Tras venta de Primax al grupo Romero, se había comprometido un aporte de US$ 300 millones.
Restan casi dos semanas para que la administración Piñera deje el gobierno y, a la fecha, el compromiso asumido con los trabajadores de la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) de capitalizar la compañía no se ha cumplido. Es más, todo parece indicar que será una tarea para su sucesora.
Para lograr la venta de Primax -activo prescindible de Enap-, el ministro de Energía, Jorge Bunster, se comprometió a mediados del año pasado con los trabajadores a capitalizar la estatal por el mismo monto que se obtuviera de dicho negocio, detalla Jorge Fierro, director de Enap en representación de los trabajadores.
El 49% que Enap tenía en Primax -que opera estaciones de servicio en Perú y Ecuador- fue vendido en US$ 300 millones y en la firma aún esperan que lleguen los recursos frescos.
“Esta es una promesa incumplida del gobierno, ratificada por el ministro Bunster. Se han tratado de cumplir algunas cosas, pero no revisten grandes cambios para Enap. Si la capitalización no se hace, es un daño para la compañía. El Estado debe asumir el rol que le corresponde y dar las señales al mercado”, aseguró Fierro.
Fuentes señalan que el gobierno, a través del Ministerio de Hacienda, estaría evaluando la posibilidad de realizar una operación de capitalización similar a la de Codelco, donde no se entregaron recursos frescos, sino que se hizo a través de una fórmula contable, que incluyó utilidades retenidas de la operación Codelco-Anglo American.
Carga financiera
El ingreso de recursos frescos es parte clave del plan de reducción de la carga financiera diseñado por la administración de Ricardo Cruzat, quien dejó la compañía a fines de 2013 y fue reemplazado en la gerencia general por Julio Bertrand.
A través de la renegociación y prepago de una parte de los pasivos de corto y largo plazo por unos US$ 4.000 millones que tiene la estatal, se pretendía reducir la carga financiera anual -esto es, lo que la compañía paga por concepto de intereses- en unos US$ 200 millones este año, meta que estaría en duda si no se capitaliza con recursos frescos.
El plan tenía tres pilares: la venta de activos prescindibles, como Primax; la colocación de un bono por unos US$ 200 millones en Suiza, lo que se concretó en el segundo semestre de 2013; y la capitalización, de donde se esperaba recibir unos US$ 300 millones. Con esto, se renegociaría deuda por US$ 800 millones.
“Si se hiciera la capitalización por esos US$ 300 millones que se comprometieron, claramente el costo financiero bajaría más. Esto va a ser tarea para el próximo gobierno. El costo financiero son US$ 200 millones al año, y se ‘come’ todo lo que se genera en utilidades. Con el plan se podía bajar el costo financiero a US$ 120 millones”, dijo el director.
En este sentido, precisó que sin recursos nuevos, el costo financiero para este año se ubicará en torno a US$ 160 millones, por lo que la rebaja será la mitad de lo previsto.
Fierro señaló que mientras los indicadores de deuda sean altos, Enap no mejorará su clasificación. En octubre pasado, Feller Rate rebajó desde AAA hasta AA+ la clasificación otorgada a la solvencia y las líneas de bonos de la estatal, y aplicó perspectivas “estables”, mientras que, en junio, Moody’s bajó la calificación Baa1 a Baa2, con outlook (panorama) negativo.b
La negociación por Primax
La venta de activos “prescindibles”, para mejorar la situación financiera de Enap y concentrarse en sus negocios, fue uno de los pilares de la gestión de Ricardo Cruzat en la estatal. Se analizó la venta de la operación en Egipto y la venta de la participación en Primax, pero los trabajadores se opusieron a que la firma se desprendiera de ambos negocios. El gobierno buscó que la aprobación fuera unánime en el directorio, por lo que Bunster mantuvo una reunión con los representantes de todos los sindicatos de la estatal, y planteó la posibilidad de capitalizar la empresa si los trabajadores votaban a favor de la venta de Primax, lo que hasta la fecha no ha sucedido.