El pretigioso diario financiero hizo una lectura de los recientes movimientos de Repsol tras el acuerdo con la Argentina por la expropiación de YPF. Señala el "alivio" de la española de deshacerse de "nudos políticos y corporativos".
La Argentina no representa "entorno" tan seguro para las inversiones. Al menos no resultó así para la española Repsol de acuerdo al ojo del prestigioso Financial Times.
El diario financiero publica este martes que tras vender la mayor parte de las acciones remanentes en YPF y de la liquidación del paquete más importante de los bonos que obtuvo por la expropiación de la mayoría accionaria, la petrolera que maneja Antonio Brufau podrá dedicarse a invertir en "entornos más seguros que la Argentina".
"Repsol está adoptando un enfoque de corto plazo para sus activos argentinos. La participación del 12% en YPF que no fue expropiada acaba de ser vendida a Morgan Stanley. JP Morgan se hizo con US$2.800 millones en bonos argentinos recibidos a cambio (de las acciones expropiadas) pocos días después de que Repsol los adquiriera. Repsol podría usar el dinero para invertir en activos de extracción (upstream) en entornos más seguros que la Argentina", comenta el diario con base en Londres.
Por otro lado, Financial Times destaca que el negocio de Repsol transcurre "paso a paso" y con el "dulce alivio" de deshacerse de los "nudos políticos y corporativos" provocados por los movimientos de algunos de sus accionistas,
"Normalmente, la salida de grandes nombres de los registros accionariales son una señal peligrosa. Para Repsol, la gran petrolera española largamente enredada en nudos políticos y corporativos, supone un dulce alivio", afirma.
El diario recuerda en su columna el "raro" comportamiento de algunos accionistas, mayor aún en un momento en el que la compañía sale de una etapa marcada por la expropiación de YPF y se concentra en nuevos proyectos.
Entre los accionistas con más probabilidades de abandonar el capital de Repsol destaca Pemex, cuya actitud en el caso de YPF "fue una barrera para los avances" en las negociaciones con Argentina.
Otro de los accionistas que podría desinvertir en Repsol es Sacyr, al que se le presupone la intención de desprenderse de un "3% o un 4%" de la compañía. "Cualquier venta de acciones de Repsol en los precios actuales estaría por encima del valor con que Sacyr contabiliza estas acciones", recuerda.
Esta desinversión es "cada vez más probable" debido a que el accionariado de Sacyr ha cambiado mucho en pocos años. De ser una empresa con apenas un 20% de 'free float', ahora tiene tres cuartas partes del capital en manos de inversores extranjeros con un comportamiento más "transparente", señala.
Normally, big names flying off the shareholder register are a danger sign. For Repsol, the Spanish oil major long tied in political and corporate knots, it is sweet relief.
Some of Repsol's owners have been rather odd all along. They look odder given that Repsol is finally emerging from the expropriation, two years ago, of most of its stake in YPF - a prize asset before the Argentine government took it.
Consider who is most likely in the near future to sell Repsol shares (which are near 52-week highs). Pemex, a top-four holder, is inching ever less subtly towards a sale of its 9 per cent stake. Mexico's state oil company will not be missed from the shareholder rolls. It was a barrier to progress in the Argentine dispute.
Next, Sacyr, the Spanish construction company. It may soon sell 3 per cent or 4 per cent of Repsol. Sacyr has a tenth overall, the remnant of a fifth acquired at the top of the market in 2006 - a foolish attempt at diversification. The stake ended being used as collateral as Sacyr restructured its business away from housebuilding in Spain. Any sale at Repsol's current price would be above the shares' value in Sacyr's accounts.
A sale is increasingly likely because Sacyr's shareholder list is itself vastly different to a few years ago: a quasi-private company with a 20 per cent free float is now two-thirds owned by foreign investors. Such owners might be focused on the short term but their motives are, at least, transparent.
Repsol itself is taking a short term approach to its Argentine assets. The 12 per cent YPF stake that was not expropriated has just been sold to Morgan Stanley. JPMorgan snapped up $2.8bn in Argentine bonds received in return for YPF within days of Repsol acquiring them. Repsol could use the cash to invest in upstream assets in safer spots than Argentina. Keep it simple from here, please.