La minería es uno de los principales rubros productivos de Chile, con exportaciones por US$ 44.294 millones en 2013, pero sus niveles de productividad laboral muestran una fuerte caída en la última década, afectados por las menores leyes de mineral y el incremento en el costo de la energía.
Según el estudio “Una mirada a la productividad del sector minero en Chile”, elaborado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), entre 2003 y 2012 la productividad laboral -medida como el valor agregado en la minería por hora trabajada- disminuyó 46%. Las menores leyes del mineral y el alza de los costos, especialmente en energía, explican gran parte del retroceso.
La influencia de las menores leyes del mineral -el factor geológico- explicaría un 26% de la pérdida de productividad, mientras que al corregir por el consumo energético, el descenso es de 27% desde 2012.
“El estudio mide la productividad del sector minero y la separa en dos tipos de factores: aquellos controlables por las compañías y aquellos que no pueden controlar y que, básicamente, corresponden al factor geológico. Debido al envejecimiento de las minas, es cada vez más difícil producir una tonelada de cobre fino, pues se requiere tratar mayor cantidad de mineral, el que a su vez es más duro. Esto requiere gran cantidad de energía. Por ello se utiliza esta medida, adicionalmente a las leyes del mineral”, dice María Cristina Betancourt, directora de estudios de Cochilco.
Al utilizar la metodología de la Productividad Total de los Factores (PTF) -que considera capital y trabajo, entre otras-, el estudio determinó que la productividad laboral fue un 39% menor en 2012 frente a 2003, mientras que el restante porcentaje corresponde a menores eficiencias en el proceso productivo.
El documento señala que, pese a que sigue siendo el sector con mayor productividad de la economía, la minería ha ido perdiendo terreno. Ya en 2012 fue superado por el sector Energía, Gas y Agua.
El superciclo de precios del cobre y la fuerte inversión que se desató en el rubro hizo que algunos proyectos de menor ley de mineral -que no eran rentables económicamente- se hicieran “interesantes” para las compañías y fueran explotados.
“Dados los buenos precios que observaba el cobre en ese período y los rentables márgenes de las compañías, su principal preocupación fue producir, independientemente de los costos. Esto generó una sobredemanda por todo tipo de insumos, especialmente mano de obra, y la productividad por trabajador es inversamente proporcional a ello”, explica Betancourt.
La ejecutiva agrega que, “adicionalmente, los buenos márgenes obtenidos llevaron a las compañías a explotar yacimientos de menor ley, lo que también contribuye a aumentar el trabajo, sin aumentar mayormente la producción”.
En 2004, la producción de cobre de Chile fue de 5,4 millones de toneladas, con poco menos de 25 millones de horas trabajadas, y en 2012 alcanzó el mismo nivel -con fluctuaciones entre 5,26 millones y 5,6 millones de toneladas en los ocho años intermedios-, con casi 50 millones de horas trabajadas. Es decir, el doble de trabajadores produjo la misma cantidad de cobre.
Las leyes del mineral seguirán impactando la productividad de la minería, la que se espera siga bajando. Esto se notó a partir de 2007, dice el estudio, cuando este factor pasa a ser mucho más relevante, aunque el sector trabaja en medidas que permitan mitigar este efecto.
“Considerando sólo el factor geológico, sólo es posible observar pérdidas de productividad debido a que por el envejecimiento natural de las minas hay que procesar mayor mineral para obtener la misma cantidad de cobre fino, aumentan las distancias de acarreo, el mineral es más duro. Todo ello implica mayor trabajo para obtener la misma cantidad de cobre fino que antes, por lo que sólo se puede perder productividad”, dice la ejecutiva.