Adiferencia del oro o el petróleo, en el mercado mundial del cobre priman los fundamentos más que la especulación. En el caso del metal dorado, la incertidumbre financiera hace volátil su precio. En el caso del oro negro, cualquier posibilidad de riesgo de suministro afecta su precio, el mismo que es manejado, en parte, por un cártel relativamente exitoso.
En el caso del metal rojo, la evolución de la demanda china ha jugado un rol central. Del 2001 al 2007 esta se aceleró cada año, llevando a aumentos importantes del precio del cobre. La oferta mundial apenas podía seguir esta evolución.
En el 2008 y el 2009 la demanda mundial sufrió una fuerte desaceleración -creció mucho menos-, lo que afectó los precios. Nuevamente, en el 2010 y el 2011 la demanda mundial recuperó dinamismo y los precios volvieron a responder al alza.
Sin embargo, en el 2012 y el 2013 la demanda mundial volvió a moderar su incremento, mientras que la oferta en el 2013 mostraba la más grande expansión de la última década. Después de algunos años y fruto de los altos precios desde el 2006-07 diversos proyectos nuevos y ampliaciones comenzaron a operar.
Para el 2014 se espera algo similar al 2013. Es decir, un relativo exceso de oferta que en el margen llevará el precio promedio del año a alrededor de US$ 3.00 la libra de cobre, a diferencia del US$ 3.32 promedio observado en el 2013.
Para el 2015, si China tiene éxito en rebalancear su economía y continúan entrando grandes proyectos en todo el mundo (lo más probable) será posible ver precios del metal rojo a US$ 2.90-2.85.
En este escenario no tan halagüeño, afortunadamente tenemos proyectos de clase mundial entrando a producir en estos años. Toromocho, Las Bambas y la ampliación de Cerro Verde son una especie de seguro macroeconómico ante posibles mayores caídas del precio. Estos tres representan un incremento de cerca de 60% de la producción nacional de cobre alcanzada en el 2013. Además operan en el quintil de bajos costos mundiales.
En términos de exportaciones (entrada de dólares) y de actividad económica (toneladas) se podrá soportar el potencial ciclo bajista.
Sin embargo, en términos de ingreso disponible e impuesto a la renta, las cosas no vendrían del todo bien, de cumplirse la predicción del 2015. En el límite se puede echar mano delFEF y otros recursos. La idea es sostener el crecimiento del empleo agregado. En el tema tributario, hoy en día los impuestos al trabajo son muy dinámicos, significativos y superiores al impuesto a la renta minera. Ello representa un escudo para evitar deterioros mayores en la recaudación.
Más allá de políticas anticíclicas, nada reemplaza políticas de desarrollo productivo que liberen las fuerzas de mercado, mantenidas en estado latente, sea por exceso de regulación o por falta de la misma, dependiendo de cada caso.
Se tiene que actuar desde hoy pensando en escenarios más difíciles, que parecen ser los que se asoman en un horizonte de mediano plazo.