Miguel Galuccio tiene tres objetivos principales para 2014 : “producir, producir y producir”, señala el diario Financial Times.
Para ayudar a alcanzar ese objetivo, Galuccio, quien dirige la compañía energética argentina YPF desde que el Gobierno expropió el 51% de acciones a la española Repsol en 2012, está buscando socios.
Hasta hace muy poco, cuando Argentina y Repsol finalmente lograron terminar con la disputa luego de casi dos años de tratar de llegar a un acuerdo sobre la compensación, pocos negocios se alcanzaron con compañías petroleras extranjeras.
Hubo muchas charlas pero poca acción. Sólo el mes pasado, la empresa malaya Petronas firmó un memorando de entendimiento con YPF , pero no hubo acuerdos concretos.
Ahora que Argentina hizo un gran esfuerzo para demostrar que respeta la ley por el caso de Repsol, tiene la esperanza de atraer un mayor interés de las grandes petroleras ante los amplios recursos energéticos del país, que incluyen algunas de las mayores reservas de petróleo y gas de esquisto del mundo .
Con ese propósito, Galuccio viajó a Houston el fin de semana para participar en un evento organizado por John Watson, CEO de Chevron (la única empresa petrolera que firmó un importante acuerdo con la Argentina desde el conflicto con Repsol), con ejecutivos de algunas de las mayores empresas petroleras del mundo, incluyendo Conoco Phillips, Total y Statoil.
El aumento gradual de la producción de energía es de crucial importancia para la Argentina, ya que con la caída registrada en la producción y en las reservas se convirtió en un país un importador neto de energía en los últimos años. Esa sangría de moneda extranjera - en un país que no fue capaz de endeudarse en el exterior desde el default de la deuda en 2001 - fue una de las razones principales detrás de la devaluación del pasado enero.
Galuccio logró mejorar YPF, aumentando la producción de petróleo y gas por encima del 9% en enero de este año, según cifras oficiales. Los aumentos de la producción de YPF hicieron que Argentina ahorrara más de 1.000 millones de dólares en importaciones de gas.
Fuentes del sector también destacaron las inversiones de YPF en torno a los 6 mil millones de dólares en 2013, frente a los u$s 3 mil millones en 2011 cuando estaba bajo control de Repsol - aunque la compañía española dice que tenía sus manos atadas por el pago de los préstamos que Petersen, una empresa argentina respaldada por el esposo de la presidenta Cristina Fernández , Néstor Kirchner, sacó para comprar una participación en YPF.
Pero una cosa es para YPF aumentar la producción y otra muy distinta para el resto del sector. La alta inflación, los controles sobre los precios y el tipo de cambio y los subsidios, que dificultan la rentabilidad y fomentan el exceso de consumo interno, siguen siendo un serio obstáculo.
Estos asuntos deben ser abordados por el Gobierno si realmente quiere atraer una cantidad significativa de inversión extranjera en el país. Galuccio no la podrá recuperar sin ayuda.
Miguel Galuccio has three principal objectives for 2014: “to produce, produce and produce.”
To help achieve that aim, Galuccio, who has run the Argentine energy company YPF since the government expropriated a 51 per cent share from Spain’s Repsol in 2012, is looking for partners.
Until very recently, when Argentina and Repsol finally managed to bury the hatchet after almost two years of trying to reach an agreement over compensation, few deals have been forthcoming from foreign oil companies.
There has been a lot of talk but little action. Only last month, Malaysia’s Petronas signed an MOU with YPF, but no concrete commitments were made.
Now that Argentina has made an effort to show that it respects the rule of law over the Repsol affair, it is hoping to attract more interest from oil majors in the country’s extensive energy resources, which include some of the largest shale oil and gas reserves in the world.
To that end, Galuccio was in Houston at the weekend at an event organised by John Watson, CEO of Chevron (the only oil company to have signed a significant deal with Argentina since the Repsol fiasco blew up), with grandees from some of the world’s biggest oil companies present, including Conoco Phillips, Total and Statoil.
Ramping up energy production is of crucial importance to Argentina, since falls in both production and reserves have turned the country into a net energy importer in recent years. That drain on foreign currency – in a country that has not been able to borrow abroad since the 2001 debt default – was one of the main reasons behind the January devaluation.
Galuccio has succeeded in bringing vast improvements to YPF itself, with its production of both oil and gas rising by over 9 per cent in January this year alone, according to official figures. YPF’s production increases have helped Argentina to save over $1bn in gas imports.
Officials also highlight how YPF invested $6bn in 2013, compared to $3bn in 2011 under Repsol’s control – although the Spanish company says it had its hands tied by paying loans that Petersen, an Argentine company backed by President Cristina Fernandez’s husband, Nestor Kirchner, took out to buy a share of YPF.
But it is one thing for YPF to increase production and quite another for the rest of the sector – let alone attracting new companies to start producing. High inflation, price and exchange controls and subsidies – which hamper profitability and encourage excess domestic consumption – remain a serious deterrent.
These issues must be addressed by the government if it really wants significant amounts of foreign investment to start flowing back into Argentina. Galuccio cannot bring it back single-handedly.