El ministro de Energía dijo que lo harán en “las zonas bajo asedio fascista”. Colas en las estaciones de servicio.
El ministro de Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, un halcón en el gabinete de Nicolás Maduro, advirtió ayer que se utilizará el poderío de la petrolera estatal para asfixiar las regiones donde se ha concentrado la protesta antigubernamental.
El funcionario advirtió que la estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) suspenderá el suministro de gasolina en las zonas donde continúen las manifestaciones estudiantiles, que han convulsionado el país por casi tres semanas y han dejado al menos cinco muertos.
“Nos veremos obligados a suspender el suministro de combustible en las zonas bajo el asedio fascista a fin de preservar la seguridad de todos”, publicó Ramírez, también presidente de la empresa PDVSA.
El funcionario no preciso cuáles son los estados afectados por la medida. Se descuenta que uno de los principales es Táchira, en el norte, donde comenzaron las protestas y que ayer fue militarizado por orden del gobierno.
“Estamos en alerta. Se tiene información de que las bandas fascistas pretenden atacar estaciones de servicio y el transporte de combustible”, agregó Ramírez en otro mensaje.
En el mismo tono combativo que suele utilizar el presidente venezolano, Ramírez dijo que “las bandas fascistas, desesperadas en su violencia, no les importa afectar al ciudadano. Tomaremos todas las medidas para preservar la paz” Las protestas estudiantiles que sacuden Venezuela se iniciaron en San Cristóbal, estado Táchira (occidente), el 4 de febrero en reclamo por la inseguridad en las casas de estudio superior, luego de que una joven de la Universidad de Los Andes sufriera un intento de violación y robo.
De allí en adelante, las manifestaciones se extendieron a todo el país con la exigencia de la liberación de los estudiantes detenidos y en protesta por la creciente crisis económica.
Carabobo, Táchira, Mérida y Distrito Capital (Caracas), entre otros, son los Estados con mayor registro de violencia tras enfrentamientos entre estudiantes, fuerzas de seguridad y grupos armados ilegales, que han dejado al menos cuatro muertos y decenas de heridos.
En Táchira, donde se ha visto con más fuerza la protesta violenta, el presidente Nicolás Maduro advirtió que podría dictar el estado de excepción, basado en los poderes especiales que le confirió la Asamblea Nacional.
La amenaza del gobierno generó preocupación ayer en todo el país. Anoche había colas en las estaciones de servicio por la gente atemorizada que buscaba garantizar tener llenos los tanques ante cualquier eventualidad.
Hoy, sábado, el país será otra vez escenario de dos grandes marchas, una oficialista y la otra llamada por la oposición y encabezada por el gobernador de Miranda y ex candidato presidencial Henrique Capriles en demanda de la liberación del político Leopoldo López, del resto de los estudiantes detenidos y por el fin de la violencia.