En diálogo con Mining Press, el máximo ejecutivo de la minera canadiense en la Argentina hizo un repaso del intenso 2013 y detalló los avances en el proyecto Cerro Moro, y el balance de producción de la mina Gualcamayo.
¿Cómo está Gualcamayo?
-Para este año tenemos un ambicioso plan de producción. Con nuestra mina subterránea produciendo y con las vetas Amelia Inés y Magdalena también aportando mineral, esperamos cerrar 2014 con aproximadamente 170.000 onzas de producción. Este año, también, queremos completar un estudio de sulfuros que nos permitirá tomar una decisión respecto a recursos que ya tenemos identificados en Gualcamayo.
-¿Qué nuevas inversiones están previstas?
-Nuestra campaña de exploración sigue adelante y arrojando resultados alentadores. Hemos comenzado a estudiar la forma de procesar una importante cantidad de recursos sulfurados que tenemos detectados y esa contribución puede significar un alargamiento interesante de la vida de Gualcamayo. Estamos, además, avanzando en la instalación de una cinta transportadora de unos 1.500 m de longitud que unirá la zona productiva de Quebrada del Diablo Bajo Oeste (QDD Lower) con la trituración primaria, y eso deberá estar listo en el segundo trimestre de este año.
-¿Cómo terminó el 2013 para Yamana en Argentina? - Fue un año con dificultades pero en el que logramos importantes objetivos. Pusimos en producción nuestra mina subterránea en Gualcamayo, completamos la primera ampliación del Valle de Lixiviación Norte y avanzamos firmemente en la factibilidad de Cerro Moro, entre otras cosas.
- ¿Cómo marcha proyecto Cerro Moro, en Santa Cruz? -Estamos avanzando en el estudio de factibilidad que tendremos terminado durante el 1 S 2014. Recién entonces podremos hablar de la construcción de la mina, planta de procesos, etc. Si bien Yamana tienen la voluntad de desarrollar Cerro Moro, eso no será posible si no contamos con el compromiso de las instituciones, sindicatos, proveedores, cámaras empresarias y dirigentes políticos locales. Estamos hablando de una inversión muy importante que ninguna compañía del mundo realizaría si no está garantizado que vaya a recibir el acompañamiento de los otros sectores sociales de la comunidad.
-¿En qué consiste ese acompañamiento? -Ese compromiso va más allá de lo que se denomina licencia social. La licencia social es “el permiso” que otorga una comunidad para desarrollar una determinada actividad productiva, que en Santa Cruz es unánime respecto a la actividad minera. El compromiso al que me refería es un acompañamiento por parte de los actores sociales, empresarios, dirigentes, líderes de opinión, etc. para que la inversión pueda concretarse. Es el compromiso de trabajar todos juntos para alcanzar un objetivo común. Nosotros venimos conversando mucho con los sindicatos, con los proveedores, con los dirigentes, y seguramente lo vamos a hacer aún más a partir de ahora, porque necesitamos tener la certeza de que todos tienen el mismo grado de entusiasmo que nosotros tenemos para acompañar este gran proyecto. Nos gustaría empezar la construcción de Cerro Moro y concretarla dentro de nuestro esquema de costos y plazos.
-¿Cuánta será la inversión en Cerro Moro? ¿A partir de cuándo? -Una vez completada la factibilidad, y si logramos el compromiso y apoyo de los sectores que ya hemos mencionado, estaremos en condiciones de comenzar con el proceso de construcción. Creemos que la primera parte de la inversión ascenderá a aproximadamente US$ 150 millones. Eso nos permitirá empezar con la producción en Cerro Moro. Luego, a medida que avance la vida de la mina, vendrá la segunda etapa, que demandará alrededor de US$ 300 millones más.
-¿Cuánta gente va a demandar la construcción y la operación de Cerro Moro? -Durante la etapa de construcción es probable que la gran mayoría de los trabajadores sean de las empresas contratistas. Cuando la mina entre en operación, estimamos que tendremos un plantel propio de alrededor de 450 trabajadores. Y muy probablemente haya una cantidad similar de personas que trabaje en las empresas que nos presten servicios en la operación. En todos los casos, el empleo local será prioritario, para lo cual puede tomarse como ejemplo lo que estamos haciendo en Gualcamayo. Un punto muy importante a tener en cuenta es la capacitación. “La capacitación será una paso importante para lo que vamos a hacer y, como ha sido nuestra experiencia en otras situaciones similares, luego deberán venir empleos con mejores salarios y mejores servicios”, dijo Peter Marrone tras reunirse con Capitanich a fines del año pasado.
-¿Yamana va a privilegiar la mano de obra y los proveedores locales?
-Forma parte de las políticas de Yamana priorizar siempre lo local. Y eso podemos conseguirlo con el compromiso fuerte de los proveedores y trabajadores locales para alcanzar el nivel que exigen los estándares de Yamana, que son desafiantes, pero alcanzables. Los proveedores deben tener precios competitivos y estándares altos. Por supuesto que vamos a trabajar con ellos para ayudarlos y entrenarlos, tal como hacemos en Gualcamayo, pero esto requerirá que los empresarios quieran adaptarse a las demandas y a los estándares del trabajo en minería.