Entre noviembre de 2013 y abril de 2014 esta moneda no estatal, de emisión descentralizada y limitada en su expansión, que compite contra las monedas gubernamentales de papel, todavía no comprendida en su esencia por bancos centrales y reguladores de todos los países, desplegó una corrección completa a la baja que estimamos finalizada el pasado día 11 en los 340 dólares. El efecto de esta idea que presentamos es la liberación ascendente de un nuevo ciclo que llevará al producto a máximos históricos nuevamente.
Desde sus comienzos transaccionales hace cuatro años, cuando el Bitcoin se intercambiaba por apenas unos pocos centavos de dólar hasta finales del año pasado, no sólo este producto subió de manera espectacular hasta los 1.175 dólares (base mercado Bitstamp) sino que lo hizo mediante un formato ascendente que técnicamente se tipifica como "impulsivo", o sea desplegándose en cinco movimientos, ondas o ciclos, cada uno de los cuales se corresponde con una etapa de la psicología del mercado, donde en la última etapa se verifica extrema euforia que es la que justamente da lugar a fortísimas caídas posteriores.
La sensación de demandantes y ofertantes en las fases finales ascendentes es que no existen más productos para comprar, que se extinguen los Bitcoins y que hay que apurarse para adquirir lo poco que quede circulando. Este sentimiento, en los mercados de cualquier bien, lo que indica en verdad y fuera de la locura del momento es que no quedan en fila nuevas oleadas de compradores que puedan relevar de sus posiciones compradas a otros tenedores pagándoles al alza en este caso mayor cantidad de dólares. Los mercados se desploman justamente cuando desaparecen los compradores, no es que los vendedores vengan a "tomar ganancias" sino que todos quedaron ya comprados y no pueden ser suplantados para proseguir la escalera al cielo.
Los 1.175 de finales de noviembre de 2013 fueron un techo técnico perfecto, con cinco ondas previas que lo permitieron, mientras que la caída siguiente 1.175-340 dólares también estimamos es una corrección completa y ya cerrada el pasado 11 de abril. El formato que ha dejado en el gráfico el Bitcoin en su contracción fue lo que técnicamente se llama un "doble zigzag", o sea una secuencia muy desgastante de siete etapas de caída que llevan a la opinión pública al final a colocarse muy negativa y a despreciar con pocos meses de diferencia aquello que en los techos era el bien más deseado. Un doble zigzag es una estructura cuyos lineamientos internos se etiquetan como A-B-C-X-A'-B'-C' (ver gráfico).
Al cierre de esta edición, el Bitcoin se opera sobre los 496 dólares, habiendo realizado la semana pasada una subida espectacular entre 340 y 548 dólares, o sea un 61% de alza desde los deprimidos mínimos del 11 de abril. Sin embargo, el formato ascendente no es aún impulsivo pues no logró armar un despliegue al alza de cinco ondas. La estructura impulsiva, no obstante, está próxima a quedar confirmada si en las próximas horas o en esta misma semana se superara exitosamente la región de 517-520 dólares, ya que este hecho pensamos llevaría al Bitcoin a una subida directa mayor hasta los 637 dólares.
Esta definición de corto plazo, entonces, es la que terminaría de validar nuestra posición favorable a que 340 dólares fue mínimo definitivo y que como consecuencia de ello no sólo veremos en los próximos meses la superación de 1.175 dólares otra vez sino también una liberación ascendente de grado mayor hasta los 1.817 dólares e inclusive hacia niveles superiores que iremos comentando a medida que se convalide la superación técnica de las resistencias que simbolizan el comportamiento actual y futuro del mercado.
Finalmente, queremos recordar que distintos bancos centrales, comisiones nacionales de valores y agencias tributarias se han expedido acerca de la naturaleza del Bitcoin. Las doctrinas acumuladas hasta el momento son muy diferentes entre sí.
Tenemos desde países cuyos reguladores prohibieron el Bitcoin emitiendo suertes de "bandos militares" aunque no explicaron de qué modo lograrían su cometido proscripcionista, como la Federación Rusa, hasta posiciones atractivas como la de Estados Unidos que le impusieron una regulación tributaria benévola, llegando hasta el reino de Dinamarca, que consideró que se trata de un mero juego sobre un bien no real y que le resulta irrelevante qué haga la gente comprándose y vendiéndose Bitcoins, todo lo cual simboliza también tendencias psicológicas del mercado que se dibujan en los gráficos y que contribuyen a marcar mínimos, máximos y habilitación de ciclos bullish o bearish. Naturalmente, será interesante escuchar en la Argentina tanto al BCRA como a la CNV y a la AFIP en sus desarrollos doctrinarios y temperamentos regulatorios si es que efectivamente decidieran expedirse sobre esta revolución monetaria privada del siglo XXI.