La minería ha sufrido en los últimos 3 años los mismos problemas que el resto de la industria y la producción en el país. El contexto es compartido: un dólar anclando con una fuerte emisión monetaria, el dispare de la inflación que subió ostensiblemente el costo interno de producción de bienes y servicio. Esto sumado al aumento de impuestos, imposiciones a la repatriación de beneficios, a la pérdida de confianza por parte de los entes internacionales de regulación, control y los bancos internacionales, hicieron que se perdiera el interés de otras naciones en invertir capitales de riesgo a largo plazo en la Argentina.
Yo me pregunto: "cuánto cotiza la confianza" Seguramente tiene un alto valor, ya que las tasa de los créditos aumentan vertiginosamente y además casi nadie trae un peso al país. En este sentido las consecuencias son la pérdida de puestos de trabajo, muy bien remunerados, y como contrapartida, la necesidad de generar planes sociales, baja en la recaudación impositiva y ruptura de la trama social tejida alrededor de estos emprendimientos mineros. Honestamente creo que la situación política y económica del país está pasando por un momento angustioso, muchos sienten que el barco está a la deriva.
No quiero ser tan pesimista ya que mi espíritu emprendedor siempre me conduce a buscar los caminos que me saquen del pantano. Creo que con debut del año 2014, se levantó la alfombra y comenzó a aparecer debajo de ella muchas de las malas políticas que nos habían llevado a la situación actual, comenzó con una fuerte devaluación del dólar oficial, la quita paulatina de los subsidios muy mal orientados, se atenuó o se puso más lenta la maquinita de fabricar billetes, se tomó conciencia del inmenso gasto público no financiable, y esto nos permite ver una pequeña luz en el fondo del camino.
En el aspecto minero, el golpe fue muy duro, comenzamos a perder lo que habíamos logrado en la década anterior, se paró la construcción de los dos proyectos mineros más importantes del país y también del mundo: Potasio Río Colorado de la Empresa Vale y Lama Pascua de Barrick. Además, se dictaron leyes anti mineras en 7 provincias, se disminuyó a la mínima expresión las inversiones en exploración, prácticamente están perforando sólo aquellos proyectos que están en producción y necesitan ir aumentando sus reservas, es decir, NO hay exploración de riesgo en la búsqueda de nuevos yacimientos, y tal como dice mi amigo Ricardo Martínez, si no exploramos hoy no tendremos minería en el 2020.
Cuanta verdad encierra esta frase. Quienes conocen el largo proceso que hay entre el descubrimiento y la puesta en marcha de una nueva mina, saben que no hay menos de una década. Debemos destacar el compromiso de las empresas mineras que se encuentran en producción, ya que no sólo no han parado, sino que muchas de ella han aumentado su producción, a pesar de que vieron violar reiteradas veces la Ley de Inversiones Mineras. Ley base en la cual se apoyaron para realizar sus inversiones.
La Señora Presidente dijo hace unos días, "no se puede curar un mal con otro mal" Comparto este eslogan. Aprendamos a escuchar, copiemos las cosas buenas de los demás y las superemos con creatividad y sabiduría para encontrar el camino que hemos perdido, sepamos heredar una administración sana y progresista.
Sigo siendo un minero optimista, porque esa es mi esencia, en ella me baso para buscar las minas, estoy convencido de que a cualquiera que le toque conducir el país a partir del próximo año, recuperará lo positivo de la década dorada de nuestra minería y la llevará como bandera la inclusión de los marginados, de los hombres de la Argentina Profunda (Lic. Julio Ríos Gómez dixit), de nuestros cabritos de la montaña, de nuestras provincias cordilleranas y para el bienestar de la gente de nuestro suelo.
Se viene el mundial y después veremos, (dice un amigo fotbolero). Les deseo el mayor de los éxitos a los mineros del de hoy y del futuro en su DIA!!! Empecemos por RECUPERAR LA CONFIANZA, es la que mejor cotiza.-