Faltaban unos minutos para que iniciara su exposición ante un centenar de personas en uno de los foros más buscados por los políticos de la región que llegan a Nueva York para instalar su nombre entre los inversores y analistas de Wall Street. El gobernador bonaerense ya se había reunido con empresarios locales y tuvo unos minutos para dialogar con medios argentinos, entre ellos LA NACION. Intentó entonces despegarse de su perfil de candidato y dijo que había viajado a Nueva York como gobernador de la provincia de Buenos Aires y como un comunicador del país, para "ayudar a transmitir" las decisiones económicas de la Casa Rosada.
De hecho, a su paso por Nueva York debió hablar seguido sobre la fuerte caída de las reservas del Banco Central, un tema que, admitió, "dio mucho que hablar". Ante la pregunta, también reiterada, sobre si la Argentina va a tener que volver endeudarse para recomponer esa pérdida de divisas, su respuesta fue, una y otra vez, tajante: "No".
"No, porque veo los ingresos que se van a generar por la cosecha, veo la balanza comercial positiva, veo de qué manera se va a dinamizar el crédito y si logramos transmitir estos acuerdos, se va a ver... cómo se demostró con YPF, que hizo dos movimientos y captó 500 millones de dólares", afirmó Scioli.
"Yo vengo como un gobernador comprometido con mi provincia y el conjunto del país para poder transmitir en este momento, como hemos hecho referencia, que las decisiones que se están tomando dan un marco de sustentabilidad a la inversión a la comunidad internacional", dijo cuando se le preguntó si venía a Nueva York como candidato presidencial, en alusión a sus declaradas aspiraciones para 2015. "Siempre aproveché mis vínculos internacionales para generar interés", se limitó a decir.
También el diputado Sergio Massa buscará instalar su figura en Nueva York, el mes que viene. Cuándo se le preguntó a Scioli qué lo diferencia del líder del Frente Renovador, el gobernador intentó eludir la respuesta, pero no lo logró del todo. "Yo no voy a hablar de otros dirigentes", comenzó. "Me parece que mientras más argentinos puedan venir con un espíritu patriótico de colaboración y con una visión de defender los interesas de los argentinos, no viniendo a quedar bien y a decir muchas veces lo que se quiere escuchar", fustigó. "Yo lo hice siempre. Siempre busqué más mundo en la Argentina y más Argentina en el mundo", agregó.
Ante los periodistas, Scioli también admitió que la pregunta que más le hicieron en las reuniones con inversores y empresarios giró en torno a la caída de las reservas, y, en segundo orden, al nuevo índice de inflación.
En ambos temas el gobernador tuvo respuestas optimistas. "Los encontré gratamente sorprendidos cuando les expliqué con qué medidas concretas se estaban encarando estas situaciones y los tiempos. No estamos hablando de que vamos a empezar a negociar con Repsol el año que viene. No", apuntó. "También la situación de las reservas dio mucho que hablar, me parece que mucho se habló y se criticó sobre este tema, cuando en realidad yo expliqué con economistas como [Mario] Blejer y [Miguel] Bein, que hicieron comentarios públicos de que era una situación que se iba a estabilizar y de hecho se estabilizó", afirmó.
Sobre el nuevo indicador de la inflación, habló de "salto cualitativo" en las estadísticas oficiales, pero se negó a pronosticar cuál será la cifra final de la inflación. "No soy pronosticador", dijo.
La devaluación del peso del 23% en el mes de enero, luego de varios meses de acelerado deslizamiento del dólar oficial, obligó al Banco Central (BCRA) a emitir unos $ 12.000 millones para pagar contratos a futuro que había pactado a tipos de cambio mucho menores a los que finalmente se concretaron.
La enorme factura que debió pagar Juan Carlos Fábrega se distribuyó entre noviembre y enero, y explica buena parte de las ganancias de los bancos en los últimos meses además de ayudar a entender el por qué del límite que se impuso a las entidades financieras para operar esos contratos.
El BCRA es el principal oferente de contratos futuros de dólar contra peso en el mercado local y, durante años, utilizó esa plaza para desinflar expectativas de devaluación. La estrategia de ofrecer contratos baratos (es decir, pactar los acuerdos a tipos de cambio por debajo de las expectativas del mercado) le salió cara durante la fuerte depreciación que sufrió el peso en los últimos tres meses.
Desde mediados de noviembre hasta fines de enero, el BCRA emitió casi $ 12.000 millones por la reposición de márgenes (pérdidas) que tuvo en la gran cantidad de contratos que había perdido, calculó Empiria Consultores.
La entidad conducida por Fábrega esterilizó $ 29.500 millones a través de Lebac y Nobac en lo que va del año, en un esfuerzo por limitar el impacto monetario de estos pagos (y demás factores expansivos, principalmente financiamiento al fisco) y limitó al 10% del patrimonio la posición en futuros de bancos