Según las pesquisas realizadas por la policía de la ciudad hindú de Hyderabad, la mafia china es uno de los principales eslabones en el tráfico ilegal de oro en la región. Las fuerzas del orden detuvieron el viernes pasado a una persona, Ghulam Jilani, en el aeropuerto RGI de la Polinesia Francesa con un cargamento de oro escondido en su equipaje procedente de Dubai y en conexión, según ha revelado en el interrogatorio, con varios comerciantes en India.
Esta red de comercio ilegal de oro se ha hecho más fuerte en el último año después de las restricciones impuestas por el gobierno de la India para acabar con la sangría del déficit por cuenta corriente. Los impuestos, cuotas y prohibiciones han dado lugar a un fortalecimiento del mercado negro, el cual podría ser incluso más lucrativo que el proxenetismo o el narcotráfico según apuntan diversas fuentes conocedoras del caso.
La red desarticulada el pasado viernes seguía un protocolo muy bien determinado, en el cual colaboraban comerciantes, correos, funcionarios de la Administración y taxistas. Las formas de transportar oro son de lo más variopintas: botes de polvos de talco, cajas de hierro blindadas, baterías de teléfonos móviles, ruedas de los trolleys y otras formas de esconder oro en cápsulas de plata y mercurio para que fuera indetectable a los escáneres de seguridad de los aeropuertos.
Estas formas de comerciar con oro ilegal ha reportado unas ganancias extraordinarias a los dueños del contrabando. La mafia china cobra 1.000 dinares –aproximadamente 272,25 dólares USA– por cada uno de los servicios en los que tuviera que intervenir. Puesto que esto se hacía varias veces al día con el mismo intermediario, las ganancias se multiplicaban. Los correos se tenían que enviar a través de un misterioso “Raju Bhai” el cual servía de intermediario clave en Dubai para entrar en India.