El senador nacional de Unen dijo que el 15 por ciento de las importaciones del país son combustibles, y que sumaron u$s 14 mil millones el año pasado.
La crisis energética que atraviesa el país, y de la cual Rosario lejos de estar exenta es una de las ciudades que más la sufre, empujó al gobierno nacional a importar energía por 14 mil millones de dólares en el último año. El senador nacional por Unen, Fernando "Pino" Solanas —quién desde hace tiempo se interesa por los recursos renovables y fue en 2010 y 2011 presidente de la Comisión de Energía y Combustibles de la Cámara de Diputados de la Nación— analizó esta situación en el marco de una charla que dio en Rosario sobre el tema invitado por la Fundación Igualdad Argentina.
Sobre la crisis energética que se vive en distintas ciudades del país, y en particular en Rosario, donde los cortes de electricidad en los últimos meses se tornaron permanentes, Solanas apuntó que "este es uno de los temas que se ha venido planteando en los últimos 20 años y con las privatizaciones, lejos de modernizar e invertir fuertemente en infraestructura lo que se hizo fue aprovecharse de los subsidios y hacer de ello una renta". Sin embargo, no todo se reduce a una falta de inversión que termina pagando el usuario, sino que además se suman otras variables que no fueron consideradas cuando se podía todavía pensar en un plan de prevención.
"La situación se agrava más aún si pensamos que cada año aumentó de una manera tremenda el consumo de electricidad, y además Argentina tuvo años de crecimiento de PBI muy fuerte. Desde 2004 a 2007 la energía y la electricidad, que es el primer insumo de la cadena productiva fue un pilar y no hubo fuertes inversiones para reponerla cuando se debería haber destinado un punto por cada punto y medio del que crecíamos", dijo.
Las consecuencias de todos esos años dónde sólo se ponía el acento en la necesidad de crecer, ahora son evidentes y la posibilidades de revertir la cuestión están lejanas. "Argentina perdió su capacidad de autoabastecimiento energético y pasamos a ser importadores netos, este último año la factura de importación de combustibles supera los 14 mil millones de dólares, ya que el 15 por ciento de las importaciones argentinas pertenecen a combustible", dijo y explicó que "todo eso es una cadena que la paga el usuario, la familia, el comerciantes que no puede mantener el producto con la correcta cadena de frío, el industrial que no puede producir, la pagamos entre todos porque la pérdida es monumental".
Política de subsidios. En medio de la crisis energética, puertas hacia adentro, el gobierno nacional apuntó a los subsidios y analiza reducirlos significativamente en los servicios de energía, gas y agua.
Días atrás, en una de sus habituales conferencias de prensa, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, admitió que se trabaja en esa dirección, aunque aseguró que no hay ninguna decisión tomada. "Son análisis que se han elaborado", dijo.
Consultado sobre esa posibilidad, Solanas dijo que cree que se avanzará hacia el recorte, generando nuevos aumentos en los servicios y combustibles. "De hecho en este último tiempo las naftas han venido aumentando de manera exponencial y la enorme cantidad de subsidios que hay para el sector energético, alcanzado los 35 millones de pesos, suena lógico que se reduzca ya que va a ser beneficioso para las cuentas fiscales", analizó el legislador.
Por otra parte, el senador nacional consideró que el tema de tarifa y costos está en relación directa con los ingresos. "Uno puede tener más o menos subsidiado el transporte o el sistema de energía, pero tienen que estar en correlación a los ingresos de la población", dijo.
Explicó además que "en países limítrofes, el transporte cuesta el doble o el triple que aquí, pero el poder adquisitivo de su salario contempla esos costos. Y todas esas son variables que hay que poner sobre la mesa, mucho más si tenemos en cuenta que en marzo comienza un mes muy caliente que es el de las paritarias que faltan acordar", señaló.