Los datos provenientes de Estados Unidos, como lo son el informe de empleo o la poco esperada contracción de la producción industrial en el pasado mes de enero han sido aprovechados por el mercado del oro, el cual se ha apoyado en esta información propiciando el interés de los inversores, principalmente porque el metal dorado está dando señales de estabilización.
Sin embargo la interrogante es si el oro logrará llegar a los niveles que representó entre 2008 y 2011, años en que se revalorizó un 70%.
Para Barclays, sin un cambio significativo en el sentimiento de los inversores, el metal precioso difícilmente será capaz de mantener las recientes ganancias.
Recordemos que 2013 fue el peor año para el oro desde 1981 tras perder la confianza de los inversores como depósito de valor preferente sobre otros activos.
En lo que va de año, el commoditie ha subido casi un 10% gracias al comienzo del Año Nuevo Chino que desató el apetito por las joyas en el país asiático, así como por las coberturas de las posiciones en corto en el mercado.
Según un reporte del World Gold Council (WGC), el año pasado China superó a la India como el mayor consumidor de oro del mundo, con un aumento de la demanda de 32% frente al 13% en India. El menor crecimiento del consumo en este país se debe a las restricciones a las importaciones establecidas por el Gobierno para contener el déficit de cuenta corriente.
En 2013, demanda global disminuyó un 15% a 3.756 toneladas compradas con las 4.416 toneladas del año anterior, dadas las fuertes ventas de los fondos de inversión respaldados por el metal dorado ante la baja en el precio y menores compras por parte de los bancos centrales.
Asimismo, el debilitamiento de los mercados de acciones y divisas de los países emergentes junto con la pérdida de fuerza del dólar y el abaratamiento del precio del metal precioso favoreció el repunte de la demanda física del oro, contribuyendo a su reciente revalorización.
Si bien hasta la semana pasada los precios tocaron máximos de tres meses rompiendo la media móvil de las últimas 200 sesiones, los principales desencadenantes del rally del oro posiblemente pierdan fuelle en las próximas jornadas, señala Barclays, quien sigue manteniendo el precio promedio en US$1.220 la onza para el primer trimestre y en 1.205 dólares/onza troy al cierre de 2014.
Sin embargo, USB AG augura un nuevo rango de precios por encima de US$1.300 la onza gracias a que los inversores estadounidenses cada vez confían más en el metal. En tanto, HSBC Securities afirma que aunque el commodity parece estar en una fase de consolidación, el hecho de que se negocie por encima del nivel sicológico de US$1.300 y respete la media móvil de 200 días muestra la probabilidad de nuevas ganancias.
De acuerdo con la firma de análisis Research For Traders, las principales resistencias al alza en el corto plazo se ubicarían en US$1.361 y US$1.433. Mientras que los soportes bajistas se mantienen en US$1.241 – media móvil de las últimas 50 sesiones –, y los US$1.198, precio mínimo hasta la fecha en 2014.
La publicación de datos macro seguirá siendo clave para establecer el tono de la negociación en el mercado del oro, pero el soporte de los precios seguirá estando determinado por la demanda en China e India, con especial atención en India si se levantan las restricciones comerciales.