Repsol se encamina a un acuerdo definitivo con el Gobierno de Argentina que previsiblemente se hará efectivo este martes en el consejo de administración que con carácter ordinario celebra la petrolera. Las negociaciones avanzadas en los dos últimos meses permitirán a la empresa española asegurar el cobro garantizado de 5.000 millones de dólares en bonos del Tesoro argentino que pueden ser canjeables en el mercado secundario de deuda. La compañía que preside Antonio Brufau ha adoptado, de entrada, una provisión de 1.279 millones en sus resultados de 2013 y ha dejado en suspenso todas las demandas interpuestas por la expropiación de YPF, tanto las llevadas a cabo en las cortes internacionales de justicia como la presentada ante el tribunal de arbitraje del Ciadi.
El objetivo de los delegados de Repsol ha estado orientado por el planteamiento del máximo órgano de gobierno de la compañía para que el acuerdo estuviera respaldado con las debidas cauciones financieras y jurídicas. A tal efecto, y aún a expensas de los últimos detalles que permitan rubricar el ‘armisticio’, es factible que el Gobierno de Argentina incremente el nominal de los llamados ‘bonos Repsol’ para asegurar el pago a tenor del consabido descuento que implica la amortización anticipada de los títulos. Otra alternativa consiste en definir garantías jurídicas de primera calidad que satisfagan la relación de confianza que han conseguido alcanzar las dos partes en litigio.
Aunque pueda resultar paradójico a la vista de los ríos de tinta que ha deparado la pequeña gran historia de este conflicto, lo cierto es que la resolución del problema en un plazo récord de dos años supone un hito digno de mención y un éxito en la estrategia jurídica de Repsol para forzar una negociación, dada la evolución natural de este tipo de demandas internacionales ante el Ciadi. Argentina es precisamente el país que ha acumulado mayor número de denuncias ante este organismo dependiente del Banco Mundial, cerca de cuarenta, y la mayor parte de las mismas fueron promovidas con antelación a la expropiación de YPF en abril de 2012.
Sea como fuere, la superación del contencioso por la vía rápida de un acuerdo amistoso también va a deparar un importante espaldarazo en estos momentos para el ministro de Industria, José Manuel Soria, en calidad de promotor del pacto. No se olvide que, en un principio, el preacuerdo sellado en Argentina el 25 de noviembre en Buenos Aires con el ministro argentino, Axel Kicillof, fue calificado como una especie de ‘brindis al sol’ para salvar la tensión política entre España y Argentina.
La intervención proactiva del presidente de La Caixa, Isidro Fainé, en calidad de primera accionista de Repsol y aliado con su presidente, Antonio Brufau, permitió entornar las puertas de una negociación que se había enconado de manera peligrosa para los intereses de la compañía. El titular de la petrolera asumió el reto en sintonía y colaboración directa con Fainé para articular una posición común que sirviera de acicate al resto de consejeros y facilitase la voluntad favorable para sellar un tratado de paz efectivo y duradero con el Gobierno de Cristina Kirchner.
El tándem formado por Brufau y Fainé ha resultado esencial a la hora de complementar una tarea que se antojaba realmente difícil después de los fallidos intentos para que Repsol desistiera de sus derechos legales. La solución está ahora sobre la mesa del consejo de administración de la petrolera, que se reúne mañana. La última palabra, en todo caso, será pronunciada en la junta general de accionistas que Repsol va a convocar para finales de marzo. De momento, la compañía española ha dejado en suspenso todas sus demandas ante los tribunales y también la que se presentó en el Ciadi. Al final, y a pesar de todos los pesares, se puede decir que bien está lo que bien acaba.
El Mundo
El preacuerdo firmado entre Repsol y el Gobierno argentino por la expropiación de YPF tendrá un primer efecto contable en los resultados de 2013 que la petrolera presentará el miércoles, donde provisionará 1.279 millones tras devaluar a la empresa argentina.
La empresa presidida por Antonio Brufau anunció ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) un ajuste contable del 32% sobre el valor al que tenía valorada en libros a la petrolera argentina, que pasará de 5.392 millones de euros a 3.640 millones. La operación obliga a Repsol a provisionar 1.279 millones de euros en sus cuentas de 2013.
Esta cifra equivale a alrededor de un 60% del beneficio logrado por el grupo en 2012, que se situó en 2.060 millones tras sufrir un primer impacto por la expropiación sufrida en el mes de abril. No obstante, este indicador no puede extrapolarse a las cuentas del pasado ejercicio, donde además de las pérdidas por YPF la petrolera podría apuntarse parcial o totalmente las plusvalías de 2.103 millones de euros logradas por la venta de sus activos de Gas Natural Licuado (GNL)y otras provisiones realizadas por el impacto sobre su negocio gasístico en Estados Unidos.
Fuentes de la petrolera explican que el ajuste sobre el valor en libros de YPF responde a «un ejercicio de prudencia financiera» de cara a cerrar las cuentas del pasado ejercicio. La medida pasó casi inadvertida en el mercado, donde el comportamiento de la petrolera se mantuvo en línea con el registrado por el conjunto de la Bolsa española. Repsol subió un 0,5%, hasta 18,07 euros por acción, frente a un repunte del 0,1% del Ibex.
Prácticamente cerrado
En todo caso, Repsol dio ayer a entender con su comunicado al supervisor que el preacuerdo firmado entre los Gobiernos español, mexicano y argentino por la expropiación está prácticamente cerrado. En Repsol insisten, no obstante, en que se están «ultimando» algunos flecos para someterlo a la votación del consejo de administración que se celebrará el próximo martes en Madrid.
El acuerdo incluye una indemnización por el 51% de YPF expropiado por 5.000 millones de dólares, al cambio actual 3.640 millones de euros, en bonos argentinos a 10 años y con un interés anual próximo al 8,5%. Gran parte de las conversaciones mantenidas entre la petrolera española y Argentina se han centrado sobre la garantía de cobro, ante la situación de incertidumbre de la deuda argentina y el temor a que el país caiga en default. Deutsche Bank ha sido el asesor financiero de Repsol durante todo este proceso. El banco podría jugar un papel importante a la hora de garantizar el cobro de los bonos.
La petrolera tiene la opción de buscar un comprador cuando lo considere oportuno y al precio de mercado o bien esperar su amortización e ir cobrando los intereses, en cuyo caso el valor recibido por la expropiación se situaría entre 8.000 y 9.000 millones de dólares.
A cambio de la compensación, la petrolera española acepta retirar sus pleitos en la justicia española, argentina y estadounidense, y sus reclamaciones en el tribunal de arbitrajes del Banco Mundial (Ciadi). Precisamente en este organismo Repsol había interpuesto una reclamación superior a los 10.000 millones de dólares nada más consumarse la expropiación.
La petrolera está satisfecha con el preacuerdo logrado con el Gobierno argentino y lo antepone a un largo proceso judicial. También lo consideran mejor que el primer intento de acuerdo que intentó formalizar su accionista Pemex, que incluía una indemnización por 1.500 millones de dólares y una participación conjunta para explotar el megayacimiento de hidrocarburos de Vaca Muerta.
Una vez cerrada la crisis argentina, Repsol podría utilizar la indemnización para profundizar en su estrategia de crecer en el negocio de exploración y producción de crudo con la adquisición de nuevos activos en mercados estables como Estados Unidos y Canadá.
'Blindaje' en Buenos Aires
J. LÓPEZ / Buenos Aires Uno de los aspectos que retrasó el acuerdo entre Repsol e YPF fue la devaluación del 20% que experimentó el peso argentino el pasado 22 y 23 de enero. La caída en las reservas del Banco Central, las cuales se han desplomado un 34% en dos años hasta 27.800 millones de dólares (su nivel más bajo desde 2006), y los actuales problemas económicos de Argentina animaron a los directivos de Repsol a contemplar la posibilidad de negociar algún tipo de cláusula o seguro en caso de que el país austral declare un nuevo 'default' o suspensión de pagos sobre su deuda como ocurrió en 2002. Aunque la situación económica del país es delicada, Argentina todavía cuenta con algunas medidas y herramientas para mantener la situación bajo control; algunas más ortodoxas como solicitar créditos a China para incentivar la inversión, y otras más heterodoxas, como emitir certificados con denominación en dólares que se negocian en pesos (Cedins) o bonos Bodes en condiciones favorables para animar a los argentinos a cambiar sus dólares guardados bajo el colchón. Lo que para los directivos de Repsol pudo ser un agravio comparativo es el ventajoso acuerdo que alcanzó la petrolera Apache con el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el pasado 13 de febrero. Al contrario que la petrolera española, la estadounidense recibirá 800 millones de dólares en efectivo por sus operaciones en las provincias de Neuquén, Río Negro y Tierra del Fuego, que a partir de esta venta pasan a manos de YPF. De esta manera, la empresa estatal argentina aumentó sus reservas de hidrocarburos en el entorno de un 14%
—¿Vendrá Brufau a la firma?
La pregunta la planteó recientemente Axel Kicillof, ministro de Economía argentino. A su lado se encontraba Carlos Zanini, secretario legal y técnico de la presidencia argentina. Ambos han encabezado en las últimas semanas las negociaciones con los directivos de Repsol. Desde que el 17 de abril de 2012 el Gobierno expropió el 51% de las acciones de Repsol en YPF, hubo cinco intentos de cerrar un acuerdo. Pero el presidente de Repsol, Antonio Brufau, nunca volvió a Argentina.
A lo largo de las últimas negociaciones, por la parte argentina era Zanini quien tenía la última palabra. Él llamaba a la presidenta, Cristina Fernández, y ella levantaba el pulgar. Pero quedó claro desde el principio que había una línea roja infranqueable: el Gobierno no pagaría una compensación por un valor superior a los 5.000 millones de dólares. Finalmente, ese monto —justo la mitad de lo que Brufau advirtió que reclamaría— lo cobrará Repsol en bonos. Y ¿qué garantías tendrá Repsol de que podrá venderlos a ese precio?
—La garantía de la nación argentina, respondió Kicillof en una ocasión.
Repsol no se conformó con la respuesta. El 26 de noviembre las dos partes lograron un principio de acuerdo, pero desde entonces la obsesión de Repsol fue blindarse con garantías jurídicas y financieras. Una vez que quedaron satisfechos pudieron complacer una exigencia obsesiva del Gobierno argentino: la retirada de una denuncia planteada en julio de 2012 por Repsol en Nueva York. La denuncia fue a parar a las manos del juez Thomas Griesa, el mismo que juzga el contencioso entre el Gobierno argentino y los llamados por Cristina Fernández "fondos buitres". Griesa se ha pronunciado en varias ocasiones en contra del Ejecutivo argentino. Así que Fernández pudo respirar tranquila cuando Repsol retiró su denuncia el pasado viernes.
Todo está listo ya para que los 16 miembros del consejo de Administración de Repsol voten el martes la propuesta de Argentina. Repsol encargó 10 informes jurídicos y otros 10 financieros para que consultoras y bancos evalúen las condiciones del acuerdo. Toda esa documentación, que ocupa medio metro de altura, se encuentra en poder de los consejeros.
Fuentes próximas a la compañía estiman que el acuerdo se aprobará el martes por unanimidad. Pero Brufau no viajará a Buenos Aires. No habrá foto de amigos ni champán. En su lugar acudirá el segundo hombre de Repsol, Nemesio Fernández Cuesta, y el jefe del equipo jurídico y consejero, Luis Suárez de Lezo. Serán quienes firmen el jueves. Después, el Tribunal de Tasación argentino deberá emitir un informe, Repsol someterá el acuerdo al voto de su junta de accionistas, que se celebraría en menos de un mes, y el Gobierno a la aprobación del Congreso, donde cuenta con mayoría.
Si todo discurre por los cauces previstos, es muy probable que la aprobación definitiva se produzca en torno a abril, cuando se cumplan dos años de la expropiación. A partir de ahora, los Gobiernos argentinos y español volverán a establecer unas relaciones que fueron interrumpidas por voluntad de Cristina Fernández. El nuevo embajador de España en Argentina, Estanislao de Grandes Pascual, ha conseguido en los 15 días que lleva en el país más que su antecesor, Román Oyarzum, en año y medio. La razón solo obedece al acuerdo con Repsol.
De Grandes ya ha sido recibido por el ministro de Exteriores, Héctor Timerman, y por el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Su antecesor, en cambio, encontró casi todas las puertas cerradas. Un empresario español afincado en Argentina relató a este diario cómo ofreció su piso en Buenos Aires para que el embajador celebrara un encuentro clandestino con un ministro de Fernández. Pero el ministro se echó atrás cuando supo que en el edificio no había garaje que le permitiera entrar en la vivienda con absoluta discreción. Sin embargo, el 13 de febrero, el Jefe de Gabinete difundía una foto con el nuevo embajador a través de Twitter. Corren nuevos tiempos.
Los cinco contactos previos al acuerdo
Los primeros contactos entre Repsol y el Gobierno argentino comenzaron ocho meses después de la expropiación. Estos fueron los pasos que llevaron a un acuerdo que, presumiblemente, se sellará esta semana.
» 1. Diciembre de 2012. El Gobierno argentino intenta compensar a Repsol a través de una participación minoritaria en una sociedad que posee terrenos en el yacimiento de Vaca Muerta. La oferta se efectúa a través de Isidro Fainé, presidente de CaixaBank, socio mayoritario de Repsol. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, alega que será difícil explicar a los accionistas aceptar como compensación una parte de lo expropiado. "Es como si te quitasen la casa y te ofrecieran ser socio minoritario del cuarto de baño", explicó una fuente próxima a la compañía.
» 2. Febrero de 2013. Partiendo de la propuesta anterior Repsol intenta disponer de libertad sobre la propiedad de los campos de Vaca Muerta. Por primera vez se comienza a hablar de 5.000 millones de dólares como valoración de la compensación. Pero Repsol considera que los campos que le ofrecen no valen esa cantidad. Y que su papel en la sociedad mixta siempre iba a estar supeditado a la voluntad del accionista mayoritario, es decir, al Gobierno argentino.
» 3. Mayo de 2013. YPF y la compañía estatal mexicana Pemex (dueña del 9,3% de Repsol) negociaron en mayo a espaldas de Repsol. En junio llegó a Repsol una oferta del Gobierno argentino a través de Emilio Lozoya, presidente de Pemex. Argentina contemplaba ceder a Repsol el 47% de las acciones de una nueva sociedad controlada por YPF que se dedicaría a explotar una porción del yacimiento de Vaca Muerta. Además, se ofrecía una compensación de 1.000 millones de dólares en bonos nominados en pesos y 500 en efectivo. En total, 1.500 millones de dólares, pero cobrados en pesos. Y depositados en Argentina. Repsol estaba obligada a invertir todo en la nueva sociedad mixta, de la que Pemex poseería el 2% de las acciones.
Cuando Pemex lleva la propuesta al consejo de Repsol el 26 de junio es rechazada por todos los miembros del consejo, incluido el representante de Pemex. El consejo determinó que la oferta estaba "construida sobre activos sobrevalorados", y carecía de "las mínimas garantías jurídicas y económicas".
» 4. Julio de 2013. A través de un ciudadano español con gran conocimiento de Argentina, Repsol retomó el contacto. En septiembre un equipo técnico viaja a Buenos Aires. Se trabaja sobre un documento de ocho puntos. Pero las negociaciones quedan interrumpidas. Repsol interpretó que el Gobierno argentino prefería entenderse con Pemex, bajo la creencia de que la mexicana podría hacerse con el control de Repsol y desbancar a Brufau.
» 5. Noviembre de 2013. El ministro de Industria español, José Manuel Soria, a petición de Repsol, se reúne en México con Pemex. Después contacta por teléfono con el ministro de Economía, Axel Kicillof. Consigue que se vuelva a trabajar sobre el mismo documento base —un folio con ocho puntos— desechado en septiembre. El 26 de noviembre, Soria y Fainé se desplazaron de urgencia a Buenos Aires junto a los representantes de Pemex y una delegación de Repsol. No hubo foto de reconciliación, pero aquel día se gestó un principio de acuerdo.
La petrolera española Repsol informó hoy a la Bolsa de Madrid que las acciones expropiadas de la empresa YPF fueron revaluadas en u$s5.000 millones, lo que implica la casi segura aprobación del acuerdo de compensación con el Gobierno, el cual sería refrendado el martes por el Consejo de Administración de la firma europea.
A través de un comunicado oficial a la Bolsa madrileña, Repsol indicó que “se revalúan las acciones expropiadas a u$s5.000 millones”, por lo que “con cargo a los resultados del ejercicio de 2013 se registrará un saneamiento de 1.279 millones de euros después de impuestos”.
El documento indica que “al cierre del ejercicio 2013, atendiendo al principio de acuerdo en el mes de noviembre sobre las acciones de YPF S.A. e YPF Gas S.A. sometidas al proceso de expropiación, se revalúan las acciones expropiadas a u$s5.000 millones. Por ello, con cargo a los resultados del ejercicio 2013 se registrará un saneamiento de 1.279 millones de euros después del impuesto”.
Dos días antes de la decisiva reunión del directorio de Repsol en Madrid, el prestigioso Financial Times difundió ayer una serie de detalles sobre el acuerdo para indemnizar a la petrolera por la expropiación de YPF en abril de 2012. En lo que es una señal a los mercados, el Financial Times señala que se le pagará con bonos por US$ 5.000 millones y se les garantiza que esa será la suma a cobrar, independientemente del valor de mercado de esos bonos. Otras fuentes señalan que se pone a resguardo ese valor de US$ 5.000 millones por el 51% de YPF de posibles embargos. El acuerdo pondría fin a la disputa legal.
Según el Financial Times, el acuerdo ya habría sido rubricado el último viernes pero requiere de la aprobación del directorio y accionistas de Repsol y del parlamento argentino. “Fuentes cercanas a las conversaciones indicaron que no esperaban que ninguna de las partes frustre el acuerdo a esta altura”, señala el artículo publicado ayer.
Repsol había pedido una indemnización de US$ 10.500 millones, considerando Vaca Muerta. Lo hizo ante el CIADI, el tribunal arbitral del Banco Mundial.
El Financial Times asegura que el acuerdo de compensación que se somete ahora a la aprobación del directorio, “está lejos de aquella suma, pero permite una resolución mucho más rápida de la disputa, ofrece una seguridad legal a ambas partes y le aportará a Repsol fondos adicionales para financiar su búsqueda de activos ascendentes rentables”. Aquí otras precisiones: * Fuentes familiarizadas con los detalles del acuerdo comentaron que el grupo recibirá bonos argentinos denominación dólar con un valor nominal que supera US$ 5000 millones, cifra nominal acordada en un acuerdo preliminar entre los gobiernos de España y Argentina en noviembre pasado.
* El excedente es un reflejo de que los mercados le asignan un fuerte descuento a los bonos del gobierno de Argentina, vistos por los inversores como con más posibilidades que otros países de entrar en default respecto de sus deudas. Además, el gobierno o freció garantías para garantizar que Repsol reciba sus US$ 5.000 millones en compensación aún si esos bonos no llegan a esa suma a la larga.
“La deuda desaparecerá no cuando Repsol reciba los bonos sino cuando tenga los 5.000 millones” comentó una fuente familiariza con los detalles del acuerdo.
* Paralelamente, este acuerdo fija la compensación límite del grupo español en US$ 5.000 millones, lo que significa que Repsol no se beneficiará si a los bonos del país les va mejor que lo que se espera hoy en el mercado.
* Este acuerdo está exento de cláusulas de inmovilización, lo que significa que Repsol podrá vender los bonos cuando quiera. De todos modos, el grupo español tendrá un fuerte incentivo para no espantar a los mercados vendiendo sus bonos de una sola vez y seguramente querrá reducir el holding poco a poco, con el paso del tiempo. Otra consecuencia del acuerdo de compensación es que dejará libre a Repsol para vender su restante participación del 12% en YPF. El grupo español, cuya participación en la empresa argentina vale más de 1.000 millones de euros a los precios de mercado actuales, siempre se había mostrado renuente a liquidar su holding mientras durara la disputa porque ello le significaba a Repsol un asiento en el directorio de YPF.
El consejo de administración de la española Repsol avalará en términos generales el acuerdo con la propuesta de pago que la Argentina le hizo a la compañía en noviembre pasado por la expropiación del 51% de las acciones de YPF. Según les aclararon los europeos a los negociadores argentinos, los u$s 5.000 millones que se le entregarán a Repsol serán vendidos en un plazo de no menos de un año para que la petrolera se haga de efectivo; por lo tanto, el título público luego se volcará en los mercados de capitales, con lo que Argentina verá aumentada la oferta de deuda en circulación en la plaza. El monto del acuerdo fue cerrado y los propios integrantes del consejo de administración ya saben que deberán aprobar o rechazar la propuesta; y se descarta que haya la cantidad de manos levantadas mañana para que el acuerdo sea aprobado. El viernes se especulaba con que la votación no sólo sería positiva, sino que el acuerdo se aprobaría por unanimidad. Un día después, el mismo consejo presentará ante los accionistas los resultados finales del ejercicio 2013, con un resultado positivo de "1.279 millones de euros después de impuestos", según el mensaje que el consejo les envió a los integrantes el cuerpo para que se tenga en cuenta al votar mañana. En el mensaje, al que tuvo acceso este diario (ver facsímil), también se menciona que el orden del día es tratar "el principio de acuerdo anunciado en el mes de noviembre sobre las acciones de YPF SA e YPF Gas sometidas al proceso de expropiación", donde "se revalúan las acciones expropiadas a u$s 5.000 millones de dólares".
El argumento que los ejecutivos de la petrolera esgrimirán para que el consejo apruebe esta negociación con la Argentina es que con la venta paulatina de ese bono con el que pagará el Gobierno de Cristina de Kirchner la expropiación en el mercado de capitales Repsol tendrá dinero de sobra para el plan de inversiones fuera de las fronteras españolas previsto en el programa Estrategia 2016 de la petrolera. En especial se mencionan el proyecto Pao de Azúcar en Brasil; la expansión de las actividades en Argelia y una nueva refinería en Bilbao. Los tres avances se harían con el dinero fresco que aportaría la venta de los títulos con los que la Argentina pagará su deuda.
Se espera igualmente que el presidente del consejo, Antoni Brufau, avale el acuerdo y no ponga trabas en el momento de votar. De hecho, se sabe, los principales accionistas de la petrolera aprueban cerrar rápidamente las negociaciones con la Argentina. En este listado se ubican, primero, Caixabank, que detenta el 11,82% de las acciones, y la mexicana Pemex, con el 9,3%. Aún sin definición se encuentra la constructora española Sacyr Vallehermoso, que posee el 9,23% de los votos, y los inversores de Singapur de Temasek, algo reacios desde noviembre a aprobar un acuerdo con la Argentina.
Desde la conducción de Repsol se descuenta que mañana el consejo tendrá los votos suficientes para aprobar el acuerdo y someterlo al escrutinio final de la rueda de accionistas que tendrá que avalar todos los datos de 2013 y los planes hasta 2015. Como dato curioso hay que mencionar que entre los que hablarán en la reunión de accionistas de marzo estará BlackRock, uno de los fondos de inversión más grandes del mundo que se presentó a favor del Gobierno de Cristina de Kirchner en el juicio contra la Argentina en los tribunales de Nueva York que encabezan el Elliot de Paul Singer y el Dart de Kenneth Dart. El Blackrock cuenta con un total del 1% de los votos, muy poco para incidir en el resultado de este acuerdo entre Repsol y el Gobierno para dar por concluido el litigio surgido en 2012 con la expropiación de YPF.
El Gobierno argentino y la petrolera española Repsol firmarán en los próximos días un acuerdo de indemnización de US$5.000 millones (3.700 millones de euros) para compensar la nacionalización de YPF, en 2012, dijo una fuente involucrada en las negociaciones.
Bajo los términos del acuerdo, la petrolera recibiría varios bonos con un valor nominal de US$5.000 millones, cartera de valores que combinarían títulos ya emitidos y nueva deuda a 10 años por un valor cercano a US$3.000 millones, sostuvo una fuente que dialogó con la agencia Reuters.
Como los bonos ya emitidos cotizan con descuento, el Gobierno argentino utilizará la nueva deuda para alcanzar una cifra de US$4.500 millones de valor real de mercado acordada, indicó la fuente.
Ese es el sentido de la provisión que hará Repsol: cubrir la diferencia.
El ajuste contable se debe a la diferencia entre el recorte con el que Repsol tendrá que vender la deuda argentina y el valor en libros de la participación de YPF. En todo caso, la provisión está en línea con lo que ya se había apuntado en los resultados de CaixaBank, accionista del 12% de Repsol.
Se da la circunstancia de que Deloitte es la firma que audita tanto a Repsol como a CaixaBank.
Esta provisión es muy importante: basta con recordar que los beneficios de Repsol el año 2012 fueron de 2.060 millones. Es decir, en condiciones normales, la provisión de YPF se comería el grueso de los resultados de la compañía.
La suerte para Antoni Brufau y la empresa que preside es que las condiciones no son normales: Repsol ha contado este año con una plusvalía de 2.109 millones provenientes de la venta del negocio de GNL (gas natural licuado), que también se puede contabilizar en el 2013.
Por tanto, Repsol cerrará en 2013 su año más atípico, tanto en lo positivo, por la venta de GNL, como en lo negativo, la provisión por su participada Argentina.
En días recientes, una delegación de Repsol estuvo negociando en Argentina los flecos del acuerdo, lo que incluye las garantías para la emisión o si el pago se hace en un único bono, tal y como quiere la Casa Rosada, o en varias emisiones, como prefiere la empresa española.
Una de las prioridades de Repsol es conseguir garantías añadidas que no le impidan hacer líquido el pago en caso de que se produjese una nueva crisis de la deuda en el país del Cono Sur.
Además, tras el cobro quedará pendiente la cuestión del recorte con el que Repsol tendrá que vender la deuda argentina, que podría rondar el 50% de lo cobrado, por los problemas de credibilidad argentina en el mercado de títulos soberanos.
Este arreglo no solo permitiría a Repsol dar por zanjado el capítulo de la expropiación, sino que a la Argentina le ayudaría a recuperar parte de su credibilidad ante los inversores internacionales.
La compensación dista de los US$10.500 millones (7.800 millones de euros) que había reclamado inicialmente Repsol, si bien evita a la petrolera española una larga travesía judicial, y de final incierto.
El importe de US$5.000 millones es superior a la oferta de la Argentina, trasladada por Pemex al consejo de Repsol, de US$1.500 millones más una pequeña participación en Vaca Muerta. Aquella propuesta fue rechazada.