Los empresarios y gremialistas del sector metalúrgicos pasaron este martes por la tarde a un cuarto intermedio hasta el jueves en las negociaciones paritarias llevadas a cabo en el Ministerio de Trabajo, sin que haya habido un acercamiento entre las propuestas de las partes.
En el segundo encuentro en la sede de la cartera laboral, la UOM conducida por Antonio Caló ratificó su pedido de un aumento salarial del 30 por ciento en un pago o dos cuotas acumulativas de 20 y 10 por ciento.
Por su parte, las cámaras empresarias reiteraron su oferta de un 24 por ciento, que fue rechazada por los representantes sindicales, según informó DyN.
Ayer tuvo lugar la segunda reunión paritaria entre los metalúrgicos y las patronales. Pero a diferencia de la primera audiencia, en esta ocasión, primó el hermetismo y la confusión respecto de lo que se puso sobre la mesa de debate.
Mientras fuentes sindicales señalaron que las partes no se sentaron a discutir la mejora salarial y que Caló llevó por escrito las pretensiones del gremio, donde ratificó el pedido de 30% de aumento, en una sola cuota, desde la dirigencia empresaria trascendió otra versión.
"Los empresarios buscan el enfrentamiento entre la UOM y el Gobierno. Saben que desde el Gobierno se sugirió un 25%, entonces ofrecen un 24% con posibilidades de estirarse uno o dos puntos y que la Casa Rosada actúe como árbitro", comentó un dirigente de la mesa chica del gremio metalúrgico al diario La Nación.
No obstante, de acuerdo a lo consignado por los diarios Clarín y El Cronista, el secretario general del gremio, Antonio Caló, y otros cuatro dirigentes, se mostraron dispuestos a convalidar una suba cercana al 27%. Los gremialistas le llevaron un nuevo pedido salarial por escrito al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien lo trasladaría hoy a las cámaras empresarias.
El gremio, según los matutinos, ahora reclama un incremento del 15% en abril más otro 10% en julio acumulativo, lo que significa una suba final del 26,5%. El sindicato también exige un plus de $2.000, en dos pagos. Si se contabiliza esa suma la suba es mayor, entorno al 28%, pero su impacto varía según las categorías y los salarios de los metalúrgicos.
"O los apretaron mucho o les prometieron dinero para las obras sociales", evaluaron en una cámara empresaria a Clarín.
Lo que se mantendría intacto de todos los reclamos de la UOM es el pedido del nuevo piso salarial, que abarca al 15 por ciento de los más de 240 mil afiliados. Caló habría insistido en elevar el básico de 5.000 pesos a 6.500.
Hasta el lunes, el sindicato afín al Ejecutivo aspiraba un aumento salarial del 30 por ciento en una cuota, o al menos un 32%, en dos cuotas, más cuatro sumas extras (dos de 1.000 pesos y dos de 900 pesos) hasta enero de 2015.
En caso de confirmarse la nueva propuesta de los metalúrgicos, la Casa Rosada se acercaría más al objetivo trazado de sellar incrementos entorno al 25 por ciento. De hecho, funcionarios presionaban desde el fin de semana a los sindicatos más cercanos, como la UOCRA, los estatales y Obras Sanitarias, para que también moderaran sus reclamos a cambio de garantizarles sumas extras y adicionales que puedan contabilizar una recomposición salarial final cercana al 28 por ciento.
Por lo pronto, lo que se sabe con certeza es que se pasó a un cuarto intermedio hasta mañana, a las 17, cuando las partes vuelvan a juntarse para intentar poner fin a la paritaria, que servirá de referencia para el resto de los grandes sindicatos que deben comenzar sus negociaciones.