Nuestra graduación universitaria de ingenieros es escasa,particularmente en áreas estratégicas no sólo para nuestro crecimiento económico, sino también para la protección de la población. Según informa el Ministerio de Educación, en el año 2011 (últimas cifras publicadas) las Universidades graduaron 109.360  profesionales. En Ciencias Sociales se graduaron 47.897, de los cuales 13.548 lo hicieron en Derecho y 21.120 en Ciencias Económicas; en Psicología se graduaron 5.643 profesionales. La graduación en las denominadas Ciencias Sociales representa nada menos que el  44 por ciento del total.

El problema no es que haya muchos graduados en estas carreras, sino que hay muy pocos en las carreras que el país imperiosamente necesita para su desarrollo futuro. Para eso veamos qué ocurre con la graduación en ingeniería petrolera, como todos sabemos, un área clave para recuperar la "soberanía" energética perdida.

En los últimos meses hemos todos sido ampliamente informados sobre el gran potencial de recursos de hidrocarburos no-convencionales, particularmente en Neuquén, en el área conocida como Vaca Muerta. Estamos en presencia de una gran oportunidad para evitar no sólo la prolongada caída de la producción de petróleo y gas, sino para incluso superar los niveles perdidos durante la década "ganada".

Necesitamos muchas inversiones, cosa que razonablemente se analiza, pero el caso es que tenemos pendiente un grave problema: tenemos muy pocos ingenieros en petróleo. Sobre una graduación total de 109.360 profesionales hemos graduado apenas 47 ingenieros en hidrocarburos en el 2011. Para el desarrollo nuclear y minero hemos escasamente graduado 9 ingenieros nucleares y 13 en minas.

Algo similar ocurre con nuestras obras hídricas. El potencial hidroeléctrico argentino es considerable en los caudalosos ríos de nuestra Cuenca del Plata, como también en los numerosos aprovechamientos posibles en los ríos andinos. Hay que expandir rápidamente la producción hidroeléctrica, para dejar de importar los costosos petróleo y gas de deberemos traer a altos precios. Pero también hay que proteger a la gente de los graves daños de las inundaciones recurrentes en la ciudad de Buenos Aires, en el Conurbano, en Lujan, La Plata y en muchas otras ciudades del interior.

Esto exige la construcción de defensas, canales y diversas obras de dragado y contención de los periódicos desbordes hídricos, agravados en las últimas décadas por el cambio climático. Pero aquí  la realidad es preocupante, ya que sobre una graduación total de 109.360 profesionales, hemos graduado en el 2011 apenas 13 ingenieros hidráulicos.

Es hora que el estado planifique una matrícula universitaria orientada al futuro. El país necesita más graduados universitarios que hagan un aporte indispensable para nuestro desarrollo, no sólo económico  sino también social.