En exploración hubo más de 6 millones de metros perforados, la cantidad de proyectos aumentó de 18 a 704 desde 2003 a la fecha; las exportaciones pasaron de 3.000 millones a más de 33.000 millones.
Hoy, la minería argentina explica el 3,2 por ciento del PBI nacional, representa el 6 por ciento de la ocupación total y aporta el 7,4 por ciento del total de las exportaciones.
Según el Servicio Geológico Minero Argentino, existen 500 millones de toneladas potenciales de cobre metálico; otras 9.250 toneladas potenciales de oro metálico; 300.000 toneladas potenciales de plata y las reservas más importantes de litio, boratos y potasio del mundo.
Argentina siempre fue conocida en el mundo por la calidad de sus carnes, por la cantidad de sus cereales, y por la pasión de sus tangos. Difícil era pensar que a nivel global fuera reconocida también por sus recursos minerales. Esto último comenzó a suceder a partir de 2003.
"Argentina ha podido, por estos años, promocionar y calificar gran parte de su potencialidad minera, y ello concita a nivel mundial, expectativas crecientes entre la comunidad inversora", comentó a Télam un alto ejecutivo de una de las principales firmas del sector.
Como muestra de que Argentina pasó a estar en el horizonte de los inversores extranjeros, agregó que "la diversidad de minerales ha posibilitado variado origen de los emprendimientos que avanzan hoy en el país para poner en valor proyectos mineros".
Basta recorrer la extensa geografía para apreciar inversores de renombre provenientes de Alemania, Australia, Brasil, Canadá, China, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Japón, Italia, Corea del Sur, Francia, Perú, Reino Unido, Sudáfrica, Rusia, Suiza.
También están aquí representantes de economías de oriente y occidente, de sociedades desarrolladas y emergentes.
Desde esas latitudes provienen actores de renombre como la automotriz Toyota; la trading productora de Suiza, Glencore; la aurífera Barrick Gold; las siderúrgicas de Corea del Sur y de China, Posco y MCC; y la procesadora industrial Durlock, entre otras.
Todos ellos interactúan en la economía nacional junto a productores locales y recurren no sólo a los recursos humanos argentinos sino también al abastecimiento de insumos, productos y servicios que brindan los proveedores nacionales.
Nada de esto es casual. Detrás de más de diez años de crecimiento de la minería argentina, hay un proyecto cuidadosamente diseñado que nació en 2003 por impulso del entonces presidente Néstor Kirchner, y que permitió colocar a este sector productivo entre los principales en la economía nacional.
El superávit logrado en la década, coloca a la actividad en el podio de privilegio y la impulsa al desafío de convertirse en motor económico para el país.