El Presidente del radicalismo formoseño, diputado Provincial Martín Hernández, afirmó que el comunicado del gobierno provincial al respecto de Dioxitek “confirma no solo la intención del gobierno de instalar la planta procesadora de uranio , sino también la traición del gobernador a los formoseños, quien mintió, ocultó, negó información y finalmente negoció el traslado de una fábrica que todos rechazan. Esto es un enorme negociado donde pocos se beneficiarán y todos recibiremos el pasivo ambiental”.
“Hace casi un año, conforme información surgida de medios nacionales, se supo que Insfrán estaba negociando con el gobierno nacional el traslado de Dioxitek y pese a nuestros pedidos de informes, requerimientos al poder ejecutivo, citaciones a los ministros, siempre negaron, ocultaron y mintieron sobre el particular”, sostuvo el legislador radical a este medio.
Hernández expresó que “ahora lo presentan como un proyecto de desarrollo, de progreso, que va a generar trabajo, y lo presentan como una planta química, sin riesgo radiactivo, mintiendo otra vez a los formoseños. Dioxitek produce el material radiactivo para que se fabrique el combustible nuclear. Esta es una actividad que combina materiales radiactivos como es el uranio y sus derivados y después sustancias químicas convencionales, o sea, esto no es una industria química como se lo presenta, es una industria que maneja materiales radiactivos”.
Residuos radiactivos
El actual jefe de la bancada radical en la Legislatura describió que “además del riesgo cotidiano propio de la actividad de Dioxitek, en los que el error humano o los accidentes pueden producir un evento con alto impacto ambiental, contamina regularmente el ambiente arrojando polvo de uranio a la atmósfera y uranio a las colectoras cloacales, además de los residuos radiactivos que el funcionamiento mismo de la planta genera y que en Córdoba hasta el momento dejó un pasivo ambiental de 57 toneladas de residuos radiactivos”.
“Todas las ciudades y provincias donde se pretendió instalar esta planta, la han rechazado, y no es por capricho, es por el riesgo propio de su actividad y el uso de material radiactivo. El uranio afecta la salud porque es radiactivo y también tóxico, pues al ser absorbido por el cuerpo se distribuye por el organismo y se deposita preferentemente en los huesos, el riñón y el hígado. La inhalación de partículas de uranio y radio 226, y sobre todo gas radón 222, se asocian a la producción de cáncer de pulmón”, finalizó.