Con un llamado a decretar al país como territorio libre de minería y proyectos de muerte; a unir las luchas de resistencia y a buscar alternativas de vida desde la experiencia de las comunidades, concluyó el Encuentro Nacional de Pueblos en Resistencia contra el Modelo Extractivo Minero realizado el fin de semana en Zautla.

El pronunciamiento fue firmado por más de 500 participantes de 15 organizaciones y habitantes de diversas poblaciones provenientes de 14 estados del país entre ellos Chiapas, Oaxaca, Morelos, Estado de México, Guerrero, Guanajuato, Veracruz, Colima, Jalisco, Yucatán y cuatro universidades la Iberoamericana, la Autónoma de Puebla, la Autónoma Metropolitana y la Nacional Autónoma de México.  

Además de habitantes de los municipios poblanos de Zautla, Ixtacamaxtitlán, Cuetzalan, Zacatlán, Huauchinango, Tetela, Huehuetlán El Grande, Teziutlán, Tlatlauquitepec, Zacapoatla, Zapotitlán, Xochitlán, Zoquiapan, Huehuetla, Olintla, que previamente realizaron una marcha por las calles de Tlamanca para agradecer la anfitrionía de los hombres mujeres y niños que en noviembre de 2012 expulsaron a los empleados de la mina JDC de origen chino del cerro La Lupe de cuyas entrañas pretenden sacar oro, plata y cobre.

La constante en el encuentro que duró tres días fueron las expresiones de desconfianza en las autoridades a las que acusaron de haberles negado, tergiversado y ocultado la información sobrelos proyectos mineros con la finalidad de engañarlos violando las leyes ambientales, el marco constitucional y los tratados internacionales para imponer los proyectos vulnerando el territorio y la riqueza de los pueblos.

Denunciaron que el gobierno es cómplice de los empresarios mineros que han dividido a las comunidades con la entrega de dádivas económicas y políticas a través de programas asistencialistas, además de que no ha dudado en usar a elementos de las policías estatales y federales como “guardianes de intereses privados, al tiempo que criminaliza y reprime al pueblo y sus luchas”.

Se puso a discusión la efectividad de los caminos jurídicos o de movilización que han recorrido los diferentes pueblos en la defensa de sus bienes naturales, los efectos de la minería en su salud y los daños ecológicos que ha producido, pero también de las posibilidades de andar por otras vías como la exigencia de la consulta.

“En este proceso, las luchas de las mujeres destacan porque nuestro papel ha sido preponderante en defender la tierra pues es nuestra casa, sustento, medicina y dadora de vida. Esta resistencia se ha logrado por medio del fortalecimiento de los espacios de decisión como la asamblea, el saber propio, la lengua, la cultura e identidad y va más allá de las alianzas con las que empresas, autoridades y partidos políticos que intentan dañar las decisiones colectivas”, precisaron.

Recordaron los asesinatos de Noé Vázquez de Veracruz, Bernardo Méndez Vázquez y BernardoVelázquez Sánchez de Oaxaca, Mariano Abarca del estado de Chiapas, para quienes exigieron justicia.

También denunciaron los hechos de represión más recientes como la acontecida en lacomunidad de Zacualpan, en Colima, y la de los habitantes de la playa Cacalotiyo, municipio de San Pedro Tututepec, Oaxaca, hechos a los que calificaron como una muestra de lo que cotidianamente se vive en la lucha por la defensa del agua, la tierra y la vida.

Antes de salir en marcha un grupo de niños de las comunidades poblanas y de hijos de los activistas asistentes, presentaron los carteles que pintaron en el taller que se planeó para ellos en los que dibujaron su mundo en el que no cabe la minería.

Los participantes consideraron que los trabajos del encuentro se desarrollaron en un “espacio de hermandad y solidaridad” construido por los pobladores de diversas comunidades de Zautla y aplaudieron de manera especial a las 15 mujeres de Tlamanca que sin tregua en sus cálidos fogones prepararon a diario los alimentos que en abundancia fueron repartidos a todos.