Lo anunció el presidente de la empresa. Será en los próximos dos años. La compañía española tiene hoy el 12 por ciento de la petrolera argentina. Dicen que no planean volver al país “en unos años”.
La petrolera Repsol no tiene ya restricciones legales para mantener en cartera su participación del 12 por ciento de YPF y analizará todas las opciones posibles respecto a este paquete accionarial.
Repsol alcanzó ayer a un acuerdo con el Gobierno argentino para establecer los mecanismos de pago para la indemnización de 5.000 millones de dólares en bonos del país sudamericano por la expropiación de su 51 por ciento en YPF.
"Ya que no tenemos obligaciones legales para mantener el 12 por ciento de YPF (...) analizaremos todas las opciones posibles", dijo el presidente de Repsol, Antonio Brufau.
"Junto con los fondos obtenidos con la venta de GNL y la opción de vender potencialmente el 12 por ciento de YPF, nos permitirá continuar nuestra senda de crecimiento sostenible en el negocio de 'upstream' (exploración y producción)", agregó.
De otro lado, la firma anunció que invertirá en el 2014 unos 3.600 millones de euros entre sus áreas de exploración/producción y refinación/marketing y otras partidas.
La petrolera detalló que el 75 por ciento corresponderá a sus inversiones de exploración y producción, el 22 por ciento a refinación y marketing.
(Reporte de Andrés González)
En una teleconferencia con analistas especializados, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, anunció que ha dado instrucciones al área de Finanzas de la petrolera española para que en dos años venda los US$ 6.000 millones que la empresa recibirá como indemnización por la expropiación del 51% de YPF.
Además, las instrucciones incluyen la orden de que se obtenga el “dinero de participación” remanente del 12% que aún posee en acciones de YPF lo que puede significar una suma superior a los mil millones de dólares.
Brufau explicó que Repsol “no planea volver a Argentina en unos años”.
“ En dos meses tendremos papeles, no efectivo, pero los papeles son rentables.
El objetivo es, en dos años, hacer que el efectivo sea una realidad”, añadió. El presidente de Repsol se plantea “optimizar el acuerdo” (con los argentinos) por lo que va a hacer efectivos los títulos de la deuda soberana de nuestro país en el “mejor momento” para “no destruir el mercado ni el valor de YPF”.
Brufau se refería al acuerdo cerrado el viernes pasado por técnicos de la petrolera con funcionarios del ministerio de Economía en Buenos Aires, que fuera ratificado por el Consejo de la empresa el martes. El convenio implica el pago de US$ 5.000 millones, pero en un mix de bonos de deuda con distintos plazos de vencimiento y tasas de interés. Para que los españoles se puedan hacer de esos 5.000 millones, el país entrega otros US$ 1.000 millones en títulos, para que sean vendidos hasta alcanzar el monto comprometido.
¿Cuál es el total de millones de dólares que va a recibir Repsol en el mix de títulos de deuda con que le paga la Argentina? Según las cuentas de la corresponsalía de Clarín, convenientemente asesorada, el total de los 6.000 millones en deuda soberana garantizada rinde intereses que, en el núcleo más importante de los títulos, Bonar 2014 y Discount 33, con tasas del 8.75% y del 8,20 con vencimientos a 10 y 19 años. Sumando el principal por US$ 6.000 millones más los 4.982 millones por intereses, la cifra es de 10.982,300 millones de dólares. Pero hay que restar 500 millones de dólares que se incluyen capitalizados en el bono Discount 33. Por lo que el importe final de lo que terminará pagando el país en casi 20 años es US$ 10.482 millones. Extraña casualidad, se trata de una cantidad casi igual a los 10.500 millones de dólares que inicialmente reclamó Repsol de indemnización.
Por el consenso con Argentina, Repsol puede vender los bonos sin ninguna restricción de tiempo ni cantidad.
“Estamos protegidos de un default y al margen de la situación de Argentina”, aclaró Brufau aludiendo a que los bonos tienen la garantía “pro solvendos” es decir que saldan la deuda no cuando el beneficiario recibe los títulos sino cuando los cobra por vencimiento de plazos o venta directa en el mercado.
Una clausula especial del convenio establece que en caso de impago, Repsol puede recurrir por el pago total de la adeudado, incluso en el caso de que Argentina pretenda una reestructuración de la deuda. Los españoles pueden recurrir a un tribunal financiero de las Naciones Unidas según el acuerdo.
Sobre la desinversión en la petrolera argentina, Brufau aclaró además: “Vamos a estudiar los próximos movimientos. YPF es una gran compañía, lo fue bajo la operación de Repsol y antes. Es emblemática para la Argentina y para América Latina y esperamos que continúe siéndolo. A partir de aquí, tenemos una participación financiera del 12 por ciento y requiere otro tipo de reflexión. Vamos a verlo, no hay ninguna prisa, vamos a hacer lo mejor para todos”.
Fuentes de Repsol señalaron que “hasta ahora para nosotros tener esa participación tenía razón de ser, porque en medio de la pelea nos permitía tener un director en YPF, pero ahora eso ya no tiene sentido”.
Hoy el acuerdo entre Repsol y el Gobierno deberá ser firmado, en Buenos Aires. Pese a la intención de la Casa Rosada, Brufau no viajará: lo hará el jefe de Legales de la empresa, Luis Suárez de Lezo.
Luego el convenio deberá ser ratificado por una ley del Congreso argentino, lo que para los españoles le agregaría certidumbres de cara al futuro. Y el 28 de marzo será discutido por la Junta de Accionistas de Repsol, que se descuenta lo aprobará sin mayores dificultades.
Repsol se tomará su tiempo para vender los bonos que le pagará la Argentina para saldar la indemnización por YPF. Las convenientes condiciones del acuerdo anunciado el martes convencieron a sus directivos de que lo mejor es esperar y, mientras tanto, hacer caja.
Exultante, después de recoger elogios de los principales analistas financieros, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, indicó ayer que piensan monetizar los títulos en un plazo de alrededor de dos años. También se desprendería en ese tiempo del 12% que retiene de YPF.
"Vamos a ser muy prudentes y estudiar con calma las opciones", dijo Brufau en una conferencia con analistas en la que comentó los resultados de la empresa en 2013 y que, como era previsible, terminó dominada por el asunto Argentina.
En esos dos años a los que se refirió Brufau, Repsol cobraría unos US$ 1200 millones en intereses y podría recibir la amortización de uno de los bonos que le entregará el Gobierno (otros US$ 500 millones). Para poner en contexto, el beneficio neto de la petrolera el año pasado fue de US$ 267 millones.
El convenio para compensar a Repsol contempla un pago neto de US$ 5000 millones en cuatro clases de bonos. La cifra está garantizada, de modo tal que el Gobierno emitirá hasta US$ 1000 millones de deuda más para cubrir el descuento que sufren los títulos argentinos.
Repsol considera un gran triunfo esa garantía extraordinaria, así como otras dos cláusulas. Una por la cual sólo se considerará cumplido el pacto cuando la empresa ingrese en caja US$ 5000 millones, ya sea por la venta de los bonos o por su amortización. Y otra que la habilita a reclamar ante un organismo de la ONU si la Argentina incumple.
Sería un mecanismo más simple que el engorroso trámite que tenía abierto ante el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi), porque ya existe una tasación acordada.
Los analistas financieros consideran que Repsol consiguió un blindaje antidefault. Por eso podría ser conveniente disfrutar durante un tiempo de los elevados intereses ofrecidos: la mayor parte del pago será en un bono nuevo a 10 años que rinde 8,75% anual en dólares. El resto, en papeles a 8,26 y a 7 por ciento.
Las emisiones de otros países latinoamericanos (Uruguay, Brasil, Chile) rinden entre 3 y 5%; España está pagando 3,8% por financiarse a 10 años.
"Afrontamos 2014 y el resto de la década sobre una base muy sólida y con optimismo", festejó Brufau. Consideró que el acuerdo es "muy bueno para las dos partes". Y reconoció que está tranquilo: "La Argentina debe pagar y tenemos la garantía de que recibiremos ese dinero".
"MEJOR QUE LO ESTIMADO"
Tampoco tiene prisa para salir de YPF, pero sí sugirió que el plan es monetizar sus acciones para usarlas en inversiones estratégicas. "No queremos destruir el mercado, el valor de YPF, queremos maximizar el precio en términos de efectivo", subrayó. La empresa prevé ingresar entre 1200 y 1500 millones por las acciones que le quedaron, excedentes del 51% que le expropió el gobierno kirchnerista en abril de 2012.
El trabajoso acuerdo que cierra el conflicto por YPF fue desmenuzado por los principales analistas de inversiones. Credit Suisse valoró como "mejores que las estimadas" las garantías que obtuvo Repsol, aunque deja sentadas sus dudas sobre la posibilidad de que el país cumpla con la elevada factura de intereses en el corto plazo. "Lo importante de la compensación es que viene con garantías. Si la petrolera consigue ese dinero [los US$ 5000 millones] ya ganaría un 40% más de lo que hubiéramos esperado hace tres meses", añadió Barclays.
Ahorro Corporación Financiera (ACF) valoró "positivamente" el pacto de "solución amigable" del conflicto "fundamentalmente al haberse obtenido garantías adicionales para el cobro".
La Bolsa de Madrid tomó con cautela el anunció (la acción de Repsol subió 1% en un día de caídas). Los inversores sobre todo recomiendan esperar a ver si la empresa dilucida qué hará con el dinero.
Pero ahora son días de conciliación. Los negociadores de la empresa viajaron ayer a la Argentina: esta tarde participarán de un acto con el ministro de Economía, Axel Kicillof, y otras autoridades del Gobierno.
Será una ratificación simbólica del acuerdo.
El gigante petrolero español, Repsol, se mostró este miércoles “optimista” tras el anuncio la víspera de un acuerdo con el gobierno argentino que prevé una compensación de 5.000 millones de dólares en bonos, que espera vender en el mercado de aquí a dos años.
“Afrontamos 2014 y el resto de la década sobre una base muy sólida y con optimismo“, declaró el presidente de la petrolera, Antonio Brufau, en una conferencia telefónica con analistas internacionales.
Tras largos meses de conflicto y amenazas de demandas judiciales, Repsol anunció el martes la conclusión con Argentina de un acuerdo que “garantiza” una compensación financiera de 5.000 millones de dólares tras la nacionalización en 2012 por parte de Buenos Aires de su filial argentina YPF. Los inversores reaccionaron bien a este anuncio y las acciones de la petrolera subían un 1,14% a 18,58 euros en la bolsa de Madrid.
El pago. Previsto en tres meses, Argentina abonará en bonos de deuda soberana argentina que Repsol podrá revender, sin periodo de carencia. Teniendo en cuenta que la deuda argentina está incluida en la categoría de especulativa por parte de las tres grandes agencias de calificación financiera, el acuerdo garantiza que, incluso en caso de reestructuración de su deuda, se pagarán los 5.000 millones.
“Argentina debe pagar y tenemos la garantía de que recibiremos ese dinero”, insistió Brufau. ”Mis instrucciones son que de aquí a dos años hayamos recuperado el valor nominal” de las obligaciones, revendiéndolas en el mercado, es decir, “entre 6.000 y 6.500 millones de dólares”, afirmo. Brufau adelantó también que Repsol también podría deshacerse durante ese periodo del 12% que todavía tiene en el capital de YPF.
A pesar de su entusiasmo, el presidente del grupo petrolero insiste en el hecho de que Repsol convertirá esos bonos en efectivo siguiendo una estrategia prudente. El dinero proveniente de esa compensación “deberá ser reinvertido para sacarle un buen rendimiento”, afirmó.
La situación actual de Repsol. La petrolera española anunció el martes un beneficio de 195 millones de euros en 2013, lo que supuso una caída del 90,5% respecto al año anterior, debido a la provisión de 1.279 millones de euros para cubrir las pérdidas ligadas a la nacionalización de YPF.
Este elemento excepcional explica la pérdida registrada en el cuarto trimestre de 1.090 millones de euros. Incluso, sin ese ese elemento coyuntural, el beneficio cayó un 51,5% entre octubre y diciembre hasta los 251 millones de euros, afectado especialmente por la “inestabilidad” en Libia.
“En tres años veremos un Repsol muy sólido en sus actividades de upstream (exploración y producción), un grupo de tamaño medio, muy rentable, con menos riesgo y cuyos activos son todos productivos”, afirma el directivo de Repsol, quien pidió a la prensa que “recuerden que hace dos años que teníamos un activo de 5.000 millones que no producía nada“.
Brufau subrayó “las buenas noticias que llegan de Brasil” y la mejora da la situación macroeconómica en España, afirmando que “continuará su intensa actividad de exploración en Rusia”. Pese a las dificultades en Libia, Repsol ha logrado aumentar un 4% su volumen de producción en 2013 “gracias a la puesta en marcha de tres nuevos proyectos claves en Brasil, Rusia y Bolivia”, según el grupo.
Los capitales de Repsol que aún quedan en Argentina. Brufau aludió a una posible venta del 30% que Repsol tiene en el capital de la empresa Gas Natural. ”Tendremos el dinero procedente de YPF y dispondremos también de la posibilidad de sacar ingresos de la venta de Gas Natural, pero por el momento mantener a Gas Natural dentro de nuestros activos no es una mala idea: da buenos resultados”, concluyó.
Motivos de tranquilidad. Argentina renunciaría a la posibilidad de reclamar en el futuro, por lo que no podrá denunciar, ni exigir la remediación de los pasivos ambientales que la empresa genere en nuestro país. Al menos eso afirma el diputado Enrique Vaquié. “El Gobierno es responsable de obligar a la empresa a pagar la remediación de los pasivos ambientales”, manifestó el diputado, quien asimismo se mostró preocupado porque no hay “señales de que vayan a hacerlo”.
Otro de los factores que terminó por jugar a favor de la petrolera, es que el monto a abonar por el Estado argentino, debía ser determinado por el Tribunal de Tasación local, según la propuesta original del Ejecutivo Nacional, algo que, finalmente, quedó en la nada.
Después de dos años de dramas políticos, batallas legales, intrigas en salas de juntas y negociaciones secretas, Repsol y sus accionistas por fin pueden respirar aliviados. Finalmente, este enredo argentino de infarto ha concluido.
Ya tarde el martes, la junta de directores del grupo votó por unanimidad para aceptar la oferta de arreglo de u$s 5000 millones por parte del gobierno argentino. La suma compensará a Repsol por la pérdida de su subsidiaria YPF en el país, que fue nacionalizada por Argentina en mayo de 2012.
El acuerdo es complicado pero está diseñado para garantizar que Repsol reciba sus u$s 5000 millones independientemente de cuán bien o mal le vaya a los bonos denominados en dólares que sostienen el arreglo. Los analistas se han mostrado gratamente sorprendidos por los detalles del acuerdo, incluso Citibank destacó que el paquete de compensación por YPF parece ser mejor de lo que el mercado esperaba.
Ya dentro del campus corporativo de Repsol en Madrid, detrás de su acristalado frente, el ánimo es de tranquila satisfacción, más que de triunfo total.
Es una historia triste, pero creo que el final ha sido sensato para ambas partes, dice Miguel Martínez, director corporativo de Finanzas del grupo y uno de los principales negociadores con Argentina. Ahora ya somos una compañía más limpia, hemos acabado con la incertidumbre y ya podemos regresar a nuestro trabajo diario.
El temor de que Repsol se hubiera visto empantanado en intrincadas batallas legales y políticas durante años ciertamente jugó un papel muy importante en la decisión del grupo de optar por un arreglo.
Los ejecutivos de Repsol insisten en que siempre fueron receptivos a un acuerdo, y señalan que incluso una victoria contundente frente a un panel arbitral internacional probablemente hubiera conducido a más conversaciones con Buenos Aires. Lo que cambió en los meses recientes, según personas al tanto de las conversaciones, fue la posición de Argentina.
En Buenos Aires se comparte la misma opinión. Axel Kicillof, el ministro de Economía y principal negociador argentino, argumentó en el momento de la expropiación que era Repsol el que le debía dinero al país, y no al contrario, al acusar al grupo de saquear los activos de YPF. Desde entonces, el Gobierno ha flexibilizado, de manera progresiva, su postura. Para Argentina, la reconciliación con Repsol también se toma como un prerrequisito para restaurar su credibilidad ante los prestamistas internacionales.
Para Repsol, el acuerdo pone fin al problema más persistentemente irritante del grupo y fortalecerá la posición de Antonio Brufau, presidente ejecutivo, en cuanto a los retos que aún quedan en el porvenir.
Por el lado operacional, ahora debe cumplir su promesa de fortalecer las operaciones de upstream y continuar la estrategia de reemplazar las reservas perdidas en Argentina. Se dice que Repsol está considerando particularmente activos en Canadá, aunque el Brufau dio a entender ayer en una conferencia telefónica que no tiene ningún apuro en hacer tratos. En total, la salida de Repsol de Argentina podría engrosar las arcas del grupo con hasta u$s 6500 millones, apunta, teniendo en cuenta la posible venta de su participación restante en YPF, que tiene un valor actual de mercado de u$s 1.300 millones.
Por el lado político, ahora Brufau debe intentar desintoxicar sus relaciones con Pemex, el grupo de energía mexicano que es dueño de casi el 10% de Repsol. Pemex fue la fuerza motriz de una oferta de compensación anterior, substancialmente inferior, por parte de Argentina, y que parecía diseñada para marginar a Brufau.
El acuerdo intermediado por Pemex fue rechazado por la junta de Repsol, pero la campaña pública del grupo mexicano contra Brufau aún continúa. Esta semana, un ejecutivo de Pemex recriminó nuevamente a la compañía por un supuesto rendimiento insuficiente, insinuando en entrevistas de prensa que les gustaría ver un cambio de conductor en Repsol.
Ahora que ya se resolvió el problema con Argentina, tenemos la segunda parte de la película: cómo resolver el problema con Pemex, dice un observador cercano a la pugna.
La mayoría de los analistas coinciden en que Pemex no tiene suficiente influencia ni aliados para desbancar a Brufau, especialmente ahora que los inversionistas aplauden el final de la aventura argentina. Sin embargo, algunos temen que el grupo mexicano, que estaba ansioso por no evitar un acuerdo con Buenos Aires, ahora se sentirá envalentonado para atacar la gerencia de Repsol con nuevos bríos.
El escenario alternativo es que Pemex sencillamente decida tirar la toalla y vender su participación en Repsol una movida que probablemente sería recibida con beneplácito en Madrid. Después de lograr un decente acuerdo de divorcio con su antigua compañera, Argentina, Repsol probablemente estará muy feliz de concluir su enredo mexicano de la misma forma.