Este martes la División El Teniente cumple 109 años de operación ininterrumpida, la cual comenzó bajo la administración de una empresa extranjera. En efecto, el 29 de abril de 1905, un decreto del Ministerio de Hacienda autorizó la instalación en Chile de la empresa norteamericana Braden Copper Company, como encargada de explotar el yacimiento El Teniente, que permanecía abandonado desde fines del siglo XIX.
En el marco del nuevo aniversario, el gerente general de la División, Álvaro Aliaga, compartirá un desayuno con algunos trabajadores que laboran en Rancagua y después, a las 11:30 horas, ofrecerá una conferencia de prensa para exponer los resultados de la empresa. En tanto, el gerente de Producción, Mauricio Larraín, se reunirá con trabajadores en el casino de Colón.
A pesar de estos 109 años de explotación industrial, el yacimiento -conocido como la mina subterránea más grande del mundo- tiene millones de reservas de mineral. De hecho, está en plena ejecución el proyecto Nuevo Nivel Mina, que sumará reservas por 2.020 millones de toneladas, con una ley media de cobre de 0,86% y una ley media de molibdeno de 0,022%. Esto se traducirá –en un período de más de 50 años- en más de 17 millones de toneladas de cobre fino.
El mencionado proyecto consiste en construir un nuevo nivel de explotación 300 metros debajo del nivel actual, con nuevos túneles, barrio cívico y toda la infraestructura productiva necesaria; lo que permitirá la continuidad operacional de la minera por otros 50 años.
Actualmente, El Teniente es la División que lidera la producción en Codelco. El año pasado produjo 450 mil toneladas métricas finas (tmf), aportando el 28% de la producción de Codelco, que totalizó 1 millón 622 mil toneladas métricas de cobre fino (tmf). Le siguieron Radomiro Tomic, con 23% del total (380 mil tmf); Chuquicamata, con 21% (339 mil); Andina, 15% (237 mil); Gabriela Mistral, 8% (128 mil); Salvador, 3% (54 mil), y Ministro Hales 2% (34 mil). Asimismo, aportó el 34 por ciento de las ganancias de la minera estatal.
HISTORIA DEL MINERAL
Tras obtener del gobierno chileno la autorización para instalarse y comenzar la explotación de la mina El Teniente, la empresa Braden Copper Company inició un conjunto planificado de obras, empezando por construir un camino de carretas -y luego un tren como medio de transporte-; habilitar una oficina comercial en Graneros y bodegas en La Compañía; reabrir la extracción de la Mina; edificar un concentrador y campamentos de habitaciones; establecer un patio industrial en Rancagua, y contratar trabajadores, entre otros.
Además de algunos campamentos pequeños creados cerca de las primitivas vetas a explotar, entre 1905 y 1906, en la ladera de la montaña próxima a la Mina, fue construido un "establecimiento beneficiador de minerales", integrado por una planta de concentración o molino, con capacidad para tratar 250 toneladas diarias de mineral que eran acarreadas por un "tranvía aéreo" desde el yacimiento, y un "dínamo" que suministraba la energía eléctrica.
Sin embargo, sólo en marzo de 1915 este poblado industrial recibió el nombre de "Sewell", en recuerdo de Barton Sewell, alto ejecutivo de Braden Copper que falleció ese año en Nueva York.
En las primeras dos décadas de explotación en El Teniente el trabajo industrial se concentró en el sector Fortuna, lugar que en sus 5 niveles entregó la mayor parte del mineral obtenido entre 1905 y 1920, con leyes del 2% y 3%. En paralelo, desde 1910, el sector Teniente pasó a convertirse en el área de extracción principal del yacimiento, donde se conocieron leyes del 4 y 5 por ciento.
A finales de la década de 1967 el Estado chileno adquirió el 51% de la propiedad de la mina a través del proceso de chilenización del cobre y la Braden Copper se convirtió en Sociedad Minera El Teniente S.A. Posteriormente, en el gobierno del Presidente Allende, se nacionalizó El Teniente y la gran minería.
En 1967, el Ministerio de Economía aprobó la inversión necesaria para aumentar su capacidad instalada de producción, de 180 mil a 280 mil toneladas anuales de cobre fino. El plan consideró la ampliación de la fundición de Caletones, la construcción del nuevo concentrador, en Colón, de los piques Sewell y «B», de un túnel a la mina por el nivel Teniente 8 y de la Carretera El Cobre; así como la edificación de viviendas en Rancagua para los trabajadores con familias que residían en Sewell, Caletones y Coya.
Entre 1996-1997, con el objetivo de revertir la disminución de la productividad debido al agotamiento de algunos sectores de la mina, se crearon varios proyectos destinados a expandir la capacidad de producción y maximizar los excedentes divisionales. Además de contemplar la explotación de nuevos sectores, estos proyectos incorporan nuevas tecnologías, la automatización de operaciones, y un nuevo impulso al desarrollo del recurso humano con la adquisición y desarrollo de competencias laborales por parte de los trabajadores.