Cristina Kirchner llegará hoy a Chile para la participar de la asunción de Michelle Bachelet, quien regresará a la presidencia de su país luego de cuatro años de haber dejado el poder. La presencia de la jefa del Estado en Santiago tendrá un condimento especial: buscará relanzar las relaciones entre ambos países, casi congeladas en la gestión del saliente Sebastián Piñera.
Bachelet y Cristina Kirchner siempre tuvieron afinidad desde lo ideológico y lo personal. No ocurrió lo mismo entre la presidenta argentina y Piñera. Esto se tradujo en un vínculo distante y, por momentos, casi traumático. El resultado fue el estancamiento de los proyectos de minería en común en la cordillera de los Andes, las obras paralizadas del corredor bioceánico en Mendoza y la imposición de trabas a la importación que aplicó Buenos Aires a Santiago. Con el regreso de Bachelet al poder, Cristina Kirchner aspira a mejorar las relaciones bilaterales y darle un nuevo impulso al vínculo con Chile.
La Presidenta llegará hoy a las 14.30 a Santiago y, según la agenda oficial, participará de un encuentro bilateral con Bachelet antes de que ésta asuma formalmente la presidencia. Luego habrá una cena de despedida de Piñera en La Moneda, sede presidencial de Santiago, para los jefes de Estado que hayan viajado para el traspaso de mando.
En tanto, mañana Cristina Kirchner y su comitiva se trasladarán a Valparaíso, donde se hará la asunción formal de Bachelet en el Palacio Presidencial de Cerro Castillo, en Viña del Mar. Allí, Bachelet jurará en el Congreso Nacional. Se prevé que la presidenta electa de Chile mantenga otras audiencias bilaterales con mandatarios de la región. Por la tarde, la nueva presidenta de Chile dará el primer discurso de su segundo mandato, en la Plaza de la Constitución, en Santiago. Pero Cristina Kirchner regresará antes de esto a Buenos Aires.
OPOSITORES EN EL AVIÓN
Se prevé que una delegación de diputados y senadores de la oposición y del oficialismo viajen con Cristina Kirchner. Ayer, fuentes de la Casa Rosada confirmaron que la idea original era que vayan dos representantes por bloque parlamentario. Pero finalmente la oficina de ceremonial de Chile permitió el acceso a sólo un delegado por bloque legislativo. De esta manera, se estima que hoy viajarán en el Tango 01 con la Presidenta los radicales Ángel Rozas y Miguel Bazze; Graciela Camaño (FR), Pablo Tonelli (Pro), y Miguel Ángel Pichetto y Julián Domínguez del FPV, entre otros.
En la Casa Rosada tienen muchas expectativas por la reunión bilateral que tendrán Cristina Kirchner y Bachelet. Es que allí se definirá el nuevo rumbo que Chile dará al vínculo con Buenos Aires y se buscará destrabar varios problemas que surgieron en los últimos tiempos, sobre todo las quejas de los empresarios chilenos por las trabas a la importación que fija la Argentina. También se tratará de encauzar la relación zigzagueante que tuvo el Gobierno con la empresa aérea LAN, que tiene capitales de Chile y que protagonizó varios inconvenientes con autoridades aeronáuticas de la Argentina.
Algo de esto dialogaron hace una semana el embajador argentino en Santiago, Ginés González García, y el nuevo canciller de Bachelet, Carlos Muñoz, en la residencia del representante argentino ante Chile. Ambos coincidieron en la necesidad de darle "mayor dinamismo" a la relación bilateral.
Cristina Kirchner arriba a esta capital con la intención de relanzar el vínculo con Chile. No aguardará siquiera la asunción formal de Michelle Bachelet, a la que asistirá mañana en Valparaíso junto a una nutrida comitiva de dirigentes del oficialismo y la oposición. A las 17.30 de hoy, un rato después de su llegada, se reunirá con la ex presidenta chilena que regresa al poder para intentar poner en marcha un “aceleramiento de la relación que estuvo ralentizada durante los años de (Sebastián) Piñera”, como lo definió ante Clarín una alta fuente diplomática argentina.
En el encuentro en la Academia Diplomática, en el centro de Santiago, se comprometerán a darle un nuevo impulso al Tratado de Maipú que ambas firmaron en 2009, cuando la chilena culminaba su primer mandato, y que permaneció casi congelado durante el gobierno de Piñera. En concreto, están a la espera dos importantes obras de infraestructura: el túnel para el Paso Internacional de Agua Negra, en San Juan, con financiamiento público de ambos gobiernos, y un túnel ferroviario de baja altura en el Paso Los Libertadores, de Mendoza, que demandará una importante inversión privada. Además, está pendiente la agilización de los trámites fronterizos en todos los pasos terrestres.
Cristina también tiene la expectativa de que el Chile de Bachelet “recupere una mirada hacia el frente Latinoamericano”, confió la fuente diplomática, buscando un balance con la alianza del Pacifico que dominó la política exterior de Piñera. En ese sentido, la primera prueba será la reunión de cancilleres de la UNASUR que tendrá lugar aquí pasado mañana para tratar la crisis en Venezuela (ver “Los cancilleres...”), que genera divisiones al interior de Nueva Mayoría, la alianza que llevó a Bachelet otra vez al poder.
Pero la Presidenta argentina buscará también cerrar de la mejor forma su relación con Piñera. Fue la primera mandataria que confirmó su presencia en la ceremonia de traspaso de mando, por lo que es muy probable que tenga un sitial de honor al lado del chileno en la cena de gala que ofrecerá esta noche el presidente saliente en La Moneda para las decenas de mandatarios extranjeros que viajaron para la ceremonia de mañana.
En un gesto poco usual de la Casa Rosada, Cristina decidió invitar a Chile a r eferentes de las bancadas parlamentarias de la oposición. Sin embargo, el crecimiento sustancial en el número de la comitiva argentina provocó una serie de problemas logísticos para el protocolo chileno. Anoche, el socialista Rubén Giustiniani y el peronista Adolfo Rodríguez Saá eran los únicos opositores con butaca confirmada para hoy en el Tango 01, junto a Héctor Timerman, Julián Domínguez y Juliana Di Tullio. Otros, como los radicales Angel Rozas y Miguel Bazze, los macristas Diego Santilli y Pablo Tonelli, el socialista Hermes Binner y la massista Graciela Camaño viajarían mañana en un segundo avión oficial para llegar directo a la ceremonia de traspaso de mando en el Congreso de Valparaíso. Al menos dos de los opositores consultados por Clarín se sintieron aliviados por esa segunda alternativa. No tenían ninguna gana de subirse al avión con Cristina.