En una fuerte jugada de contraste con las políticas de Washington y Bruselas hacia Moscú por la anexión de Crimea a Rusia, la presidenta Cristina Kirchner recibió ayer un llamado de su colega Vladimir Putin, a quien respaldó.
Al rato de oficializarlo, la mandataria eligió Twitter para criticar una vez más lo que definió “como el doble standard de algunos países occidentales y organizaciones internacionales” que consideró “inaceptable”.
La Presidenta se refería a lo ya dicho durante su reciente viaje a Roma y París, cuando habló en relación al referéndum secesionista en Crimea que las potencias critican y al de los kelpers del año pasado, cuando votaron seguir siendo británicos, y el que, sin ningún valor jurídico, nadie más que la Argentina ha cuestionado.
Putin “ reconoció la postura de la Argentina sobre la cuestión de Crimea”, dijo Cristina en un tuit.
Además, Cristina Kirchner defendió ayer a Putin al señalar que ella continuará “remarcando la ineficacia de la aplicación de sanciones que sólo impiden el diálogo constructivo”.
Ocurre que en busca de arrinconar a Putin, EE.UU. y la Unión Europea iniciaron una política de castigos concretos hacia Rusia, la que ya se tradujo en su exclusión del ahora ex G-8 que volverá a ser G-7, al menos por ahora. Y como lo hizo en su gira por la región durante su fuerte jugada en Siria, Putin ahora busca el respaldo de la Argentina, la que ocupa una banca no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Clarín supo ayer del llamado que gestionó el viernes pasado el embajador ruso Víctor Koronelli, y que al mediodía de ayer oficializó la Cancillería mediante un comunicado. Este informó qu e por solicitud de Putin, ambos presidentes habían hablado a las 10 de la mañana.
Hablaron sobre Crimea empezó diciendo el comunicado para luego señalar que Putin “reconoció la postura de la Argentina sobre la Cuestión de Crimea”.
En tono ambiguo el comunicado puede interpretarse en el sentido de que Cristina –y así lo ha hecho– no puede apoyar públicamente la separación Crimea de Ucrania como no apoyó la de Kosovo de Serbia justamente por el conflicto de Malvinas.
“Putin subrayó la importancia de la posición argentina al incluir en el debate sobre dicha Cuestión el doble standard de varios países con relación a los principios de la Carta de las Naciones Unidas”, continuó el comunicado de ayer.
“La Presidenta argentina ratificó que nuestro paí s seguirá propiciando la resolución pacífica de los conflictos así como la ineficacia de la aplicación de sanciones que sólo impiden el diálogo constructivo”.
El comunicado concluyó haciendo alusión a la bilateral que Cristina y Putin mantuvieron en setiembre pasado en San Petersburgo en el marco de la última cumbre del G- 20. T ambién repasaron por teléfono la agenda bilateral.
Destacados diplomáticos, dentro y fuera de la Cancillería, señalaron ayer a Clarín que el diálogo de Cristina con Putin en plena tensión entre Rusia, Estados Unidos y la UE, debe interpretarse en realidad como un mensaje en dirección a Washington y a Londres. En el caso de EE.UU., transmitiría un “enojo” de la Presidenta por la falta de compañía oficial ante el juicio de los hold outs y en el caso británico por lo que se presta Crimea para entrar en la cuestión Malvinas.
A pedido de la diplomacia rusa, el presidente Vladímir Putin conversó ayer telefónicamente con Cristina de Kirchner para "expresarle la importancia de la posición argentina, al incluir en el debate sobre la cuestión de Crimea el doble estándar de varios países en relación con los principios de la ONU", indicó la Cancillería en un comunicado.
El acercamiento del mandatario a la Argentina se produjo a pesar de que el país votó a favor de la resolución en el Consejo de Seguridad del organismo presentado por Estados Unidos que condenaba el referendo que anexó Crimea al territorio ruso, como escudo ante posibles intenciones independentistas de los kelpers de las islas Malvinas. El 13 de marzo de 2013, los habitantes del archipiélago votaron en un 99,8% a favor de seguir siendo un territorio de ultramar británico, referendo que la Casa Rosada calificó de "parodia" por ignorar la resolución de Naciones Unidas que insta a ambas partes a negociar la soberanía.
De acuerdo con el texto divulgado ayer, Cristina de Kirchner ratificó que el país "seguirá propiciando la resolución pacífica de los conflictos así como la ineficacia de la aplicación de sanciones que sólo impiden el diálogo constructivo".
En un texto paralelo divulgado al unísono, el Kremlin indicó que "durante el intercambio de opiniones sobre la situación en Crimea y Ucrania, ambas partes mostraron semejanza de posturas en lo inadmisible de la política de doble rasero por parte de algunos países occidentales". Las dos partes subrayaron la "importancia de tomar en consideración en su conjunto las tradiciones nacionales, históricas y culturales de los pueblos" de Rusia y Crimea, señaló la nota. Además, los presidentes abordaron la cooperación bilateral en distintos ámbitos y las perspectivas de su futuro desarrollo.
Reprocharon, en particular al Reino Unido y a EE.UU., que a diferencia de lo que hicieron con Crimea, se hayan manifestado a favor del referendo organizado en las Malvinas, que "carece de todo valor", "menos" aún que el celebrado en la península anexada por Rusia.
"Como dije en Francia, no se puede estar de acuerdo con la integridad territorial en Crimea y en desacuerdo con la de las islas Malvinas", dijo Cristina de Kirchner en su cuenta de Twitter.
Con la excusa de sumar nuevos argumentos en favor de la lucha por la soberanía argentina en las islas Malvinas, Cristina Kirchner quedó envuelta en una maraña diplomática alrededor del conflicto entre Rusia y Ucrania por el territorio de Crimea.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin , llamó ayer a las 10 por teléfono a su par argentina y le agradeció haber incluido en el debate del referéndum que realizó Crimea para anexarse a Rusia la cuestión del "doble estándar" que usan varios países para apoyar o rechazar ese tipo de consultas. Es que Cristina Kirchner había objetado en Francia el rechazo de Gran Bretaña al referéndum en Crimea y su aval a la consulta que el año pasado se hizo en las islas Malvinas para seguir como territorio de ultramar de Londres.
La lectura que hizo Putin de las palabras de Cristina Kirchner le sirvió para justificar la anexión de Crimea. Sin embargo, la Argentina había rechazado en la ONU el referéndum y el traspaso de Crimea a Rusia.
En el comunicado que emitió la cancillería argentina al término de la charla telefónica de Putin y Cristina Kirchner destacó que "el presidente ruso habló con la primera mandataria sobre la cuestión de Ucrania y reconoció la postura de la Argentina sobre la cuestión de Crimea". También dijo que "Putin subrayó la importancia de la posición argentina al incluir en el debate sobre dicha cuestión el doble estándar de varios países con relación a los principios de la Carta de las Naciones Unidas".
Unas horas antes, el Kremlin había redactado un comunicado de tono similar. Pero agregó un párrafo que no parece menor en el conflicto que tiene con Ucrania. Mencionó que en la conversación telefónica de los presidentes de Rusia y la Argentina "se acentuó la importancia de una estimación integral de las tradiciones nacionales, históricas y culturales de los pueblos". Esto fue leído por Moscú como un apoyo argentino a la anexión de Crimea.
En tanto, la Cancillería destacó que "la presidenta argentina ratificó que nuestro país seguirá propiciando la resolución pacífica de los conflictos". Luego, Cristina Kirchner ratificó en su Twitter: "Consideramos inaceptable la política de doble estándar de algunos países occidentales y organizaciones internacionales". Fue lo que había dicho en Francia al criticar a Londres.
Fuentes calificadas de la Cancillería admitieron a LA NACION que la postura de Cristina Kirchner ante el conflicto de Crimea resulta "contradictoria" y "ambigua".
Por un lado, el Gobierno condenó en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el referéndum en Crimea y se mostró en favor de la integridad territorial de Ucrania. Pero, a la vez, Cristina Kirchner condenó a los países que rechazan el referéndum de Crimea.
Varios diplomáticos coinciden en que en su afán por criticar a Gran Bretaña y sumar argumentos por la soberanía argentina de las Malvinas la Presidenta hizo una comparación forzada del caso Crimea con las Malvinas que le jugó en contra.
Esto se da además en momentos en que la Argentina busca un apoyo de Estados Unidos y de los países europeos para negociar con los holdouts y con el Club de París.
Ayer, consultado por LA NACION, el Departamento de Estado no hizo comentario alguno sobre los dichos de la Presidenta respecto del "reconocimiento" de Putin y reiteró la llamada "Declaración de La Haya", en la que se denuncia la violación de Rusia de la integridad territorial de Ucrania.
Según pudo saber LA NACION, el embajador de Ucrania en Buenos Aires, Yurii Diudin, se quedó sorprendido con el apoyo que mostró Cristina a Putin y el tono de la conversación telefónica que se divulgó. En diálogo con este diario, el representante diplomático de Kiev agradeció el apoyo de la Argentina a Ucrania en la ONU, pero dijo que esperaba una condena "más explícita" del Gobierno a Rusia y una postura firme sobre el no reconocimiento del referéndum y del cambio de estatus político de Crimea.
A su vez, Diudin fue tajante: "No reconocemos ni reconoceremos jamás la anexión forzada de la parte integrante del territorio ucraniano que es la República Autónoma de Crimea".
Hay un eje central en la relación de Rusia y la Argentina que explicaría la postura ambigua de la Argentina sobre Crimea: el fuerte vínculo comercial que une a ambos países.
En el comunicado de ambas cancillerías ayer hubo coincidencias de que Putin y Cristina Kirchner hablaron del "desarrollo estratégico" entre Buenos Aires y Moscú en especial en materia energética, técnico-militar y relaciones comerciales.
Así, fuentes diplomáticas rusas dijeron a LA NACION que "existe un fuerte vínculo económico entre la Argentina y Rusia que no será derribado por ningún conflicto". La alianza estratégica de Moscú y Buenos Aires se sustenta en un intercambio comercial de unos 1800 millones de dólares anuales, donde la Argentina tiene una balanza comercial favorable.
A la vez, Rusia tiene interés por desarrollar negocios energéticos y tecnológicos en la Argentina. Por ejemplo, los rusos, en alianza con la Corporación América, de Eduardo Eurnekian, se presentaron en la licitación de la represa hidroeléctrica de Chiuido I, en Neuquén.
También hay fuerte interés de la estatal de energía atómica Rosatom para desarrollar energía nuclear en Atucha. No son los únicos negocios: hay un proyecto de la empresa de camiones Kamaz para instalar una fábrica de ensamble en Córdoba, un plan minero en Mendoza con una inversión de US$ 350 millones y la venta de helicópteros rusos de rescate, entre otros emprendimientos.