El Ministro de Minería de la Provincia, Ing. Felipe Nelson Saavedra, encabezó los actos conmemorativos al DÍA DE LA MINERÍA que, como cada año, dieron inicio con la celebración de una misa en la Iglesia Catedral, oportunidad en la que se rogó por las almas de los mineros fallecidos y las intensiones por la Familia Minera en su conjunto, en una ceremonia dirigida por el Párroco Rómulo Cámpora
Posteriormente, acompañado por el Vicepresidente Primero de la Cámara de Diputados, Ministros del Poder Ejecutivo, funcionarios del Ministerio de Minería, legisladores nacionales y provinciales y empresarios y profesionales vinculados a la industria minera, el Ingeniero Saavedra marcó el eje de actualidad de la actividad minera provincial en un discurso pronunciado en la Casa Natal y Museo Histórico Domingo Faustino Sarmiento, cuyo texto se reproduce a continuación en forma completa:
“ No puedo dejar de manifestarles con mucha sinceridad que hubiéramos deseado que la sensación que impensadamente se ha venido instalando de nuestro desarrollo minero hubiera sido diferente. Como ustedes claramente los perciben y lo viven, la actividad minera en estos tiempos viene sufriendo un amesetamiento que ha afectado el normal desarrollo de nuestro reconocido impulso minero; y ésta dificultad que se traduce en una preocupación que se extiende transversalmente en la comunidad que reconoce los beneficios que genera la minería, apoya el reclamo y demanda más actividad, afecta también a las empresas proveedoras de bienes, insumos y servicios que conforman la cadena más importante con que cuenta la provincia de San Juan, y muy particularmente a todos los trabajadores que necesitan contar con un trabajo digno y permanente, que es el que efectivamente brinda la minería y que es el que efectivamente la actividad productiva minera desarrolla.
Quiero recordarles a todos que en el año 2003, cuando con la contundente adhesión de la voluntad ciudadana este gobierno decidió que la minería debía constituirse en un pilar fundamental de nuestro desarrollo económico, sería cambiar una historia que a lo largo de 150 años nos había negado toda posibilidad de aceptar el desarrollo minero bajo ninguna condición podía seguir postergándose, no ha estado exenta de agoreros y de opositores pero tampoco de dificultades y contratiempos. En relación a estos agoreros que desde una estrategia mediática infundada vienen realizando críticas y vaticinios que son apocalípticos respecto de nuestro derrotero minero quiero muy respetuosamente señalar lo siguiente:
La minería como política de estado en San Juan no tiene ni grises ni oscuros pero tampoco punto de inflexión ni de retroceso. Representa desde una visión estratégica y de largo plazo un proceso de profunda transformación económica y socio económica, donde toda la potencialidad de nuestros recursos mineros que inmovilizados no tienen ningún valor, están llamados a escribir parte del futuro minero que estamos trazando en San Juan, con un objetivo que es inclaudicable: el progreso de San Juan y el bienestar de todos los sanjuaninos.
Por esta razón quisiera reiterar en este día tan significativo que esa idea que algunos alimentan todavía y que durante décadas nos empujó a enquistarnos hacia la cultura del no se puede, donde no cabían los sueños, donde nadie estaba dispuesto a incentivar la industria ni apoyar a los emprendedores ni a promover un contrato industrial fuerte y mucho menos una minería moderna, representa un tipo de política y discurso del pasado que nuestro gobierno decididamente está dispuesto a dejar atrás.
No estamos interesados en recrear esos periodos de frustración y abandono que ha vivido nuestra provincia por largo tiempo, porque nuestra visión que se relaciona con un proyecto futuro, progreso y bienestar tiene que ver con la construcción de un San Juan próspero, pujante, productivo, justo solidario e inclusivo, que solo puede hacerse realidad movilizando toda la riqueza potencial con que cuenta nuestra provincia, entre ella, la potencialidad de nuestra riqueza minera.
Por otra parte y en el contexto de un mundo globalizado, donde ningún país está exento de los altibajos que son propios de cualquier actividad productiva, la actividad minera como sucede con prácticamente todas las actividades industriales se ha visto afectada por problemas extemporáneos, que en lo económico y financiero, han generado en el sector minero situaciones de incertidumbre a nivel mundial que nos afectan en el orden provincial.
Las dificultades que presenta la obtención de capitales de inversión de riesgo minero, la caída de los precios de las materias primas, finanzas y costos de producción, y las reducciones de ganancias netas de la minería global, ha generado una crisis de confianza en las empresas mineras más importantes del mundo, que no solo representa un problema que nos preocupa y que nos ocupa como Gobierno sino que estoy convencido desde la fortaleza y temple que caracteriza al empresariado minero mundial, más temprano que tarde habrá de solucionarse.
Tampoco dejo de analizar con preocupación la recalendarización anunciada por la empresa Barrick que en forma temporal han disminuido la actividad de construcción del proyecto Lama – Pascua, porque esta decisión representa un problema que afecta laboralmente a nuestros trabajadores, a las empresas proveedoras y a un segmento muy importante de nuestra población que cifra sus posibilidades de progreso y de futuro en el desarrollo del sector minero.
En ese sentido no tengo dudas que estos problemas relacionados con problemas legales que enfrenta el Proyecto Pascua en Chile serán superados, pero tampoco tengo dudas que todas estas circunstancias que no nos permiten celebrar con la euforia que todos quisiéramos, este día, en el corto plazo serán superadas. Pero para que esto suceda necesitamos de una convicción que no solo se asiente en el esfuerzo y en el trabajo: se requiere una mirada por sobre el árbol que nos permita también observar la inmensidad del bosque.
La minería en estos últimos años ha crecido, y este crecimiento ha sido posible, pese a todos los inconvenientes que la minería viene soportando a nivel mundial, en forma inesperada y esporádica. Los tres indicadores más importantes que miden el comportamiento de la actividad, como son la producción, las exportaciones y la inversión en exploración, reportan en nuestra economía los registros más significativos que se reconocen año a año a nivel nacional.
En este contexto, quisiera señalar muy sintéticamente que en el periodo 2003 – 2013 vinculada a nuestra gestión de gobierno, el valor de la producción minera creció 1.700 %. En los minerales no metalíferos el 260 %; el de los minerales metalíferos 13.380 %; el de las exportaciones mineras 6.980 %; en la producción de cales un 175 %; con una inversión superior a los 54 mil millones de pesos. Esto, permítanme decírselos con mucho orgullo, es digno de festejar.
En nuestra provincia la actividad minera representa el sector productivo industrial más dinámico de la economía provincial. San Juan se ha consolidado como el centro del quehacer minero nacional y la provincia minera más importante de toda la República Argentina. Y esto es también importante que se valore adecuadamente, esto que debe enorgullecernos, debe ser considerado.
Por estas razones quisiera pedirles con mucha sensibilidad y convicción que ésta conmemoración que desde los éxitos rotundos que desearíamos festejar no es lo que anhelábamos en ésta época, representa un día para mirar hacia adelante, un día en el que sobre cualquier contingencia prime el optimismo y la esperanza como ha hecho conocer en varios medios el Presidente de la Cámara Minera. Y tenemos muchas razones para hacerlo: en las zonas donde se desarrolla la actividad minera, hemos construido todos juntos en estos últimos años obras trascendentes para el desarrollo de una infraestructura moderna. Esto significa más progreso, crecimiento y desarrollo para nuestra provincia.
Nuestra provincia ha multiplicado en volumen y calidad su mano de obra calificada y altamente especializada. Este logro constituye un valor en sí mismo donde se hace mención a un recurso humano que representa el capital más importante con el que contamos para enfrentar los nuevos desafíos más importantes que seguirá enfrentando nuestro desarrollo minero.
Con el esfuerzo de todos, un tercio de la población económicamente activa de San Juan ha logrado formar parte de la actividad productiva de la Nueva Minería. Este porcentual que debemos recuperar en el corto plazo, no tengo duda, irá creciendo progresivamente, en la medida en que se pongan en construcción y producción los nuevos proyectos mineros.
Nuestra provincia ha aumentado año a año el valor de producción minera que incluye minerales metalíferos y no metalíferos. Desde esta perspectiva no solo se muestra como la mayor productora de oro y plata en el país sino también como la mayor exportadora de minerales y subproductos de uso industrial como ocurre con las cales cálcicas y dolomíticas, carburo de calcio, ferrocilicio, etc.
El desarrollo del sector minero metalífero ha posicionado a San Juan como la provincia más atractiva y más importante para la inversión minera. Las minas Veladero, Gualcamayo y Casposo han mantenido de forma invariable sus objetivos de plena producción y esto es bueno que también lo recordemos.
Pese a los imprevistos existentes, durante el año 2013 se relevó un centenar de proyectos de prospección y más de un centenar de proyectos de exploración que, con independencia de sus estados de avance, ubican a San Juan en un lugar de privilegio. Solo en los últimos 10 años, más de 35 millones de onzas de oro equivalentes han sido alumbradas como reservas probadas en 6 depósitos diferentes que ratifican el potencial minero existente en distintas áreas de la provincia.
En el caso del cobre, los proyectos Pachón, Los Azules, Altar, José María y Filo del Sol entre otros, dan cuenta de la enorme importancia que adquiere este recurso cuprífero en nuestra provincia.
Por estas razones este es un día para festejar y un día para seguir apostando con mucho optimismo a nuestro desarrollo minero. Quiero señalarles que conocemos muy bien las dificultades e inconvenientes que atraviesa la actividad. Por esta razón quiero reiterarles que ni estas dificultades ni las que impensadamente puedan surgir más adelante podrán torcer el destino de un San Juan próspero, productor, exportador, solidario e inclusivo que solo se puede alcanzar con el aporte de nuestro esfuerzo en el marco de nuestra Política Minera de Estado y desde la realidad que importa nuestra riqueza mineral que representa el potencial minero más importante que existe en Argentina.
Desearía manifestarles que no solo se habla del concepto visionario y estratégico con que nuestra provincia ha expresado a su sector minero, sino también se afirma a nivel nacional e internacional que San Juan está llamada a constituirse en el centro más gravitante de la industria minera nacional y en la provincia más importante de la minería en la República Argentina.
A este llamado es al que debemos sumarnos en este día tan significativo porque forma parte del reto y desafío sobre el cual sin pausa ni tregua habremos de fundar nuestro futuro minero. Los invito a seguir este derrotero, los invito a seguir apostando a este futuro minero: Feliz Día a toda la Familia Minera. “
Un solo discurso, el del Gobierno, con críticas a los ‘’agoreros’’ y que transparentó el difícil momento que vive la actividad minera. Notorias ausencias, como la del gobernador Gioja y los intendentes de los departamentos que tienen proyectos en explotación. Y una perlita, la salida ‘’presurosa’’ del Nº1 de Barrick en Argentina, Guillermo Caló, para esquivar el diálogo con la prensa y así evitar referirse a la crítica situación que vive la minera. Este combo de hechos marcaron el acto oficial por el Día de la Minería, que como de costumbre se hizo en la Casa Natal de Sarmiento y donde esta vez no se escucharon voces eufóricas.
El orador fue el ministro de Minería, Felipe Saavedra. La columna vertebral de su alocución, que duró unos 12 minutos, estuvo atravesada por palabras que graficaron el delicado escenario minero actual: ‘’amesetamiento’’, ‘’preocupación’’, ‘’problemas laborales’’ y al momento de hablar de Pascua-Lama, ubicó entre los factores que le pusieron un freno al proyecto el alza de costos, o sea la inflación, un tema ‘’espinoso’’ para el oficialismo. En rigor, el relato estuvo a tono con el que venían manejando los empresarios, crítico y lejos de eufemismos, pero que las autoridades locales en los últimos meses buscaban esquivar. Y, además, el funcionario reconoció a DIARIO DE CUYO que ‘’ahora, cuando se empiezan a perder cosas, algunos ven la importancia de la minería, inclusive hasta aquellas voces que eran críticas de la actividad’’.
El discurso de Saavedra no sólo llamó la atención de los presentes por lo descarnado, sino porque se esperaba que estuviera Gioja, quien por prescripción médica no viajó a Catamarca (ver página 2). En tanto que entre las empresas, no se observaron directivos de peso de Minas Argentinas (Gualcamayo), y sí estuvo el gerente de Casposo, Eduardo Machuca. Pero la nota la dio el director Ejecutivo de Barrick Argentina quien ni bien terminó el acto y ante la requisitoria periodística, decidió salir rápido entre la muchedumbre, esquivando con prisa a los invitados, quedando en el lugar como referente de la empresa Julio Claudeville, gerente de Asuntos Corporativos de Barrick en Argentina, quien -amablemente- prefirió no hablar de ningún tema inherente a la compañía y pidió que todo se canalice a través del jefe de Comunicaciones, Miguel Martín.
UNA DE CAL, UNA DE ARENA
Ahora bien, tanto Saavedra como los funcionarios y empresarios se esmeraron en ‘’separar los tantos’’ a la hora de hablar del escenario minero. Por un lado, ensalzaron el bienestar que ostentan los proyectos en explotación (Veladero, Gualcamayo y Casposo); y por el otro, se lamentaron por el desplome de Pascua-Lama. En este sentido, Saavedra dijo que ‘’la recalenderización anunciada por Barrick ha provocado un problema que afecta a los trabajadores, a las empresas proveedores y a un segmento muy importante de la población’’. También aclaró que ‘‘lo de Chile lo soluciona la Justicia y no la política’’, como había manifestado más temprano Gioja en Radio Sarmiento.
Hasta allí llegaron las autoridades de Gobierno y el ministro de Minería, Felipe Saavedra, sostuvo en su alocución que “Como ustedes claramente los perciben y lo viven, la actividad minera en estos tiempos viene sufriendo un amesetamiento que ha afectado el normal desarrollo de nuestro reconocido impulso minero. Y ésta dificultad que se traduce en una preocupación que se extiende transversalmente en la comunidad que reconoce los beneficios que genera la minería, apoya el reclamo y demanda más actividad, afecta también a las empresas proveedoras de bienes, insumos y servicios que conforman la cadena más importante con que cuenta la provincia de San Juan”.
Por su parte, el presidente de la Cámara Minera, Jaime Bergé, indicó que le pareció acertada la apreciación de Saavedra “porque fue bastante realista con lo que esta sucediendo en la provincia”. Además, el empresario sostuvo que hasta que la economía nacional no mejore, la industria minería tampoco repuntará ya que en la provincia la actividad está pasando un mal momento al igual que en todo el país y gran parte del mundo.
Finalmente el gobernador José Luis Gioja, que no pudo asisitir al acto, hizo referencia al parate minero en el emprendimiento Pascua Lama y dijo que en caso de poder entrevistarse con la primer mandataria chilena, no realizará gestiones que tengan que ver con destrabarbar la suspensión de las tareas en Pascua Lama.
“Este no es un tema que esté en manos del Ejecutivo chileno, es algo que depende de la Justicia chilena, que es la que debe resolver sobre el tema. Por más ansiedad que tengamos, nosotros tenemos que esperar”, explicó Gioja.
