En una Argentina política desacostumbrada al diálogo y a la comunión con el que piensa distinto, Daniel Scioli y Mauricio Macri se encontraron ayer en la Feria del Libro y posaron, sonrientes, bajo una gigantografía de un papa Francisco que alzaba, con los brazos en alto, la bandera celeste y blanca.

La imagen sea tal vez interpretada como un ícono de una Argentina por venir, pero por ahora es tan sólo una foto entre el jefe de gobierno porteño y líder de Pro -Macri- y el gobernador de Buenos Aires y precandidato kirchnerista a la presidencia de la Nación -Scioli- en la inauguración de la muestra "Francisco, un argentino universal", que ambos inauguraron ayer en la 40» Feria del Libro.

Acompañados por Jorge Telerman, presidente del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires y artífice de la exhibición, Scioli y Macri recorrieron juntos el gigantesco stand donde, por medio de fotografías, audios, textos y documentales se propone recorrer la vida, el pensamiento y la acción de Jorge Bergoglio en su trayectoria sacerdotal como obispo, cardenal y, finalmente, papa.

Se trata de la misma muestra que, durante el último verano, se exhibió en el Museo de Arte Contemporáneo, en Mar del Plata, y que fue visitada por más de 100.000 personas.

Quien primero arribó a la cita el predio de La Rural -donde se emplaza la Feria del Libro- fue Macri, acompañado por su infaltable lugarteniente y jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta. También era de la partida Hernán Lombardi, ministro de Cultura de la ciudad. Scioli llegó un poco más tarde, ocupado como estaba asistiendo a un acto por cadena nacional de la presidenta Cristina Kirchner.

Más temprano, algunas voces habían deslizado que Sergio Massa, líder del Frente Renovador y candidato presidencial, también participaría de la inauguración de la muestra. "No figura en su agenda -anticiparon sus voceros a LA NACION-. Además, hoy [por ayer] es su cumpleaños y tiene otras actividades previstas."

En rigor de verdad, la presencia de Massa en aquella inauguración hubiera causado toda una revolución, al menos mediática. Hubiera sido un milagro del papa Francisco, pues tanto Macri como Scioli lo consideran el más serio adversario a vencer en las urnas. Y los mensajes papales de concordia, paz y unidad no llegan a tanto.

"Massa es más de lo mismo. Forma parte del kirchnerismo", fustigó Macri durante un diálogo informal con periodistas, a la espera de la llegada de Scioli.

El gobernador bonaerense también es kirchnerista -de hecho, pretende ser el heredero de Cristina Kirchner en 2015-, pero es evidente que con él Macri no es tan severo. Tal vez porque comparten códigos políticos en común o, en este caso, un adversario común llamado Massa. Lo cierto es que ayer no se escabulleron de las fotos en conjunto y compartieron algunos guiños cómplices.

Una de las escenas más risueñas tuvo lugar cuando ambos mandatarios llegaron a un sector de la muestra donde, con decenas de clavijas, se representaba una paloma de la paz bajo el lema "Hay que ponerse la Patria al hombro". En esas clavijas, los visitantes pueden colgar cintillos alusivos, de distintos colores, que rezan esa frase.

"Veo que aquí no hay cintas amarillas, sólo hay naranjas", bromeó Macri, en referencia a los colores que representan a uno y a otro en sus respectivas campañas proselitistas.

Más allá de las bromas de ocasión, Scioli y Macri resaltaron el valor de la exposición y la prédica del papa Francisco. "Estamos muy felices de tener esta muestra en la ciudad, creemos que es una manera de contribuir a reafirmar la prédica del papa Francisco a favor del encuentro entre los argentinos y los habitantes de todo el mundo para solucionar los problemas de la pobreza y la exclusión", sostuvo Macri.

"Ésta es una exposición que busca inspirar, con las enseñanzas de Francisco, a las familias, a los jóvenes, para erradicar la violencia y buscar la concordia", enfatizó, por su parte, Scioli.

Envueltos en un enjambre de fotógrafos y periodistas, ambos mandatarios pudieron recorrer la muestra hasta el final, donde se emplaza un gran "árbol de la vida" cuyas hojas son pequeñas piezas de madera que llevan impresos distintos mensajes de Francisco. Estas tablitas se venden al público a un costo de $ 10 y lo recaudado se destina a la granja Arcángel San Miguel, del Hogar de Cristo, de la vicaría para las villas de emergencia de la ciudad de Buenos Aires, y a otra organización de bien público por definir.

Fue entonces cuando Macri decidió partir; Scioli le agradeció su presencia y permaneció un rato más posando para las fotografías y las cámaras.

Tal vez no estaba enterado de que, en ese mismo momento y a unos pocos metros de allí, en uno de los salones dentro de la Feria del Libro, el precandidato presidencial Hermes Binner, del Partido Socialista, y la líder de GEN, Margarita Stolbizer, junto a su par de Libres del Sur Humberto Tumini, estaban brindando una conferencia titulada "La Argentina que queremos".

¿Hubiera tenido Scioli el gesto de invitarlos a la muestra sobre el papa Francisco, tal como lo hizo con Macri? Difícil: ése sí hubiese sido un milagro divino.

El respaldo que amasó Sergio Massa tras el triunfo electoral que logró en los comicios legislativas del año pasado, y que lo mantuvo durante varios meses al tope de las encuestas que miden intención de voto a presidente, parece haber comenzado a debilitarse. Esto indica, al menos, el último sondeo realizado por la consultora Aresco, de Julio Aurelio. En contraste con mediciones anteriores de la misma encuestadora, el estudio que se conoció ayer muestra, por primera vez en los últimos meses, al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, por encima del líder del Frente Renovador en las preferencias del electorado. La diferencia no es muy amplia pero marca una tendencia. Scioli apareció como el candidato preferido del 20,9% de los consultados. Massa, que registró una fuerte baja en abril, quedó relegado con el 19,8 por ciento.

El sondeo, que abarcó todo el territorio nacional con una muestra estadística de 4002 casos, ubicó en el tercer lugar al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, que midió 14,3% en las preferencias para llegar a la Presidencia. Atrás, rezagados, vienen en seguidilla los potenciales precandidatos de la Alianza UNEN. El mejor posicionado, siempre de acuerdo con Aresco, es el ex vicepresidente Julio Cobos, que alcanzó el 9,7% de las preferencias; seguido por el socialista Hermes Binner, con el 6,8%; y por la diputada cívica Elisa Carrió, que se alza con un magro 6,7 por ciento.

Aurelio destacó en su informe que se mantiene en valores similares de intención de voto en el último año. Y que las oscilaciones en el posicionamiento de los opositores no afectan al Frente para la Victoria.

En ese sentido, casi tres de cada diez electores dicen que votarán en las internas abiertas del oficialismo nacional. El 22%, en la de la Alianza UNEN, que creció más de ocho puntos porcentuales tras su presentación en sociedad.

A nivel de candidatos, casi todo lo que capitalizó Macri en preferencias en el último mes (4%) lo perdió Massa (5%). 

Que sí, que no, que puede ser, que de ninguna manera, que vamos a ver. Mientras no encuentra un candidato puro para 2015 que remonte vuelo en las encuestas, el kirchnerismo no sabe bien qué hacer con Daniel Scioli, el único integrante del Frente para la Victoria que hoy navega por las aguas altas en los sondeos de opinión.

Ayer, tras el concurrido acto de la militancia en el Mercado Central, al que el gobernador asistió, uno de los referentes del grupo de intelectuales Carta Abierta, Ricardo Forster, sorprendió al afirmar que Scioli “se ha ganado, por derecho, ser candidato, ir a las PASO y confrontar, con otros candidatos del Frente para la Victoria, la representación en las presidenciales del 2015. Esto es así y no hay nadie que no lo pueda reconocer” ya que “ha mostrado lealtad importante en momentos difíciles”.

“De ahí a que uno se sienta identificado con lo que representa políticamente (Scioli), es otro cantar, pero él es parte de una fuerza política importantísima”, intentó matizar Forster, que hasta el año pasado aseguraba que “no expresa la continuidad del kirchnerismo”.

Desde Roma, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, reiteró por su parte que no se siente “representado” por la eventual candidatura del gobernador bonaerense, a la vez que confesó tener “la percepción de que todos los que ahora aparecen quizás no sea la fotografía del 2015”.

Otro que coquetea con la posibilidad de una candidatura, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, aseguró que “el debate ideológico tiene preceder al debate electoral en la Argentina”.

Ya el sábado, en la habitual reunión de Carta Abierta, habían llovido críticas sobre el gobernador bonaerense. “Si se llama a una unidad abstracta doctrinaria del peronismo, se termina en Scioli, lamentablemente. Yo no lo quiero. Ninguno de nosotros creo que quiereese final para esta experiencia”, expresó el titular de la Biblioteca Nacional, Horacio González.

En tanto, Eduardo Jozami invocó la “necesidad de encontrar un candidato que exprese la continuidad del proceso político iniciado en 2003” ya que “ese candidato no es el que hoy aparece como posible candidato del justicialismo. No se trata de buscar el mal menor frente al fantasma de Massa”, evaluó.

Hace dos semanas, el titula de La Cámpora, Andrés Larroque, confesó en una reunión con algunos pocos referentes que “Scioli nunca será nuestro candidato ”, aunque después, cuando ese comentario fue hecho público en Clarín, se preocupó por salir a desmentirlo y el domingo, en el encuentro kirchnerista del Mercado Central, se dejó fotografiar junto al gobernador bonaerense.

“Cristina y La Cámpora no lo quieren a Scioli y van a tratar hasta el final de conseguir otro candidato. Pero tampoco pueden quemar los puentes, porque quizás tenga que terminar negociando con él un espacio”, tradujo un importante dirigente K.

Mientras tanto, el discurso que baja desde Balcarce 50 es “empoderar” a la sociedad para que defienda el modelo.