Tras un ‘superciclo’ de 10 años de precios altos, a las empresas mineras con producción y a los inversionistas que buscan nuevos recursos les ha tocado acomodarse a las bajas cotizaciones de materias primas como el carbón, el oro y el níquel, en los mercados mundiales, que llegaron para quedarse.
Factores como la mayor producción de gas de esquisto en Estados Unidos, la crisis en varios países europeos y la menor demanda de China subieron la oferta mundial de carbón, llevando a que en los últimos 12 meses (al cierre de la primera semana de febrero), su precio bajara un 11 por ciento.
En el mismo período el oro y el níquel se contrajeron un 23 por ciento y un 22 por ciento respectivamente, según cifras consolidadas por el Sector de Minería a Gran Escala (SGME), gremio que agrupa a las grandes mineras que operan en el país.
Pero lo preocupante es que ya los precios externos se están acercando a los costos de producción, situación que en el caso del oro comienza a generar riesgos sobre la rentabilidad de quienes ya producen, así como la necesidad de replantear proyectos en etapa exploratoria.
La directora ejecutiva del gremio, Claudia Jiménez, reconoce que hay proyectos en Colombia que ya no son tan rentables como se pensó que iban a ser y que toca ajustarlos desde el punto de vista de la inversión, pues hay un evidente impacto en sus cuentas. “Los precios de las materias primas ya están llegando al límite que me permite que las minas no salgan, por ser excesivamente costosas”, advierte.
A seguir ordenando la casa, de lado y lado
Según María Constanza García, presidenta de la Agencia Nacional de Minería (ANM), las proyecciones apuntan a que el 2014 puede ser complejo, pero en el 2015 las expectativas de precio lucen un poco diferentes.
Mientras esto pasa, asegura que hay que concentrarse en resolver temas, dejando listas herramientas como el catastro minero, pero también corrigiendo las deficiencias que arrojó la fiscalización del 2013, según la cual solo el 8 por ciento de los títulos tiene todo en regla, y hasta los grandes tienen cosas por corregir.
“El tema de los precios es relativo, pues son menores con respecto a la ola alta en la que veníamos, pero frente a los de la década anterior siguen siendo no tan malos”, indicó.
Para la encargada de la autoridad minera, hay que hacer un análisis desde la política fiscal y económica para proteger el empleo que genera la minería, buscando incorporar ajustes para generar un modelo como el de Chile, en el que las empresas tributan más cuando hay bonanza, pero en el que tienen alguna protección del Estado cuando bajan los precios.
Agrega que las compañías siguen adelante en su fase de siembra, y que la explotación de algunos proyectos dependerá de definiciones en materia ambiental y de que se reduzcan talanqueras como la animadversión de las comunidades. Por ejemplo, hay 11 firmas de exploración que están llegando con nueva inversión al país.
Pero la coyuntura de precios será determinante en el interés de los inversionistas cuando salgan a subasta algunas áreas estratégicas. “No son tiempos de posturas blanco y negro. Hay que lograr equilibrios, armonizar visiones y entender que todos somos minería. Si no, qué sería de las locomotoras de vivienda o de la de infraestructura, ambas generadoras de empleo”, sostuvo
‘Hay que defender como un león la competitividad’
Para la directora ejecutiva del Sector de Minería a Gran Escala (SMGE), Claudia Jiménez, en un escenario de precios bajos la diferencia la marca el entorno, lo que obliga a cuidar la competitividad.
Pero Colombia cedió terreno en los últimos años, pues –en un escalafón del Instituto Fraser, entre ocho países con los que compite– pasó del tercer al quinto lugar, aunque sigue siendo un destino interesante.
“El país debe defender como un león el ser destino de inversión, y esto se logra con mensajes adecuados de políticas públicas, y con el respaldo a la certeza y confianza que el inversionista requiere para traer su dinero al país, pues no somos los únicos con potencial minero”, señala.
Naciones como Chile, Perú, México y Ecuador se han ‘puesto las pilas’ en los últimos años para atraer capitales. Este último, pese a la orientación de su gobierno, ha mejorado sus inversiones en infraestructura, gracias a la renta minera.
Aunque el sector bajó entre el 2012 y el 2013 sus intenciones de inversión a cinco años, de 15.000 millones de dólares a 7.300 millones, Jiménez dice que esto generaría 8.000 nuevos empleos y 7,7 billones de pesos en regalías e impuestos.
Por eso, la industria llama a cuidar los mensajes desde las regiones, algunas altamente dependientes de los recursos mineros, pues, además de los 350.000 empleos que hoy genera el sector, hay 2 billones anuales en regalías y 5,6 billones de pesos en compras a proveedores. El gremio alista un documento para refutar informes como el de la Contraloría, que son “bastante sesgados y parcializados, incluso en sus fuentes de información”.
Riesgo de pérdida
Una onza de oro menor que 1.211 dólares no es rentable, pues, según Thomson Reuters, ese fue el costo de producción del 2012. En carbón, el costo medio es de 65 dólares por tonelada, que, frente a un precio de venta que ronda los 69 dólares, hace que algunas operaciones ya trabajen a pérdida.