El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, afirmó ayer que cuanto más se ahorre, se mantendrán los subsidios y explicó que el incentivo consiste en el “uso racional de la energía” para que el ahorro se traduzca en el sostenimiento de los subsidios.

El funcionario indicó respecto de los subsidios del gas que “el impacto desde el punto de vista porcentual dependerá la racionalidad en su uso”.

Durante su habitual conferencia en la Casa Rosada, el funcionario consideró que el “incentivo consiste en dar un uso racional de la energía para que el ahorro se traduzca definitivamente en el sostenimiento del subsidio”. Recordó que sí lo explicaron en su momento los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Planificación Federal, Julio De Vido.

La intención es mantener el subsidio para quienes reduzcan en un 20% sus consumos respecto del año anterior. Quienes bajen entre un 5 y un 20% conservarán parte del beneficio.

Capitanich destacó que por "instrucciones de la presidenta Cristina Fernández" se suscribieron acuerdos con las provincias" para "sostener las tarifas energéticas" a cambio de obras.

Desmentida
El interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Antonio Pronsato, cuestionó ayer a los diarios "Clarí­n" y "La Nación" por “hacer un análisis sesgado y tendencioso al informar supuestas subas de gas que no son tales”. Los matutinos señalaron que, por la quita del subsidio, los usuarios residenciales sufrirían una suba cercana al 500 por ciento.

“El impacto en la reducción de subsidios de la factura de gas será el anunciado por los ministros De Vido y Kicillof, que al final de las tres etapas, van desde el 17 por ciento a menos del 80 por ciento de reducción del subsidio”, detalló.

Pronsato rechazó el cálculo de los matutinos por “tomar la modificación del precio del gas en boca de pozo, que sólo impacta en un 20 por ciento en la boleta final, como si en forma lineal se trasladara a lo que pagan los hogares”.

Valor en boca de pozo
Asimismo, destacó que “esta es la quita de subsidios anunciada, ya que la mejora del valor del gas en boca de pozo implica una reducción de los incentivos que el Estado paga a las empresas productoras de gas en forma de compensaciones”.

Afirmó que “la diferencia, es decir las menores compensaciones que pagará el Estado, va a potenciar otras polí­ticas públicas destinadas a hogares de menores recursos, como la Asignación Universal por Hijo o el programa Progresar”.

Pronsato remarcó que “en ningún momento hablamos de porcentajes porque eso depende del caso puntual y de la conducta del usuario, ya que existe la posibilidad de reducir el consumo un 20 por ciento para mantener el subsidio como era hasta hoy”.

El interventor del ente de gas agregó que, “si no hay cambios en la pauta de consumo, el impacto en la factura en ningún caso llegará a los porcentajes que dicen los medios”.

El aumento en las tarifas de gas que el Gobierno puso en marcha anteayer parece inspirado en el extraño concepto de federalismo que utilizó el kirchnerismo durante la última década para fijar los precios de los servicios públicos en todo el país.

Al menos eso sugiere el análisis de la batería de resoluciones que difundió el Enargas (ente regulador del sector), donde dispuso ajustes mucho mayores en las provincias que en el Gran Buenos Aires.

A partir de agosto, cuando entren en vigor los aumentos plenos de tarifas para todos los usuarios que no ahorren al menos un 5% del gas que consumieron en el mismo período del año pasado, los clientes tucumanos de Gasnor tendrán el triste privilegio de sufrir los mayores ajustes. Para los denominados R3-4, un lote que abarca a los mayores consumos, el metro cúbico (m3) pasará a costar $ 1,86, 765% más que los precios vigentes hasta el mes pasado.

En la categoría R-1, que incluye a los que menos gas utilizan, el salto en el metro cúbico será de 218%, hasta $ 0,362. En ese renglón, también en porcentaje, Tucumán se llevó el ajuste más importante de acuerdo con la documentación que difundió el Gobierno hasta ahora.

Un cliente R3-4 de Distribuidora de Gas del Centro, que atiende a las provincias de Córdoba, La Rioja y Catamarca, siempre que no ahorre, sufrirá un ajuste de 654% a partir de agosto, mientras que quien se ubica en la primera categoría de consumo enfrentará un incremento de 188 por ciento.

En Mendoza, los clientes de Distribuidora de Gas Cuyana pagarán por metro cúbico $ 0,419 en la categoría más baja y $ 1,736 en la más alta, con una suba de 187% y de 609% en cada caso. Y para la misma categoría de usuario en Bahía Blanca, en el sur de la provincia de Buenos Aires, los aumentos serán de 172% y de 605%, respectivamente.

En todos los casos, el porcentaje de aumento en el precio del metro cúbico es mayor que el que enfrentará un usuario de Gas Natural Fenosa, distribuidora que tiene a cargo la prestación del servicio en la mayor parte del Gran Buenos Aires.

El mayor incremento será de 493%, muy lejos del 765% que afrontarán los tucumanos, mientras que entre quienes menos consumen el aumento será de 158%, también por debajo del 218% de aquella provincia.

Aún no se difundieron los nuevos cuadros de Metrogas, la mayor distribuidora del país, que atiende a la Capital Federal.

Fuentes del Ministerio de Planificación, que conduce Julio De Vido, relativizaron los aumentos. Justificaron las subas diferenciales en que la distribuidora del Gran Buenos Aires ya había recibido un ajuste de tarifas en 2007.

También sostuvieron que el impacto final sobre la factura será, medido en porcentajes, inferior al ajuste de la tarifa del metro cúbico de gas, porque la boleta incluye otros ítems, como el Cargo Gas, que se destina a pagar una parte de las importaciones, y el Fosegas, un fondo creado para financiar obras que también cubre la demanda. Ésos son los argumentos que utilizó ayer el interventor del Enargas, Antonio Pronsato, para relativizar los ajustes.

Sostuvo que "ésta es la quita de subsidios anunciada, ya que la mejora del valor del gas en boca de pozo implica una reducción de los incentivos que el Estado paga a las empresas productoras de gas en forma de compensaciones".

En términos absolutos, sin embargo, un tucumano de alto consumo pagará por el metro cúbico más que un bonaerense.

Distintos porcentajes se calcularon a partir de la publicación de las resoluciones sobre las facturas de gas de este lunes. Pero las distribuidoras que ya están procesando los nuevos cuadros tarifarios indicaron que los aumentos no sobrepasarán los límites anunciados por el Gobierno: del 100% al 284%, según la categoría de usuario de cada hogar, siempre que se mantenga el mismo nivel de consumo (y no se ahorre) y al término de las tres etapas en que se aplicará el ajuste.

Según los técnicos de facturación de estas empresas, hay que considerar que no todos los renglones de la factura sufren incrementos. Suben los rubros cargo fijo, consumo, IVA y otros impuestos, pero se mantienen sin cambios el costo del gas importado y el subsidio al consumo que se aplica sobre el ítem anterior.

La confusión es atribuible en gran parte a la deficiente comunicación del Gobierno al hacer el anuncio. Los ministros De Vido y Kicillof se refirieron a una reducción de los subsidios, y como éstos se aplican sobre el costo del gas importado, la deducción lógica parecía ser que se incrementaba el producto importado, cuyo precio es afrontado por el Estado nacional.

Pero finalmente no fue eso lo que ocurrió. Lo que se oficializó es un aumento del precio del gas en boca de pozo que perciben las petroleras. En la práctica, es también una baja de los subsidios porque el Estado está pagando el gas a un valor mucho más alto a las petroleras del que figura en las facturas, de manera que va a tener una reducción de ese gasto a partir de ahora.

Las petroleras seguirán recibiendo los mismos valores pactados en el programa Gas Plus: u$s 2,60 por millón de btu del gas de yacimientos anteriores a 2012, y u$s 7,5 por el producto nuevo, pero ahora parte de esos ingresos provendrán de los usuarios residenciales y comerciales (la industria está excluida) y no del Estado. Este cambio era pedido por las productoras por temor a que dificultades del Tesoro o un cambio de Gobierno condujeran a una baja en la remuneración recibida luego de haber hecho las inversiones.

El cargo fijo para un usuario hogareño R 31 que consume entre 1.001 y 1.200 metros cúbicos anuales pasará de $ 7,74 a alrededor de $ 16,15, con un aumento del 110% a partir del 1 de agosto. Para un consumo bimestral de invierno de 424 metros cúbicos bimestrales, el precio pasará de $ 83,69 en el invierno pasado a $ 377, con un incremento del 349%. El IVA, en tanto, que en 2013 fue de $ 24,04, puede rondar hasta $ 100. Esto es así porque se calcula un 21% sobre: cargo fijo, FOCE, consumo y sobre ingresos brutos e impuesto Ley 25.413, y estos dos últimos rubros no se pueden calcular todavía, porque no está claro cuánto les corresponderá del renglón consumo a transportistas y distribuidoras, y sobre estos valores se pagan ingresos brutos.

Con todo, no es posible calcular el aumento definitivo en la factura. Esto es así porque hasta última hora de anoche el Ministerio de Planificación no respondió a la pregunta de este diario sobre si se mantendrán los descuentos de invierno en el costo del gas importado. Esto se decide año tras año a mediados de mayo y tiene incidencia en la factura final.

El costo del gas importado, que se aplica a los usuarios con consumos superiores a 1.001 metros cúbicos, se prorratea durante todo el año, pero se considera una bonificación del 100% para los R31 y R 32 entre mayo y septiembre (de 1.001 a 1.500 metros cúbicos), y del 100% en junio y julio para R 33 y R 34 ( de 1.501 metros cúbicos anuales en adelante) y del 70% para estos mismos usuarios en agosto y septiembre. En caso de que no haya excepciones de invierno, el aumento total en una factura de alto consumo llegaría a un 300%, considerando los ajustes dispuestos ahora.