La Argentina pasó a vivir una profunda Messidependencia. Mientras mejor le vaya al seleccionado nacional en el Mundial de Brasil, que se extenderá desde el 12 de junio hasta el 13 de julio, mayor será la distracción y, estiman en la plaza financiera, será el momento oportuno para que Juan Carlos la aspiradora Fábrega aplique una segunda devaluación. El mendocino no es afecto a las microdevaluaciones, sino que le dijo a Cristina que su postura es hacer las devaluaciones de un saque. En este sentido, la inflación se está comiendo la deva de enero, con lo cual sería necesario un segundo ajuste. De hecho, los futuros de Rofex marcan un dólar oficial de $ 8,78 para julio y de $ 10,15 para fin de año.
Por lo pronto, las aguas están calmas, ya que el segundo trimestre del año es el período de mayor oferta de divisas. No obstante, el Banco Central todavía tiene que trabajar sobre la oferta de divisas y una buena forma de hacerlo es contribuyendo a cerrar la brecha que separa al blue del oficial. En ese sentido, en el período abril-junio tiene una brillante oportunidad. No debe dejar atrasar al tipo de cambio oficial para que tienda a acercarse al paralelo. La prueba de fuego es el tercer trimestre del año, lapso con una relación entre oferta y demanda de divisas más ajustada, sostiene Andrés Méndez, director de AMF Economía. A su juicio, para no zozobrar, debería tratar de captar aquellas divisas que hoy se le están escapando, como ingresos por turismo receptivo o subfacturación de exportaciones: Por varios meses, el blue no debería alejarse de $ 11.
Su socio en AMF, Gustavo Perilli, coincide en que, en este momento, el dólar blue está bastante amesetado y con tendencia bajista: Pero puede volver a acechar a la política económica si no se administra adecuadamente la percepción de inflación indefinida, el proceso desordenado de determinación de precios y salarios y la emisión monetaria durante el resto del año. Una estrategia podría consistir en dar un paso más hacia la flexibilización de las restricciones cambiarias, contemplando el hecho que la oferta de divisas mermará en la segunda mitad del año. Si se lograra ubicar al dólar blue por debajo de los $ 10 (y en dirección bajista), sería un éxito de la política económica.
Nadin Argañaraz, presidente del IARAF, advierte que la política monetaria restrictiva que viene implementando el BCRA le ha quitado combustible al dólar ilegal: A falta de pesos, quienes tienen dólares los venden y no hay muchos compradores. El hecho de saber que pueden comprar dólares oficiales hace que no estén presionando la demanda ilegal.
Para Fernando Baer, titular de Bconomics, el valor del blue dependerá de lo que decida el gobierno con el oficial: Pero hasta el tercer trimestre no habría motivos para que se escape. Un tema es cómo se esterilizara la compra de dólares de la cosecha. El juego con la tasa de interés será la relación a monitorear.