Decenas de mineros han perdido la vida este martes en una explosión en una mina de la ciudad turca de Soma, en la provincia occidental de Manisa, a 250 kilómetros de Estambul. El ministro de Energía, Taner Yildiz, ha informado de que hay 205 muertos confirmados y ha advertido que podría ser "el peor accidente minero" de la historia de Turquía. Según las cifras del funcionario, en el interior de la mina había 787 trabajadores cuando se produjo una explosión causada por un fallo en el sistema eléctrico. El número de atrapados podía superar los 400. “El tiempo no juega a nuestro favor”, admitió el ministro.
Yildiz explicó que el fuego y el monóxido de carbono dificultan el rescate, hasta el punto de que entre los heridos y fallecidos hay miembros de los equipos de rescate. "Entre los muertos hay gente que no eran trabajadores de la mina. Hay gente afectada por el gas entre los heridos. No estamos seguros. Pero esto es preocupante", agregó.
El alcalde de la ciudad minera de Manisa, Cengiz Ergun, en declaraciones a la emisora CNNTurk recogidas por Efe, había anticipado la magnitud de la tragedia. “Hemos recibido información de los equipos de rescate que se encuentran dentro de la mina. Han sido rescatados ya 75 heridos y recuperados unos 166 cadáveres. Me temo que este número subirá”, aseveró el regidor. Todos los recuentos de víctimas coincidían entonces en una cosa, las cifras iban a aumentar.
El accidente se produjo durante un cambio de turno, según explicó un cargo sindical local. De ahí la elevada cifra de operarios. Nurettin Akcul, dirigente del sindicado nacional de los trabajadores metalúrgicos (Maden-Is), declaró a la cadena CNN Turk que la explosión se produjo a 200 metros de profundidad. Mehmet Bahattin Atci, alcalde de Soma (localidad situada 126 kilómetros al norte de Esmirna), declaró también a CNNTurk horas antes que la explosión había sido provocada por un fallo eléctrico.
Anoche, los esfuerzos se concentraban en llegar a los cientos de posibles supervivientes atrapados en el interior de las galerías. Los equipos de rescate inyectaban oxígeno en la mina para tratar de mantener con vida a los atrapados, mientras familiares y compañeros se agolpaban a las puertas del hospital local pidiendo información. “Los equipos de emergencias están inyectando oxígeno, pero el incendio todavía no está apagado”, explicó en una conversación telefónica con la agencia Reuters Tamer Kucukge