Este año, el tráfico aéreo a Antofagasta y Calama, los dos destinos que recibieron más pasajeros en 2013, subiría solo 10%, según LAN.
Solo 10 años de auge bastaron para que las ciudades mineras se tomaran los primeros lugares de los aeropuertos con mayor tráfico del país.
De sumar 520 mil pasajeros en 2003, el año pasado los aeropuertos de Antofagasta y Calama pasaron a contabilizar 2,8 millones visitas. Casi seis veces más.
Enrique Elsaca, gerente general de LAN en Chile, explica que ambas ciudades tuvieron un fuerte crecimiento que alcanzó un promedio anual de 28%, lo que según Elsaca estuvo impulsado por el desarrollo minero.
“Pasamos de 15 frecuencias promedio al día -sumando Santiago/Antofagasta y Santiago/Calama- en el año 2011 a 23 frecuencias promedio al día en el 2013, que además pasaron a ser operadas por aviones de mayor capacidad”, explicó el ejecutivo de LAN.
Este fenómeno se ha visto en prácticamente todas las líneas aéreas del país con presencia en los aeropuertos “mineros”. Según cálculos del Sindicato Interempresa Nacional de Montaje Industrial, Obras Civiles y Actividades Anexas (Sinami), entre todas las aerolíneas (de itinerario y otras), mensualmente se mueven entre 20 y 25 mil personas relacionadas con las faenas mineras.
Este boom llevó a que en 2012 la Sinami lanzara una aerolínea especializada en los trabajadores mineros.
Hoy están en sociedad con Aerolíneas ONE -ligada al empresario Claudio Fischer- y en 2013 sumaron más de 180 mil pasajeros transportados.
Miguel Ángel González, director de la Sinami, dice que hoy la aerolínea realiza 12 vuelos semanales”, con los que mueven 4 mil pasajeros aproximadamente”, explica.
Hoy, la Sinami transporta trabajadores hacia las faenas de Codelco en Calama, Sierra Gorda, Esperanza y Antucoya en Antofagasta; Collahuasi, en Tarapacá, y Cerro Negro, en Copiapó.
Incluso, dice González, hoy la Sinami está en conversaciones con Escondida para lograr habilitar a sus aeronaves una pista en ese lugar, lo que permitiría que los mineros lleguen directamente en avión a la faena de BHP y Río Tinto. Otra línea aérea surgida en el boom minero es Mineral Airways.
Nacida en 2013, la empresa ligada al Grupo DAP tiene hoy operaciones más acotadas, pero en crecimiento. Mauricio Retamales, gerente general de Mineral Airways, dice que durante el año pasado ellos movilizaron cerca de 20 mil pasajeros.
La tendencia es la baja
Sin embargo, la paralización de proyectos del último año ha comenzado a hacer mella en esta performance . No es que los vuelos comiencen a caer, pero sí que las tasas de crecimiento del tráfico hacia los destinos mineros están en baja.
Enrique Elsaca, de LAN destaca, además, que los dos años anteriores las cifras hacia Antofagasta y Calama fueron muy buenas para su empresa, por lo que el efecto podría estar sobredimensionado.
“Para 2014 vemos crecimientos muy inferiores, de solo un dígito o menor al 10%, por lo que no esperamos aumentos de operaciones importantes a esos destinos en comparación con 2013″, comenta Elsaca.
Con esta proyección, el avance anual de estos destinos sería el menor de la década, y poco menos de la mitad de lo que aumentó el tráfico en 2013.
Esto ha hecho que algunas compañías replanteen sus estrategias para el sector, más aún pensando que, según cifras de la Junta de Aeronáutica Civil, los aeropuertos de la zona minera deberían ver una caída constante en sus tasas de crecimiento promedio a menos del 5% a 2030 (ver recuadro).
Aerocardal mantenía hasta 2013 dos líneas enfocadas a la minería: los vuelos regulares y los charters. En octubre pasado la empresa canceló la ruta Santiago-Vallenar de sus viajes regulares, por la baja en la demanda.
Para la compañía, la baja en proyectos mineros, agropecuarios y energéticos ha formado una especie de sinergía negativa, que ha hecho poco atractiva está línea del negocio, al menos por ahora.
También los ha afectado la irrupción de otras empresas enfocadas y con naves mayores, como las de Sinami y LAN. Esta división representaba el 5% del ingreso anual de la compañía aérea.
Ricardo Real, gerente general de Aerocardal dice que, sin embargo, en la empresa han mantenido los vuelos ejecutivos. Incluso, dicen en la empresa, trimestralmente este tipo de viajes -enfocado en el transporte de ocho pasajeros- aumentó en 11%, principalmente desde la minería.
Aunque, dice Real, el avance viene de empresas que ya están en funcionamiento, y no de nuevos proyectos, como la Minera Los Pelambres, que creció en 8%. Durante 2013 el tráfico de pasajero en Calama y Antofagasta aumentó en 20%, según la JAC.
A 2020 la JAC estima que el tráfico de pasajeros en Calama y Antofagasta se incrementará un 8,8% anual.
US$ 57 millones para recibir 12 millones de visitas
Según cifras de la Junta de Aeronáutica Civil (JAC), más de un tercio de los pasajeros nacionales transportados en 2030 pasarán por los aeropuertos de Antofagasta y de Calama, más de 12 millones de personas.
Esto significa que en 17 años el flujo de pasajeros de los aeropuertos mineros se multiplicará por cuatro. La tasa de crecimiento, eso sí, será mucho menor a la que se vio durante la década pasada, pero de igual manera requiere de una infraestructura que evite un colapso. Por eso la autoridad ya ha comenzado con las inversiones para aumentar la capacidad. En Calama, por ejemplo, se ejecuta un nuevo edificio de 8.100 m {+2} que casi cuadruplica el actual y será entregado en mayo. Con esto el aeropuerto podrá albergar a seis aeronaves en tres puentes de embarque. La obra tendrá un costo de US$ 32 millones.
En Antofagasta, Cerro Moreno ampliará la terminal de 7.980 m {+2} a 10.450 m {+2} por US$ 25 millones. Los otros aeropuertos “mineros” también están en procesos de ampliación.
En 2012 el aeropuerto de la Serena inició trabajos de ampliación de la terminal, para pasar de 3.200 m {+2} a 4.500 m {+2} , además de la rehabilitación de su pista. En Iquique el Ministerio de Obras Públicas ampliará la capacidad del edificio.