El jefe de Gabinete recordó las distorsiones de precios en las facturas de gas y electricidad entre la metrópolis y las provincias. Preparan spots explicativos. "El esfuerzo es lograr el abastecimiento energético", dijo.
La quita de subsidios que el Gobierno acelerará una vez que considere que la batalla por los precios está contenida comenzará por los sectores de más altos ingresos del área metropolitana que todavía reciben esos beneficios, adelantó una fuente oficial a El Cronista. En paralelo, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, consideró que el principal problema es el déficit energético (por sobre el gasto público creciente), y que hay que analizar las diferencias de tarifas que benefician a la Capital Federal y el Gran Buenos Aires en comparación con el resto del país.
Como consignó ayer este diario, el Ejecutivo tiene decidido avanzar con el recorte de subsidios una vez que terminen las negociaciones con empresarios para contener precios. El Ministerio de Economía de Axel Kicillof ya estudió las distintas alternativas que hay en danza y el Ministerio de Planificación de Julio De Vido es el que elabora ahora la propuesta final. La última palabra antes de que ese plan llegue a la presidenta Cristina Fernández será de Kicillof, indicó la fuente.
La idea oficial es realizar un recorte progresivo y salvaguardar a los sectores de menores ingresos. De alguna manera, continuaría la quita que comenzó a fines de 2011, cuando la Presidenta anunció la sintonía fina, se abrió un registro de renuncia voluntaria a los subsidios y dejaron de percibirlos unos 500.000 usuarios de los barrios más exclusivos de la Capital Federal (Retiro, Puerto Madero, Parque) y countries del área metropolitana. Ahora sería el turno del corredor norte del conurbano bonaerense, con San Isidro y Vicente López, entre otros.
Kicillof y Capitanich saben que los subsidios representan una parte cada vez mayor del gasto público. Según una estimación del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), totalizaron $ 143.000 millones en 2013, o el 4,9% del PBI. Sin embargo, ayer el Jefe de Gabinete indicó, en conferencia de prensa, que el principal problema es el déficit, que alcanzó el año pasado u$s 8.000 millones. El impacto estricto desde el punto de vista del subsidio en gas, energía, etcétera, es poco significativo si uno toma en cuenta los problemas de importación, dijo Capitanich.
Si bien la magnitud del tema del subsidio es significativa no es porque vaya solamente al usuario final, porque el subsidio también se da en la industria, también se da en componentes asociados al proceso productivo, prosiguió el jefe de ministros. El grueso de las grandes industrias dejó de percibir subsidios en diciembre de 2011, pero todavía quedan empresas, principalmente pymes, con energía subsidiada. Por último, recordó que la energía es hasta cuatro veces más cara en Córdoba, Santa Fe y el resto del país que en el área metropolitana por los cargos de distribución que fijaron las provincias, si bien el subsidio es el mismo. Un primer círculo de análisis tiene que ver con el diferencial que existe entre la energía que se paga por parte del consumidor final aquí y en el resto del país, dijo.
Si bien los detalles técnicos de cómo se recortarán subsidios no están definidos, el Gobierno empezó a pensar alternativas de comunicación y prepara una serie de spots televisivos para mostrar cómo la energía barata generó consumo y benefició a las industrias en los últimos años y por qué, en palabras de Cristina, es el momento de la equidad.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, volvió ayer a hablar sobre la eventual reducción de los subsidios al consumo de luz y gas , tema que en los últimos días fue mencionado en varias ocasiones no sólo por el ministro coordinador, sino también por el jefe de Economía, Axel Kicillof.
En su habitual conferencia de prensa matutina, Capitanich se mostró a favor de reducir los subsidios del Estado (tienen como finalidad pagar una parte de las importaciones de energía y mantener reducida la factura que pagan los usuarios residenciales, que no alcanza para cubrir el costo de la electricidad y el gas que consumen). Según su criterio, eso le permitiría al Gobierno contar con mayores fondos para intentar recuperar el autoabastecimiento energético.
Según Capitanich, "menos subsidios es más ingreso disponible" para que el Estado destine a inversiones energéticas. "El subsidio es un problema de ingreso disponible. Si bajamos el subsidio, tenemos más ingreso disponible", resumió el funcionario. Y agregó que "la discusión de subsidio sí o subsidio no en términos monetarios es poco importante para el usuario final", pero es importante para el Estado porque "genera las condiciones" para la inversión en pos del "autoabastecimiento".
"En tanto y en cuanto tengamos más exploración de petróleo y gas, sustituiremos importación de energía", agregó Capitanich.
El viernes pasado, Kicillof reconoció que la eventual reducción de los subsidios estaba en estudio.
El año pasado, hasta noviembre, según la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), se transfirieron más de $ 110.000 millones en concepto de subsidios. El sector energético se llevó $ 70.375 millones, un 64% del total, a través de Cammesa, la compañía que administra el mercado eléctrico, y la estatal Enarsa. En ambos casos, la enorme mayoría de los fondos se utiliza con el mismo fin: hacer frente a las importaciones de gas y combustibles líquidos. Según cálculos privados, los clientes hogareños sólo pagan un 20% de lo que cuesta producir la electricidad.
La discusión por los subsidios, uno de los principales ítems del gasto público del Estado, está presente en el Gobierno desde que Néstor Kirchner era presidente. Se elaboraron planes para disminuir las erogaciones. A fines de 2012, el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el entonces ministro de Economía, Amado Boudou, anunciaron una quita que no avanzó.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, afirmó hoy que "el esfuerzo de la Argentina es lograr el abastecimiento energético", y en tal sentido destacó "la recuperación estratégica de YPF".
En la habitual conferencia de prensa en Casa de Gobierno, Capitanich explicó que los subsidios al consumidor residencial y a la industria apuntan a sostener un esquema de mayor cantidad de recursos disponibles, que deriven en un mayor consumo general de las familias.
A su vez, remarcó que desde el Gobierno nacional se está invirtiendo en la generación de "energía hidroeléctrica y atómica", entre otras medidas, con miras a "lograr un modelo más autónomo".
"En tanto y en cuanto tengamos más exploración de petróleo y gas, sustituiremos importación de energía", agregó Capitanich, para remarcar que "la disusión no es sí o no al subsidio al usuario final".
"Lo más importante es generar condiciones" para alcanzar el autoabastecimiento, dijo Capitanich, y señaló que por ello hay una política de "estímulo permanente para sustituir las importaciones de energía".
Concluyó que "logrado el abastecimiento energético, lo que hacemos es vigorizar la actividad local y así el empleo".