La inauguración prevista para fin de año de la usina termoléctrica Río Turbio vuelve a poner en el centro de la escena al vasto yacimiento de carbón localizado en esta localidad santacruceña de 25.000 habitantes, donde la minería es el eje de la actividad económica de la región.
Tras haber sido concesionada al empresario Sergio Taselli en la década del 90 y volver a manos del Estado en los primeros años del 2000, la mina se encuentra en plena etapa de expansión con el objetivo de proveer 1,2 millones de toneladas de carbón por año a la usina de 240 megavatios que construye la empresa española Isolux Corsán a pocos kilómetros de la boca de mina.
"Técnicamente, si bien no estaba escrito en ningún lado, lo que se hizo en los 90 fue un plan de cierre", dijo Fernando Lisse, gerente de explotación de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), la empresa estatal que gestiona el yacimiento.
"La actividad minera es parecida a la petrolera; si uno hace buen arte de la técnica, a medida que va extrayendo reservas debe liberar para extender el horizonte de reserva del yacimiento, es decir, a medida que uno saca carbón debe ir acondicionando la mina para seguir sacando", sostuvo el funcionario.
Lo malo de la gestión de Tasselli, sostiene Lisse, era "que agotaba las reservas liberadas", además de no invertir en equipamiento ni preparación secundaria, necesaria para continuar con la extracción del mineral.
"El abandono es solo equiparable al que hizo en Inglaterra el gobierno de Margaret Thatcher", contrastó. "Luego de una severa desinversión, hubo que poner en 5 ó 6 años lo que habría que haber puesto en 25", subraya Lisse.
Actualmente la mina emplea a 3.000 trabajadores directos y tiene montados dos frentes de producción y otro en preparación, además de contar con siete tuneleras de preparación secundaria.
Las inversiones ya permitieron la liberación de un millón de reservas en condiciones de extracción inmediata y se espera que hacia fines de 2015 el yacimiento contará con equipamiento para extraer 4,5 millones de toneladas.
Según Lisse, el yacimiento "estaba subutilizado" y su reactivación permitirá diversificar la matriz energética del país. "La única forma de generar energía masiva hoy -explica- es nuclear, hidroeléctrica y térmica".
En Argentina, la energía térmica producida a través de gas representa el 90% de la generación. Y en el mundo, el carbón constituye el 40%.
Por ese motivo el gerente de explotación de YCRT considera que la puesta en marcha de la usina contribuirá a la diversificación energética del país, junto con la ya lograda elevación del embalse de Yaciretá a cota 83 y la terminación de la central nuclear de Atucha II.
La construcción de la usina coincide con la extensión del Sistema Interconectado Nacional (SIN) a la Patagonia, que por primera vez estará conectada con todo el país.
La inauguración prevista para fin de año de la usina termoléctrica Río Turbio vuelve a poner en el centro de la escena al vasto yacimiento de carbón situado en esa localidad santacruceña de 25.000 habitantes, donde la minería es el eje de la actividad económica de la región.
Tras haber sido concesionada al empresario Sergio Taselli en la década del 90 y volver a manos del Estado en los primeros años de la década pasada, la mina se encuentra en plena etapa de expansión con el objetivo de proveer 1,2 millones de toneladas de carbón por año a la usina de 240 megavatios que construye la empresa española Isolux Corsán a pocos kilómetros de la boca de mina.
“Técnicamente, si bien no estaba escrito en ningún lado, lo que se hizo en los 90 fue un plan de cierre”, dijo Fernando Lisse, gerente de explotación de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), la empresa estatal que gestiona el yacimiento.
“La actividad minera es parecida a la petrolera; si uno hace buen arte de la técnica, a medida que va extrayendo reservas debe liberar para extender el horizonte de reserva del yacimiento, es decir, a medida que uno saca carbón debe ir acondicionando la mina para seguir sacando”, sostuvo el funcionario, en diálogo con Télam.
El objetivo de la gestión de Tasselli, sostiene Lisse, era “agotar las reservas liberadas”, además de no haber hecho inversión en equipamiento ni preparación secundaria, necesaria para continuar con la extracción del mineral.
“El abandono es solo equiparable al que hizo en Inglaterra el gobierno de Margaret Thatcher”, contrastó.
“Después de 25 años de desinversión, hubo que poner en 5 o 6 años lo que habría que haber puesto en 25”, grafica Lisse antes de enumerar los avances logrados en los últimos años.
“Lo que hicimos a partir de que llegamos -detalla- fue centrarnos en la preparación, prepararlo para la explotación que se viene a partir de la inauguración de usina de 240 MW, que nos va a demandar 1,2 millones anuales”, detalló.
EXPANSION
Actualmente la mina emplea a 3.000 trabajadores directos y tiene montados dos frentes de producción y otro en preparación, además de contar con siete tuneleras de preparación secundaria.
Las inversiones ya permitieron la liberación de un millón de reservas en condiciones de extracción inmediata y se espera que hacia fines de 2015 el yacimiento contará con equipamiento para extraer 4,5 millones de toneladas.
Según Lisse, el yacimiento “estaba subutilizado” y su reactivación permitirá diversificar la matriz energética del país.
“La única forma de generar energía masiva hoy -explica- es nuclear, hidroeléctrica y térmica”.
En Argentina, la energía térmica producida a través de gas representa el 90% de la generación. Y en el mundo, el carbón constituye el 40%.
Por ese motivo el gerente de explotación de YCRT considera que la puesta en marcha de la usina contribuirá a la diversificación energética del país, junto con la ya lograda elevación del embalse de Yaciertá a cota 83 y la terminación de la central nuclear de Atucha II.
La construcción de la usina coincide con la extensión del Sistema Interconectado Nacional (SIN) a la Patagonia, que por primera vez estará conectada con todo el país.
Para Lisse, “las provincias patagónicas estaban condenadas a producir productos primarios sin agregado de valor, como en el caso de la lana, donde ni siquiera había lavaderos”.
Otro de los ejemplos que ilustra Lisse es la industria ictícola: “Tenemos un litoral marítimo muy rico y no podíamos tener frigoríficos, ahora con el SIN en marcha se puede hacer”.
La usina termoeléctrica de Río Turbio cuenta con la última tecnología a nivel mundial y permitirá inyectar 240 MW al Sistema Interconectado Nacional, lo que abastecerá de energía eléctrica a 600.000 personas por día, una cantidad equivalente al doble de la población de la provincia de Santa Cruz.