Una delegación de diputados y médicos argentinos se entrevistó hoy con representantes del Congreso paraguayo para expresar su rechazo al proyecto de instalación de una planta nuclear en la provincia argentina de Formosa, fronteriza con Paraguay, informó el Senado.
Los diputados por Formosa Abrahán Skierker, María Cristina Erico y Osvaldo Zarate, manifestaron que el traslado de la planta a esa provincia es una acción "ilegal y arbitraria" por parte del Gobierno argentino en sendas reuniones con el vicepresidente primero de la Cámara de Senadores, Ramón Gómez Verlangieri, y el presidente de la Comisión Permanente del Congreso, Arnoldo Wiens.
Por su parte, Gómez Verlangieri comentó que el Congreso paraguayo sigue de cerca el asunto y que se pronunciará en su momento sobre la posible instalación en Formosa de la empresa procesadora de uranio Dioxitek, según indicó el Senado en un comunicado.
Una representación de la asociación Médicos de Formosa también se reunió con Wiens para quejarse del proyecto, que según el doctor Bernardo Toscano entraña riesgos para las poblaciones del nordeste de Argentina y de Paraguay.
Los médicos propusieron a Wiens la celebración de una cumbre de legisladores argentinos y paraguayos para tratar el asunto, en la que participaría el doctor Raúl Montenegro, biólogo y Premio Nobel de la Paz Alternativo (2006).
Hace una semana, Wiens pidió que Paraguay y Argentina establezcan un mecanismo de consulta si se confirma la intención del país vecino de instalar la planta nuclear en la región fronteriza.
El senador declaró que en ese caso se haría necesario acudir al Artículo 17 de la Convención sobre Seguridad Nuclear, de la cual tanto Paraguay como Argentina son países firmantes.
El artículo obliga a consultar a los países "que se hallen en las cercanías de una instalación nuclear proyectada" y a darles información si la piden para evaluar las consecuencias en sus respectivos territorios.
El asunto saltó a la actualidad después de que el ministro de Planificación argentino, Julio De Vido, declarara que la empresa procesadora de uranio Dioxitek se instalaría en Formosa, según indicó el Senado paraguayo.
El físico nuclear, Rolando Granada, docente del Instituto Balseiro, expuso su punto de vista acerca de la preocupación de la gente en torno a proyectos de radicación de emprendimientos vinculados a la energía nuclear en nuestra provincia.
Fue categórico al defender el “uso pacífico” y los “estrictos controles nacionales e internacionales” que estos demandan, al tiempo de marcar que “hay más riesgos en una estación de servicio, en transitar por la Circunvalación o en un termómetro con mercurio que introducimos en la boca de un bebe, que en una planta procesadora de uranio”. Incluso se mostro de acuerdo en que la gente “se preocupe y lo manifieste”, porque entiende que “les interesa el tema”, aunque también aconsejo a canalizar apropiadamente esas dudas y no “dejarse llevar por mensajes de fundamentalistas”.
Primeramente y al ser consultado sobre la firma Dioxitek, una planta procesadora de uranio que habría mostrado interés en radicarse en la provincia, expuso que pertenece a la Comisión Nacional de Energía Atómica en un 99% en su paquete accionario. “Está dedicada a la producción de dióxido de uranio y fuentes sellados de cobalto 60. El dióxido de uranio es un polvo, que luego es empleado en otras empresas, en Buenos Aires, para producir los elementos combustibles que utilizan nuestras centrales nucleares”, indicó.
Señalo que “se maneja uranio natural, el que como otros materiales es peligroso, no desde el punto de vista radiológico, sino desde el punto de vista químico”, para clarificar: “No hay nada más peligroso que el mercurio el de los termómetros, que lo tenemos en la casa, y se lo ponemos en la boca de los bebés. No hay peor cosa, es un veneno tremendo”.
“Todos los materiales pesados son tóxicos, pero los empleamos. El uranio hay que tener cuidado con su toxicidad química, como con cualquier otro elemento químico. Llegan al puerto, se trasladan a la fábrica, de allí vuelve a salir en tambores especiales, con características de hermético, sale como polvo. Va a otra fábrica para hacerlo combustible, son barritas de materiales especiales, y el material nuclear, en una forma diferente, son como pastillas de dióxido de uranio”, explico.
Dijo que Dioxitek “es una planta química, donde hay procesos químicos de por medio, como una planta que produce aluminio, que a partir de un mineral, extrae un elemento purificado como es el dióxido de uranio. Hay procesos químicos, con toda la seguridad adicional que exige la legislación para el tratamiento de estos elementos nucleares”.
Opinó que “tiene que ver con la percepción social del riesgo, cambia dramáticamente cuando uno está familiarizado o no. Yo podría imaginarme, que si hablamos de termino de riesgos, es mucho más riesgo transitar por la avenida Circunvalación, que estar viviendo como yo hace cuarenta años, al lado de un reactor nuclear, como lo hago”.
Carem
Respecto a otro de los proyectos, en este caso del reactor nuclear Carem para producir energía, insistió en que ya dijo muchas veces que “trabajo para la Comisión Nacional de Energía, creada por Juan Domingo Perón en 1950, cuyo objetivo primario es acercar, llevar, a la población los beneficios del uso pacífico de energía nuclear. Todas las actividades que realiza la institución, están normadas, auditadas, por instituciones nacionales e internacional por ejemplo Brasil, nos controlamos mutuamente”.
Enfatizo Granada que “el uso pacífico de la energía nuclear es algo que está absolutamente monitoreado y bien caracterizado y que se utiliza intensivamente. Las centrales actuales están preparadas con medidas de seguridad intensas, el reactor Carem es un diseño muy avanzado en seguridad, tiene minimizado el uso de máquinas rotantes, las medidas de seguridad están basadas en fenómenos físicos, es una planta segura”.