Por eso las alzas van del100% al 284%. Además pagarán más quienes ya no están subvencionados.
El Gobierno informó la semana pasada cuánto subirán las facturas de gas por una reducción de subsidios que oscila entre el 20% y el 80%, según el nivel de consumo. Pero al mismo tiempo, en una planilla mostró que al término de las tres etapas, a partir del 1 de agosto, los aumentos oscilarán entre el 100% y el 284%, utilizando también el criterio de mayor incremento para los que más consumen. Pero si se toma una factura cualquiera, se advierte que los números no cierran: esto es: aun tomando una quita del 80%, no se puede llegar a los aumentos anunciados por el Gobierno.
Como todavía no están las resoluciones del organismo regulador, por ahora sólo es posible hacer conjeturas. Pero sin temor a error, la mayor cantidad de dinero que va a recaudar el Estado nacional no se destinará a las empresas transportistas y distribuidoras, las cuales, según el ministro Kicillof, recibirán partidas especiales para obras.
Tampoco se trata de un aumento del gas en boca de pozo, porque una novedad de esta envergadura se hubiera dejado en claro, debido al impacto favorable sobre las cuentas de YPF, y naturalmente sobre su cotización.
Lo único que se puede entender entonces es que además de la reducción de subsidios hay un aumento en el costo del gas importado que es lo que deriva en los importantes aumentos en las facturas finales de los usuarios residenciales.
Por otra parte, una suba de ese rubro implica que también pagarán más desde ahora los clientes residenciales que perdieron el subsidio a partir de diciembre de 2011, como los que viven en countries, barrios cerrados o zonas consideradas de alto poder adquisitivo, entre ellas Puerto Madero, parte de Adrogué o La Horqueta.
Lo que no queda claro todavía es si este aumento del gas importado impactará en las industrias, ya beneficiadas con el mantenimiento de los subsidios.
El problema entonces es calcular cuál es la suba en el gas importado que el Estado está transfiriendo a los usuarios, y la primera estimación arroja un incremento de alrededor del 300% en ese renglón de la factura. Un error posible en el cálculo se puede originar en que los residenciales tenían exenciones en el período invernal que ahora fueron eliminadas, hecho que puede hacer variar el porcentaje de suba del gas importado. Lo indudable es que este rubro subió entre 3 y 4 veces.
Esto surge de un cálculo elemental que contempla lo siguiente:
• El caso es el de un usuario residencial subsidiado que en el último año fue categoría R31 durante cinco bimestres (entre 1.001 y 1.250 metros cúbicos anuales de consumo) y R32 (entre 1.215 y 1.500 metros cúbicos) en un bimestre.
• Como el costo del gas importado se prorratea durante el año para que impacte casi igual en todos los períodos, aun el invierno, el cálculo sólo puede hacerse en términos anuales.
• El usuario de referencia pagó en total por las seis facturas de gas $ 560,72. Dentro de este número abonó $ 271,68 por el costo del gas importado, y además fue subsidiado por $ 213,68.
• Si se supone el caso extremo de una reducción del 80% en el subsidio (que en realidad no es el caso porque ese porcentaje debería regir para los R34), el usuario debería pagar $ 171 por la disminución de la subvención y $ 39,33 por la incidencia del IVA y otros impuestos sobre el adicional a pagar.
• El usuario en términos anuales terminaría pagando $ 210,33 más por su factura de gas, los que sumados al original de $ 560,72 arrojan un total de $ 771,05, lo que equivale sólo al 37% de aumento.
• Si se lo considera sólo R31, el aumento que el usuario tendrá según el Gobierno será del 194,8% (si se lo toma R32 la suba es mayor); en términos anuales terminará pagando $ 1.654,12, un 114% más de lo que surgiría de una quita del 80% en los subsidios.
• Recién si se considera un aumento del 300% en el costo del gas importado, los números cierran. Con ese porcentaje de suba, el gas importado pasa, siempre en términos anuales, de $ 271,68 a $ 1.086,72. Si se considera una quita del 80%, el usuario pagará en un año $ 869,37 más $ 199,95 por el 23% de impuestos sobre ese monto, un adicional de $ 1.069,32.
• De este modo, este mismo residencial que en los últimos seis bimestres pagó en total $ 560,72, pasará a abonar $ 1.630,32, lo que representa un aumento del 190% muy cercano a lo anticipado por los ministros Kicillof y De Vido.