Sobrecosto para el sistema obedece a la obligación de reemplazar la energía de la carbonera con diésel, combustible que es más caro.
A la espera de lo que diga la Corte de Apelaciones de Concepción. Ese es el estatus actual de la central Bocamina, de Endesa
La paralización de la unidad, iniciada a comienzos de año, ya ha generado un sobrecosto para el Sistema Interconectado Central (SIC) de US$100 millones, según cálculos de la industria, lo que equivaldría en consumo de petróleo diario a cinco veces lo que utiliza el Transantiago.
Esta cifra se explica por la entrada en operación en este período de centrales menos eficientes -fundamentalmente a diésel- en reemplazo de esta unidad, que en marzo de 2013, por ejemplo, aportó el 5,5% de la generación del principal sistema eléctrico del país.
De acuerdo con un análisis realizado por la industria energética, si se quisiera reemplazar la energía no generada por Bocamina II, durante este periodo de suspensión, sólo con generación hidráulica, esto equivaldría a todas las extracciones realizadas por los regantes durante esta temporada desde el Embalse del Laja, lo que entrega una dimensión del costo que esta suspensión tiene en las escasas reservas hídricas durante la sequía.
Según fuentes de la industria, la paralización de la central genera un complejo panorama. Ello, pues si bien el costo de la generación ineficiente o adelanto del uso de agua recae en los generadores deficitarios (que realizan compras spot), los recursos hídricos desaprovechados representan un alto costo para el país en todos sus sectores productivos y que los mayores costos del sistema se reflejan en altos precios spot, según comentan fuentes de la industria.