Cuantificar el impacto que genera actualmente el precio del cobre en la economía chilena, entendiendo que el valor de esa materia prima se encuentra mucho más débil respecto de su peak de 2011, pero de todas formas más fortalecido sobre los promedios históricos, fue uno de los elementos que incorporó un reporte publicado ayer por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Y el resultado del ejercicio no es irrelevante.
Según la entidad, un escenario de precios de commodities estables respecto de los niveles que se exhiben este año, le resta 0,8 puntos porcentuales al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país respecto de las tasas percibidas entre 2012 y 2013. En estos años la economía creció 4,8% en promedio.
Esto explicaría parte del argumento que utilizó hace unas semanas el FMI para recortar las perspectivas económicas de Chile en 2014 a 3,6%, desde el 4,5% estimado anteriormente.
El informe “Perspectivas Económicas, Las Américas, Desafíos Crecientes” indica que la desaceleración del precio de las materias primas respecto de su boom de hace tres años quita 0,9 puntos al crecimiento de las principales economías de exportadoras de productos básicos, con casos mucho más drásticos como el de Perú, que exhibiría una merma de dos puntos porcentuales en su PIB.
“El modelo también proyecta que el crecimiento promedio del PIB del período 2014-19 será más moderado que el del período 2012-13 en todos los países, con la excepción de Brasil”, indica el reporte. Añade que un contexto de mayor caída en los precios de los commodities haría que el crecimiento promedio de las economías evaluadas sería 1,25 puntos porcentuales más bajo.
De todas formas, el reporte señala que “hay ciertas limitaciones en el análisis”, ya que, por ejemplo, el modelo estimado en el cálculo asume relaciones estables, incluyendo respuestas de política económica a shocks externos de los países durante el período 1970-2013.
“La mayoría de las economías en América Latina, sin embargo, experimentaron transformaciones estructurales importantes en las últimas cuatro décadas, y muchas de ellas han fortalecido significativamente sus marcos de política más recientemente (por ejemplo, han flexibilizado sus regímenes cambiarios y reducido la prociclicalidad de su política fiscal). En la medida en que esos cambios tengan un efecto directo sobre el crecimiento económico a futuro, es probable que las proyecciones del modelo tengan un sesgo a la baja”, afirma el estudio.
El Fondo pide cautela
En la presentación de reporte, el FMI instó a las autoridades regionales a una mayor prudencia fiscal frente a un golpe al crecimiento de la región que puede ser más duradero que el que siguió a la crisis financiera, por lo que aconsejó especialmente ajustes profundos en Venezuela y Argentina.
El organismo, además, abogó por una cautela de los gobiernos ante los problemas que desate el recorte del estímulo monetario de Estados Unidos y una menor demanda por materias primas en China. “La situación fiscal se ha deteriorado en el margen y el choque de crecimiento para la región en su conjunto puede ser más permanente que, por ejemplo, el choque que se vivió en el 2009-2010″, explicó Alejandro Werner, director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI, en una conferencia en Lima para presentar el informe.
El Fondo les recomendó una posición fiscal neutral a las economías integradas financieramente (como Brasil, México, Colombia, Chile, Perú y Uruguay), las cuales tienen finanzas públicas sólidas. Para Argentina y Venezuela, el FMI dijo que las perspectivas son difíciles por los “importantes desequilibrios”.