En los próximos días Southern Cross finiquitará con Endesa Chile el traspaso del 50% de la propiedad de GasAtacama, lo que pondrá fin al pacto de accionistas entre la eléctrica y el fondo de inversión.
La operación por US$ 309 millones no sólo sepultó la intención de la australiana Origin de quedarse con dicho porcentaje, sino que también habría implicado para la filial de Enersis un cargo extra en torno a los US$ 70 millones.
Transcurridas un par de semanas desde el anuncio de la adquisición, se conocen detalles de este negocio, que estuvo precedido por dos años de conflictos que derivaron en el establecimiento de un mecanismo para que Southern Cross pudiera desprenderse de este activo por el cual pagó US$ 80 millones en 2007. La vendedora entonces fue la propia Endesa.
A mediados de 2013, y en el marco de este protocolo, la filial de Enel rechazó desembolsar US$ 310 millones por la mitad de la generadora nortina, lo que activó una ventana de seis meses en que el fondo -ligado a Raúl Sotomayor y Norberto Morita- podía negociar con terceros en condiciones que no podían ser más ventajosas que las ofrecidas a la eléctrica.
Es en este punto que aparece Origin que con este negocio por fin podría ingresar efectivamente al mercado eléctrico, pues aunque ingresó al país hace algunos años, está involucrada sólo en proyectos, como Energía Austral.
Prevención legal
Cuando Southern y Origin tenían listos los términos de la venta, la australiana -que era asesorada por un equipo del estudio Carey- se jugó una carta que era arriesgada, pero que le otorgaría certeza jurídica.
La oceánica ofreció pagar US$ 309 millones, con el objetivo de activar el mecanismo de consulta a Endesa. Conocedores del tema comentan que Origin se habría confiado porque en ocasiones anteriores a la de mediados de 2013, la filial de Enersis habría rechazado montos inferiores y además, con el protocolo del avenimiento cumplido, quedaría cubierta ante cualquier impugnación legal posterior.
Pese a que Endesa Chile y Southern Cross declinaron comentar respecto de las ofertas anteriores que fueron evaluadas porque todo el proceso está regido por cláusulas de confidencialidad, fuentes conocedoras de las conversaciones comentaron que al menos en dos ocasiones Endesa Chile habría rechazado ofertas que eran inferiores en monto. Una de ellas habría rondado los US$ 240 millones, lo que implicaría que en ese momento la eléctrica podría haber pagado US$ 69 millones menos por la mitad de GasAtacama y no los US$ 309 millones en que finalmente se selló el fin de esta sociedad.
Fuentes de Endesa dijeron que recién en la última oferta de Southern el análisis determinó que la operación les aportaba valor, debido a mejoras en factores como la deuda de GasAtacama o el valor del activo, entre otros.