el contratista devuelve el anticipo.

Por otro lado, varios ejecutivos de Pemex visitarán la próxima semana España con representantes del sector naval mexicano para mantener diversas reuniones en Galicia y, previsiblemente, anunciar un aumento de la carga de trabajo en sus centros de producción.

Lo cierto es que los astilleros ven la luz tras años de crisis. El presidente de Barreras, José García Costas, afirmó hace unos días que los centros de la región están «en condiciones de asegurar que la penuria ha terminado y que nace una nueva situación». «En estos momentos todos los astilleros están enfrascados en proyectos, haciendo presupuestos», explicó.