El consumo interanual de combustibles al público retrocedió 0,6 por ciento en marzo, una situación que no ocurría desde abril de 2012. Se estancó la demanda de naftas y se derrumbó la de gasoil. La retracción preocupa a empresarios y trabajadores
Los indicadores de consumo de los meses previos venían alertando lo que finalmente sucedió: en marzo cayó la venta interanual de combustibles en las estaciones de servicio.
De acuerdo a datos provistos por la Secretaría de Energía a los que tuvo acceso surtidores.com.ar, la demanda sufrió un retroceso de 9,5 millones de litros, empujada por el derrumbe del expendio de gasoil grado 2, un producto utilizado principalmente por el transporte y la industria. Es la primera vez que ocurre desde abril de 2012.
Distinto es el caso del diesel Premium, aquel que cuenta con un ínfimo porcentaje de azufre y del que se surten los autos de alta gama. Según las estadísticas oficiales en marzo tuvo un desempeño positivo del 9 por ciento, en sintonía con la nafta súper, aunque esta en menor proporción, del 3 por ciento. El consumo de la Ultra en cambio, se estancó.
La explicación de esta regresión tiene su origen en el aumento del precio de los combustibles, que desde enero treparon más del 32 por ciento debido al acuerdo consensuado entre las petroleras y el Gobierno para amortiguar las consecuencias que provocó la devaluación de la moneda.
En este contexto, YPF, por ser la que comercializa los combustibles más baratos, sigue sumando participación de mercado. En marzo, alcanzó un market share del 59.2 por ciento, mientras que Shell logró el 16; AXION energy el 11.3; Petrobrás, el 5.6 y Oil, 3.87 por ciento.
Alerta
El escenario recesivo puso en alerta a empresarios y trabajadores. Si bien afirman que hasta ahora la situación no llega a ser alarmante, analizan que de persistir podría ocasionar un fuerte impacto, especialmente durante estos meses que deben actualizarse los salarios por efectos de las paritarias.
Al respecto, el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI), Manuel García, se mostró muy preocupado, no sólo por las obligaciones que deberán asumir en lo inmediato sino por el fuerte aporte que deben realizar al capital operativo cada vez que suben los precios. “La rentabilidad del sector es nula y si encima caen las ventas se profundizará el cierre de negocios”, advirtió. El expendedor recordó que por esta razón, en los últimos diez años 2.500 bocas debieron colgar las mangueras.