Por Julio Ríos Gómez*
Una nueva celebración del Día de la Minería en la Argentina, como viene sucediendo en los últimos dos años, nos encuentra frente a un escenario no precisamente virtuoso, en lo económico, en lo legal y en lo que concierne al futuro inmediato.
Paradójicamente, desde fines de diciembre pasado, una andanada de datos del gobierno nacional nos vienen hablando de US$ 4.000 millones de inversión para 2014 y de un escenario ideal de inversión en prospectos, proyectos o minas en desarrollo en el país. Sin embargo, la situación macroeconómica nacional e internacional de la minería hace muy difícil plasmar esas expectativas. Con estas cifras oficiales se generan medias verdades.
Porque lograr inversiones para el desarrollo de la amplia y variada cartera de oportunidades y negocios que ofrece el mercado minero argentino, requiere de otras condiciones, hoy inexistentes. La mayoría de los potenciales inversores hoy muestran confusión en lo referente a pago de dividendos, de préstamos del exterior para el desarrollo de proyectos y liquidación de divisas, entre otros temas.
Venimos de un 2013 con fuerte caída en la inversión en proyectos mineros y con un retroceso del 60/65% de la activiad exploratoria, bastante más que el 40% de la caída mundial por el fin del superciclo de los metales. Cayó fuerte además el valor de las mineras que cotizan en Bolsas, con pérdidas de hasta más del 45%.
Todo esto ha generado la venta y/o eliminación de activos improductivos, el cierre o achicamiento en exploraciones y la búsqueda rigurosa de mejoras en la disposición del efectivo. El objetivo prioritario de las mineras es hoy mejorar o mantener la renta de sus operaciones mineras productivas. Muchas compañías mayores han mejorado ingresos y cotizaciones vendiendo proyectos y minas, eliminando gastos administrativos, recortando cúpulas directivas o cerrando faenas mineras deficitarias y/o con utilidades marginales en el nuevo contexto de commodities a menores precios.
JRG: "Venimos de un 2013 con fuerte caída en la inversión en proyectos mineros"
Esta situación global ha impactado en Argentina, donde además se tomaron medidas desacertadas que a la fecha no han sido corregidas. La alta inflación ha empujado los costos a niveles imprevistos. La no muy clara y poco explicada demora o impedimento de giros de dividendos al Exterior, el doble tipo de cambio que a pesar de la devaluación reciente, son factores que complican a inversores externos o internos. Igualmente, la sustitución de importaciones, cuyo enunciado es loable, pero que debió haber sido bien planificada para no generar zozobras conocidas, serios perjuicios minas y proyectos, sin un correlato de respuesta argentina en reemplazo de insumos en cantidad y calidad.Los accionistas de compañías con negocios en Argentina se han mostrado inquietos por la rentabilidad a mediano y largo plazo.
En el mundo minero ya no basta con tener un buen proyecto o poseer un excelente potencial regional o local. Hay que exhibir transparencia y resguardo a la inversión, saber cómo se va hacer, cuál es el mercado, cómo será la financiación, su recupero y que renta potencial tendrá.La minería en la Argentina precisa seguridad jurídica y fiscal. Que la Ley 24.196 se mantenga y que esta industria sea Política de Estado como fuera reafirmada por el Programa Minero Nacional de 2004. Hoy nos encontramos con funcionarios que nos dicen que la actividad minera esta mejor que nunca que no necesita estímulos para seguir adelante y que lo vendrá superará con creces lo hasta ahora ejecutado. Será bueno que recuerden que cualquier aumento o nuevo impuesto nacional, provincial o municipal harán peligrar futuras inversiones especialmente en exploración.
Argentina ya es el país de mayor presión fiscal de América. Festejemos el Día de la Minería, porque es reconocer la diaria tarea de más de 75.000 trabajadores mineros registrados, más de 2000 pymes proveedoras, más de 30 exploradoras en el país, 14 minas en producción, más de 100 establecimientos de no metalíferos, más de 500 profesionales vinculados a la actividad.
Esperemos que en un futuro cercano, las condiciones actuales de la macroeconomía cambien y que desaparezcan ensayos que fueron un chaleco de plomo para el sector. Es probable que entonces la actividad minera vuelva a mostrar los índices auspiciosos que ostentaba hasta hace un par de años.
*Presidente del Grupo de Empresas Mineras Exploradoras de la República Argentina (GEMERA)