El Premio Nobel de Economía consideró que el país asiático debe cambiar su modelo económico a uno con mayor sostenibilidad del gasto. “Si no lo hacen y la inversión cae sin un aumento en el consumo, entonces se vendrá una recesión muy severa”, aseguró.
Luis Fernando Alegría
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China es en la actualidad la economía grande más peligrosa del mundo, a tal punto que –dijo- si se buscan formas en las que pueda darse una crisis realmente severa, el país asiático es la historia más plausible, advirtió el Premio Nobel de Economía 2008, Paul Krugman.
“Esto no significa necesariamente que sabemos que ocurrirá algo terrible con China, pero es fácil ver por qué ese país podría tener muchos problemas”, manifestó el economista en el marco de un seminario internacional organizado por ESAN.
Expresó que el punto es que China ha tenido un modelo económico en extremo dependiente de una alta tasa de inversión y de un muy bajo consumo privado, situación que es sostenible solo si se tiene una economía que crece rápidamente, a fin de hacer uso de toda la capacidad que se genera.
“Cerca del 50% del PBI chino está dedicado a la inversión y solo 30% al consumo, que es algo más o menos sin precedentes en la historia económica”, anotó.
Por tal motivo, consideró que el crecimiento chino tiende a desacelerarse pues, aunque ha sido capaz de crecer muy rápido, debido a -en gran parte- la transferencia de trabajadores de áreas rurales a la economía urbana, actualmente se le están acabando esos trabajadores.
“Entonces ese crecimiento debe reducir su velocidad y eso significa que tienen que cambiar a un modelo con un gasto más sostenible. El problema es que es un ajuste enorme. Incluso si pasaran de 50-30 a un 30-50, la tasa de inversión seguiría siendo muy alta, son 20 puntos del PBI que se transferirían de inversión a consumo. Si no lo hacen, si la inversión cae sin un aumento en el consumo, entonces se viene una recesión muy severa ”, anotó.
En ese sentido, Krugman dijo que si se aprecia la forma como China ha sostenido su crecimiento en los últimos años, se ve que cada vez que su PBI tenía una pequeña bajada, el Gobierno impulsaba el crédito, lo cual –dijo- se convierte en inversión de calidad dudosa.
“Hay estudios que muestran que la deuda interna china está muy alta. El sector empresarial tiene deudas enormes, muy por arriba del 100% del PBI. Sabemos que esto genera riesgos de un posible colapso en la confianza y un shock”, remarcó.
Añadió que es “deprimentemente fácil” contar la historia en que China tenga un final muy desagradable, debido a que está manejando mal la transición hacia una economía sostenida. “La gente me dice que el Gobierno chino tiene todo bajo control y que saben lo que están haciendo. Eso me suena exactamente a lo que la gente decía de Japón en 1980. En realidad me preocupa mucho la situación china”, concluyó.