La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, debe asumir la responsabilidad que le corresponde por la controvertida compra de una refinería en Texas por parte de Petroleo Brasileiro SA, dijo el ex presidente ejecutivo de la petrolera estatal en una entrevista publicada el domingo.
Rousseff presidía el directorio de Petrobras en el 2006, cuando se aprobó la compra de Pasadena Refining System Inc, cerca de Houston.
El elevado costo y las pérdidas en las que incurrió posteriormente la refinería han puesto a Petrobras en el centro de un creciente escándalo político que comenzó con acusaciones de soborno y fue agravado con el arresto de un ex director por su relación con un caso de lavado de dinero.
Las repercusiones podrían complicar la campaña por la reelección en octubre de Rousseff, quien ha dicho que no fue informada sobre dos cláusulas en el contrato con la refinería que convirtieron a la compra en un costoso acuerdo para Petrobras.
El presidente ejecutivo de la estatal en ese entonces, José Sergio Gabrielli, dijo al diario Estado de S. Paulo que tanto él como Rousseff son responsables por la compra que resultó mal.
"Yo era presidente de la compañía. No puedo escapar de mi responsabilidad, y de igual forma, la presidenta Dilma no puede escapar de su responsabilidad como presidenta del directorio", afirmó.
Gabrielli reiteró declaraciones realizadas por su sucesora al frente de Petrobras, Maria das Graças Foster, quien dijo el martes en una audiencia del Senado que la compra fue un buen acuerdo en su momento, pero que la crisis económica mundial lo convirtió en una pérdida de dinero.
"Yo aún creo que fue un buen acuerdo en el 2006, un mal acuerdo para las condiciones del mercado entre 2008 y 2011, y se convirtió nuevamente en un buen negocio entre 2013 y 2014", dijo Gabrielli, refiriéndose a la operación de la refinería que reportó su primera ganancia para Petrobras en enero y febrero de este año.
Petrobras compró un 50 por ciento de la refinería de 100.000 barriles por día (bpd) por 360 millones en el 2006 a la belga Astra Oil con la esperanza de maximizar las ganancias del petróleo pesado brasileño que se enviaba a Estados Unidos.
Gabrielli dijo que el directorio de Petrobras habría seguido adelante con el acuerdo de compra incluso si se les hubiese informado sobre las dos cláusulas que Rousseff dice desconocer.
La primera es una cláusula Marlin, que compensa a Astra por posibles pérdidas, y la segunda es una opción de compra que en el 2012 obligó a Petrobras a comprar el restante 50 por ciento como parte de un acuerdo legal por 820,5 millones de dólares.
(Reporte de Anthony Boadle; Editado en Español por Ricardo Figueroa)
José Gabrielli afirmó que la presidenta también es responsable de la decisión de que la compañía comprara una refinería en Estados Unidos en 2006, un negocio actualmente investigado por posibles irregularidades.
El extitular de la petrolera brasileña Petrobras José Gabrielli afirmó que la presidenta Dilma Rousseff también es responsable de la decisión de que la compañía comprara una refinería en Estados Unidos en 2006, un negocio actualmente investigado por posibles irregularidades.
"Yo soy responsable; era el presidente de la empresa y no puedo huir de mi responsabilidad, del mismo modo que la presidenta Dilma no puede escapar de la responsabilidad de ella porque era presidenta del Consejo", dijo Gabrielli en una entrevista publicada hoy por el diario O Estado de Sao Paulo.
"Somos responsables de nuestros actos, pero es legítimo que ella ahora dude", agregó Gabrielli, según reportó la agencia noticiosa EFE.
La compra de la refinería en Pasadena, Texas, es investigada por la Policía Federal (PF), el Tribunal de Cuentas de la Unión y el Ministerio Público (Fiscalía).
Tanto Rousseff como la actual ejecutiva principal de Petrobras, Graça Foster, sostuvieron que la compra de la refinería fue aprobada sobre la base de un informe técnico que ocultaba cláusulas del negocio que eran perjudiciales para la empresa.
Gabrielli defendió la decisión de la compra bajo "las circunstancias de la época", aunque coincidió en que el dictamen "era omiso".
En la época de la operación cuestionada hoy, Gabrielli era el presidente ejecutivo de Petrobras y Rousseff, en su calidad de ministra de la Casa Civil (jefa del gabinete) del entonces mandatario Luiz Lula da Silva, presidía el Consejo de Administración de la compañía.