Una extraña sensación recorre este año los pasillos de Diputados: salvo alguna excepción, mínima, el silencio y la quietud reinan a pesar de que ya se eligieron los jefes de comisiones y hasta los integrantes. No hay reuniones, ni temarios o proyectos pedidos por la Casa Rosada. Sólo la indemnización a Repsol amenaza con despertar a los diputados de un sueño que, tras esa pausa, podría seguir hasta más entrado 2014. El proceso tiene un paralelismo directo con la política y la situación del peronismo.
La inmovilidad no es producto de la impericia, sino una estrategia clara del kirchnerismo para evitar mover esa casa donde mantiene la mayoría, pero tiene problemas de estrategia. Tras una primavera declaracionista en medio del verano, como para levantar el perfil de una bancada que, por su parte, mira de reojo todos los días los reacomodamientos en el PJ y el estado de la grilla de largada para 2015, el silencio volvió a las oficinas de Juliana Di Tullio. El protagonismo sigue, entonces, en cabeza de Julián Domínguez, que debe encargarse también de las cuestiones bonaerenses que le encarga Cristina de Kirchner.
Protocolo
A pesar de que miles de proyectos esperen en los trámites parlamentarios, la agenda de esa cámara se limitará, por ahora, a dos eventos principales: escuchar el informe de Jorge Capitanich el próximo 3 de abril. Ya le prepararon, como en el Senado, protocolo especial y aunque se intente reducirlo con un recorte en los tiempos de exposición, estará en condiciones también de competir por el récord de permanencia en un recinto.
El caso de Repsol es un compromiso ineludible con la Casa Rosada. El 1 de mayo la ratificación del acuerdo entre el Gobierno y la petrolera española debe estar convertido en ley para cumplir así con los plazos prometidos. Por eso habrá un par de pausas más en el sueño de los diputados para despacharlo y votarlo el 23 de abril.
En el Senado ese trámite terminará mañana. El recinto se reunirá en sesión ordinaria para debatir el proyecto y no se esperan sorpresas: el kirchnerismo más aliados y dos senadores por el Movimiento Popular Neuquino le garantizan por ahora el sueño a Miguel Pichetto.
La oposición, casi por unanimidad, anunció que no apoya el proyecto. La diferencia no está en la decisión de pagarle la indemnización a Repsol por la expropiación del 51% de las acciones de YPF, sino por el monto que se fijó en el acuerdo. El radicalismo y el interbloque FAP-UNEN consideran que el valor de u$s 5.000 millones en bonos, más una extensión por u$s 1.000 millones más para el caso de diferencias de cotización, que deberá desembolsar la Argentina por las acciones de YPF está, al menos, unos u$s 1.600 millones por encima de la valuación que hubiera correspondido hacer de la compañía, según dicen, en el momento en que se decidió la expropiación.
El peronismo federal y el PRO todavía no se definieron. Hoy tendrán una reunión, cada bloque por su lado, para fijar posición.
La posición de cada una de esas bancadas no es la misma ya que el PRO tenía hasta ahora posición a favor del sí. Pero sea cual fuere la decisión, el Gobierno tiene garantizados en el Senado al menos 40 votos.