Así lo anunció este jueves el Gobierno británico para el año 2015 sobre los pozos situadas en el centro y el norte de Inglaterra, al considerar que no son rentables a largo plazo. El secretario de Estado de Energía, Michael Fallon, explicó en una declaración escrita a la Cámara de los Comunes que ha negociado con un consorcio privado llevar a cabo “un cierre gestionado” en Kellingley, en el condado norteño de North Yorkshire, y en Thoresby, en la región central de Nottinghamshire.
Tras estas clausuras, que afectarán a 1.300 empleos, solo quedará abierta la mina de Hatfield en South Yorkshire. Fallon dijo que el Gobierno ha tomado un préstamo de 10 millones de libras (12 millones de euros) que se sumarán a otros 10 millones que aportará el sector privado para gestionar el cierre y evitar que la compañía operadora, UK Coal, se declare en quiebra. Con este apoyo estatal puntual, se evitará al Tesoro “cuantiosas pérdidas” derivadas de los despidos e impuestos impagados, aseguró. ”Se sirve mejor el interés de los contribuyentes con un cierre gestionado de estas minas“, dijo el político conservador.
Por último, Fallon subrayó que las empresas privadas que quieran invertir en esos pozos de forma independiente para mantenerlos abiertos después de 2015 “son libres de hacerlo“. ”La minería del carbón sigue siendo un negocio inherentemente arriesgado y no se justifica una inversión que mantenga estas minas profundas abiertas más allá de este periodo gestionado de cierre hasta otoño de 2015“, concluyó.
Con el cierre de las minas, el histórico sector del carbón prácticamente desaparecerá en el Reino Unido, tras haber sufrido su mayor golpe durante el Gobierno de la primera ministra conservadora Margaret Thatcher (1979-1990), que clausuró la mayor parte de los pozos en los años 80, hasta entonces nacionalizados.