El ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, lamentó este jueves que se haya terminado por “satanizar” la operación de las centrales termoeléctricas en el país.
El ministro aseguró que el endurecimiento de las normas de emisiones ha permitido reducir su impacto con respecto a hace 4 o 5 años.
En entrevista con radio ADN y al ser consultado sobre las 43 termoeléctricas que fueron aprobadas durante la primera administración de la presidenta Michelle Bachelet, Badenier respondió que “lamentablemente las termoeléctricas se han satanizado”.
“Hay algunas que funcionan a gas que tienen emisiones bastante más bajas que una a carbón; no obstante, son proyectos que ingresaron a la evaluación de impacto ambiental y que cumplían con los requisitos y que son importantes en nuestra base energética”, explicó.
Y agregó que “ahora tenemos una buena norma que es exigente y que ha significado que las empresas hayan tenido que hacer una revisión importante en sus emisiones, hoy el panorama es bastante distinto que hace cuatro o cinco años atrás”.
El ministro también se refirió al proyecto hidroeléctrico HidroAysén (impulsado por Endesa y Colbún) y ratificó que tal y como está actualmente “no es viable”.
“Efectivamente el proyecto, tal como está, no es viable porque tiene ni más ni menos que 35 requerimientos de reclamación. El proyecto ya fue evaluado con su envergadura y nos queda pronunciarnos por los requerimientos”, señaló el secretario de Estado, luego de que el Comité de Ministros de la actual administración invalidara la resolución del Gobierno anterior sobre la materia.
“El Comité del Gobierno anterior se autoimpuso que el Servicio de Evaluación Ambiental debía contratar dos estudios y después de eso, se iba a pronunciar de los 18 recursos de reclamación pendientes, pero a varios años de aprobar el proyecto no es aconsejable solicitar estudios”.
Finalmente, indicó que el foco de su gestión estará puesto en “plantear una estrategia de desarrollo energético completo”.
“Hay otras cosas que nos preocupan como la leña, lo que nos compete es que haya buenos procesos de evaluación de proyectos. Creo que ha habido una obsesión por disminuir los plazos de tramitación de los proyectos y eso ha traído consigo una merma en la calidad de evaluación”, sentenció.