La diputada Graciela Saldaña, del PRD, afirmó que en la discusión de las leyes secundarias de la reforma energética se deben incluir las repercusiones a la salud y a los recursos naturales de la técnica de fracturación hidráulica (conocida como fracking) para extraer gas shale.
Al participar en el foro “Riesgos y alternativas del fracking en México”, propuso que las conclusiones de este espacio de discusión entre especialistas y legisladores se incluyan en el próximo debate que se dará en torno a las leyes secundarias derivadas de la reforma energética.
“Nosotros podremos hacer foros, podremos estar de acuerdo tres o cuatro partidos, pero la idea es comprometer a todos los demás partidos, como el PRI, PAN y PVEM para que un tema como el fracking se discuta a fondo, debido a la gran cantidad de repercusiones que traerá consigo”, advirtió la secretaria de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados.
Al inaugurar este evento organizado por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano, el diputado Miguel Alonso Raya pidió “llamar la atención de la opinión pública ante los riesgos que pesan sobre la salud y los recursos naturales, en especial el agua que linda con reservas de gas shale”.
Explicó que el fracking es el nombre de la técnica de explotación de gas y petróleo que fractura el subsuelo para romper las rocas de lutitas y extraer así el producto conocido como gas shale.
Citó que entre las principales objeciones que la comunidad científica y diversas organizaciones ecologistas han planteado frente a la aplicación del fracking destaca el consumo descomunal de agua que se requiere, entre nueve y 29 millones de litros para la fractura de un solo pozo.
“Para los 20 mil pozos anuales que se están planteando se requeriría un volumen de agua equivalente al necesario para cubrir el consumo doméstico de entre 4.9 y 15.9 millones de personas en un año”, expuso.
Advirtió que esta tecnología implica la utilización de 750 compuestos químicos de alta toxicidad que se mezclan con el agua, lo que no sólo contaminaría las reservas acuíferas del país sino que también detonaría problemas a la salud.
También subrayó que la práctica del fracking es un factor que exacerba el calentamiento global, en virtud de que el proceso extractivo de gas shale emite, a su vez, gas metano.
“Nuestros esfuerzos legislativos deben dirigirse a favor de las tecnologías limpias de carbono. Esta práctica extractiva de gas shale es nefasta y contraproducente. Son más los costos que los beneficios”, opinó.
Consideró que la alternativa es el aprovechamiento de las plantas hidroeléctricas que hay en el país y un mayor uso de fuentes de energía renovables.
Alonso Raya enfatizó que un argumento de peso contra el uso del fracking es que no es un tema de debate privativo de México, “de hecho nos hemos involucrado tardíamente en él gracias a una reforma energética”.
La discusión pública sobre las consecuencias negativas para la salud y el medio ambiente han sido expuestas en los parlamentos y las organizaciones de la sociedad civil en diferentes partes del mundo, agregó.
Para ilustrar lo anterior, mencionó que en 2011 la Asamblea Nacional de Francia emitió un veto para la práctica del fracking; otro caso es la prohibición dictada por el Poder Legislativo de Bulgaria, y la suspensión de este tipo de trabajos en la provincia de Québec, en Canadá.
Otro más es la suspensión de licencias en la región de Karoo, en Sudáfrica; en la provincia de Río Negro, en Argentina; y en la de Friburgo, en Suiza; así como la moratoria dictada para la práctica del fracking en los estados de Nueva York y Vermont, en Estados Unidos, y en Irlanda del Norte, Alemania y Australia, concluyó.