Cada trabajador produjo en promedio US$ 33.222 durante el año pasado, lo que nos deja a la cabeza de la región. Sin embargo, la cifra está aún muy por debajo del promedio de la OCDE, de US$ 78.159.
Durante 2013, la productividad laboral en Chile alcanzó los US$ 33.222 por persona empleada, dejando a nuestro país por sobre el resto de América Latina, según un informe de Euromonitor International. En el mismo estudio, México llega a US$ 24.608 por trabajador, Brasil a US$ 18.789 y Perú a US$ 12.573.
No obstante, la productividad laboral promedio en los países de la OCDE llega a US$ 78.159, más del doble que Chile.
Para Ricardo Úbeda, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), la apertura comercial y el desarrollo financiero de Chile explican esta ventaja en los índices de productividad: “Los inversores ven al país como el primer paso para instalarse en la región”, asegura.
A su juicio, otro elemento que explica este buen desempeño tiene que ver con la estabilidad política, legal y social chilena. “Este entorno es un ‘caldo de cultivo’ muy favorable para la inversión directa, que genera un efecto de absorción de innovaciones, tecnologías y knowhow , que mejora en la productividad por hora”, agrega Úbeda.
El subsecretario del Trabajo, Fernando Arab, destaca dentro de este buen escenario económico la tasa de desempleo del 5,7%, la más baja en los últimos 15 años, así como la creación de más de 978 mil empleos durante esta administración. “Chile ha mostrado buenos resultados macroeconómicos”, dice.
Este estado de “pleno empleo” también explicaría el puesto de Chile en el ranking . “La cantidad de fuerza laboral se ha ido estancando y es un indicador bastante plano en torno al 2%, mientras que la economía sigue creciendo a tasas del 5% o 6% en los últimos cuatro años. Ahí tienes un aumento importante de la productividad”, indica Patricio Rojas, socio de la consultora económica Rojas y Asociados.
En el informe Euromonitor destaca que los niveles de productividad por trabajador tienen relación con el alto nivel de empleo en las industrias de servicio como comercio, hoteles y restaurantes.
Productividad total
El estudio consideró la productividad dividiendo el Producto Interno Bruto de un país entre la cantidad de personas empleadas. Rojas advierte que es un indicador parcial: “Solamente mide la productividad media del trabajo, que no se traduce en que la economía sea más eficiente. Se debería considerar la productividad total de factores, que tiene que ver con la productividad del capital, de las instituciones y regulatoria, y ahí probablemente tenemos deficiencias”.
Un estudio de la consultora McKinsey, indica que la productividad nacional ha ido cayendo en los últimos años. En la década de los 90, la productividad aportaba dos tercios del crecimiento del país. Hoy menos de un sexto; 0,9 puntos de 5,7%, que fue el crecimiento promedio entre 2009 y 2012.
Según Ricardo Úbeda, la productividad debiera ser responsable de cerca del 80% del crecimiento en los próximos años.
Para lograrlo, estima que las medidas más importantes pasan por incorporar a las mujeres en el trabajo, flexibilizar los contratos y las jornadas, apostar por la polifuncionalidad de los trabajadores y disminuir distorsiones por altos costos de despido.
Patricio Rojas agrega: “Si queremos ser un país más eficiente tenemos que elevar nuestra productividad total de factores y no solamente mirar lo que está pasando con la mano de obra, sino que tratar de mejorar nuestras instituciones y cómo utilizamos el capital que tenemos”.
Por su parte, Jorge Selaive, economista jefe del grupo BBVA, extraña cambios estructurales en el mercado de capitales. “La Ley Única de Fondos (LUF) es bienvenida para el flujo de capitales, pero tenemos que facilitar la entrada de capitales que financien emprendimiento e innovación”.
Para Úbeda, el problema también pasa por la calidad de la educación: “Casi la mitad de los jóvenes reconoce no estar bien preparado para trabajar”.
En esa línea, el subsecretario Arab destaca que actualmente existen en el Congreso Nacional varias iniciativas que finalmente debieran ser un aporte en materia de productividad, como los proyectos de ley para implementar salas cuna de forma universal, reformar el actual sistema de capacitación y establecer un contrato especial para estudiantes, donde puedan realizar jornadas de trabajo parciales que les permitan trabajar y estudiar al mismo tiempo.
“Los desafíos pendientes del próximo gobierno para aumentar la productividad laboral se basan principalmente en tramitar y dar aprobación al proyecto de reforma del Sence, así como seguir fomentando políticas que tengan como objetivo aumentar la participación laboral de mujeres y jóvenes”, concluye el subsecretario del Trabajo.