EN LO QUE VA DEL AÑO, el desempeño de los mercados de materias primas ha sido guiado por la aversión al riesgo hacia economías emergentes. Las tensiones en Ucrania han alimentado las preocupaciones de los inversionistas, gatillando una mayor demanda de metales preciosos como activos refugio. Además, el año empezó con la publicación de indicadores de actividad que sorprendieron a la baja en EE.UU., como es el caso de las nóminas no agrícolas (empleo) de diciembre y enero.
Entre los metales base el cobre es el más rezagado, en línea con la publicación de indicadores de actividad en China. Pese a que el Gobierno reforzó su meta de crecimiento para este año en 7.5%, el retroceso del índice de manufactura ha generado dudas sobre la solidez del ritmo de crecimiento chino. Esto, sumado a expectativas de mayor flujo de producción de cobre concentrado a refinado, ha llevado el precio a la baja. ¿Cuáles son los efectos sobre nuestra valorización? En el caso de metales preciosos, el riesgo geopolítico no estaba incorporado en nuestro escenario de enero. Por ello, si el precio del oro mantiene esta tendencia será necesario revisar la proyección del año. Si consideramos solo marzo, el promedio es US$ 1,350 por onza. Respecto de los metales base, la publicación de indicadores de actividad en China seguirán guiando el comportamiento. Sin embargo, no esperamos que el precio del cobre se mantenga por debajo de US$ 3.00 por libra por un largo periodo, y por el momento mantenemos el precio promedio utilizado en nuestros modelos en US$ 3.20 por libra, cerca del promedio observado de US$ 3.22 por libra en lo que va del año.