Con las ventas de bancos y la liquidación de cerealeras, el Central controló al dólar en todas sus versiones y no perdió reservas. Bajó casi 8 centavos al mayorista.
La norma que puso tope a las tenencias dolarizadas de los bancos y el mayor flujo de liquidaciones de divisas del agro le permitieron al Banco Central (BCRA) gozar de una semana de calma. Tras perder u$s 2.851 millones de reservas en enero, la entidad conducida por Juan Carlos Fábrega logró anotar cuatro ruedas consecutivas de leve suba de sus tenencias internacionales, frenar al blue en $ 11,90 y bajar al mayorista casi 8 centavos hasta $ 7,76. La devaluación del 18,6% que sufrió el peso en enero se retrotrajo así al 16%.
A casi 20 días de la devaluación, que elevó el tipo de cambio nominal a $ 8 por dólar, los argentinos asistimos la semana pasada a una apreciación inesperada del peso frente a la divisa norteamericana, analizó un reporte de Economía & Regiones. La consultora asigna la baja a las liquidaciones de bonos y divisas por parte de bancos, que deben adecuarse al tope máximo del 30% de su patrimonio en activos dolarizados que estableció Fábrega, y afirma que esa nueva realidad es sostenible en el corto plazo, de aquí a la cosecha: La autoridad monetaria estaría logrando dos o tres meses de estabilidad y previsibilidad al tipo de cambio, que podría mantenerse en sus niveles actuales hasta abril 2014.
Sólo hasta el 7 de febrero, último dato disponible, el BCRA había comprado u$s 1.125 millones en el mercado cambiario, más que nada depósitos de bancos en la propia autoridad monetaria que ya se computaban como reservas, por lo que no aportan al valor final de éstas aunque sí al guarismo de las reservas netas, que es el poder de fuego real que tiene la entidad (las compras tuvieron su consecuencia: el BCRA emitió $ 8.854 millones para pagar por esas divisas, de ahí que tuviera que esterilizar más de $ 11.300 millones vía Lebac para secar la plaza de pesos).
El hecho de que la mayor parte de las divisas compradas por los hombre de Fábrega ya estuvieran computadas en las reservas brutas, más los pagos que debió hacer el BCRA a organismos internacionales durante buena parte del mes, limitaron el impacto en reservas pero, al menos, frenaron la caída: las reservas ganan u$s 75 millones en febrero tras recuperar tímidos u$s 39 millones en la semana. Cifras despreciables, pero un cambio más que favorable si se tiene en cuenta que en enero se fueron u$s 2.851 millones.
La mejoría más contundente, hasta el momento, se vió en el freno a las diferentes cotizaciones del dólar.
Hasta el viernes pasado los distintos valores del dólar habían caído 11% hasta $ 10,70 el contado con liquidación y 5,5% hasta $ 11,90 el blue mientras que la cotización oficial lo hacía en 3,16%, desde el 30 de enero. Más fuerte aún fue el retroceso de las tasas implícitas en los contratos a futuro debido a la regulación más estricta para los bancos, mostrando una reducción de la tasa de devaluación esperada a fin de año de 43% $ 11,50 por dólar a 31% $ 10,25 en poco más de 10 días.
El consenso es que, en el corto plazo, el BCRA podrá seguir llevando el dólar hacia dónde quiera. Y, según analistas, va a hacer todo lo posible por despistar. El desafío del BCRA es preservar la devaluación real sin caer en la previsibilidad de la tablita. Esperamos que, sin ir en línea recta, el tipo de cambio refleje la inflación diferencial (la diferencia entre el 28% que esperamos para el período febrero-diciembre menos el 4% promedio que estimamos para nuestros socios comerciales) más el fortalecimiento global del dólar (que estimamos en 4%), analizó Elypsis.